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MAURICIO BOTERO

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Colombia y Noruega: ¿por caminos divergentes?

Lejos de abandonar la explotación de los hidrocarburos, los expertos esperan que la inversión de los noruegos, incluido el rubro destinado a exploración, aumente hasta 19.100 millones de dólares este año.

24 de mayo de 2023

En 1969 se descubrió por primera vez petróleo en las aguas del Mar del Norte en Noruega. Los noruegos, a diferencia de muchos países con más reservas y yacimientos de hidrocarburos, decidieron que los ingresos deberían garantizar el bienestar de sus generaciones futuras. Gracias a estos ingresos, Noruega ha acumulado durante varias décadas un superávit presupuestal que ha hecho que el PIB per cápita haya saltado de 5.700 euros en 1974 a más de 100.000 euros en la actualidad. Por otro lado, la agencia Europa Press informó que el Fondo Global de Pensiones de Noruega, el mayor fondo soberano del mundo, registró un retorno del 5,9% en los primeros meses del año, lo que equivale a cerca de 85.000 millones de dólares. Noruega, que superó el año pasado a Rusia como mayor proveedor de gas de Europa después de que Rusia cortara gran parte del gas del que antes dependía Europa, se prepara para un aumento en la producción de petróleo y gas, cerca de máximos históricos. Lejos de abandonar la explotación de los hidrocarburos, los expertos esperan que la inversión de los noruegos, incluido el rubro destinado a exploración, aumente hasta 19.100 millones de dólares este año.

En Colombia hemos tomado un camino divergente. Lejos de seguir buscando nuevas fuentes y yacimientos de petróleo y gas, lo que hemos decidido es ponerle freno de mano al crecimiento. Jamás tuvimos los colombianos la previsión de crear un Fondo Soberano para canalizar los recursos del petróleo. Por el contrario, buena parte de los recursos provenientes de las exportaciones petroleras se han dedicado es a importar comida que en buena parte estamos en capacidad de producir en el país.

Según informes de prensa, el 80 por ciento de las ventas de automóviles nuevos en Noruega son vehículos eléctricos y en el 2025, Noruega pondrá fin a la venta de automóviles con motores de combustión interna. El aire en la capital de Noruega está considerablemente más limpio y Oslo se ha vuelto más silenciosa al eliminar los vehículos que funcionan con diésel o gasolina. Desde 2009, en Oslo han disminuido un 30 por ciento en las emisiones de gases de efecto invernadero. Los empleos nuevos en esta transición han ampliamente superado aquellos que se han perdido por la paulatina desaparición de los vehículos de combustión interna.

En Colombia las ventas de vehículos eléctricos no llegan al 1 por ciento de las ventas totales de vehículos. En el caso de las motos, es el 0,5 por ciento. Y el número de estaciones eléctricas en el país es casi ridículo, no llegando al centenar. Por el contrario, Noruega que tiene un parque automotor cinco veces menor que el de Colombia, tiene 19.300 estaciones de recarga.

Nadie puede acusar a Noruega de no ser un país progresista y verde. Sus esfuerzos en desprenderse del transporte de combustión interna son ejemplares. Y con enorme realismo también se han dado cuenta que tienen que seguir explotando al máximo sus yacimientos de petróleo y gas para asegurar que sus habitantes tengan recursos pensionales cuando la explotación de hidrocarburos deje de ser rentable. ¿Será que los colombianos le ponemos algo de atención al modelo noruego y dejamos de hacer las cosas exactamente al revés de lo que hacen los noruegos?

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