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GUILLERMO VALENCIA

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Cripto y la Web 3.0: la era de la propiedad digital

La promesa de las criptomonedas no es desplazar los bancos centrales. La gran ambición es la descentralización del internet. Las criptomonedas son un activo que empodera la soberanía de los ciudadanos sobre su propiedad digital.

21 de septiembre de 2021

Aproximadamente cada 40 años emerge un ‘Game Changer’. Es decir, una tecnología revolucionaria que cambia por completo al mundo. Ya lo hemos visto con los ferrocarriles, la electricidad, los automóviles y, más recientemente, el internet.

Estas tecnologías tienen el común denominador de que cuentan con el poder de impactar en la vida de más del 70 % de la humanidad.

Sobre internet recordemos que en 1992, tres años después de que el científico Berners Lee creara el protocolo detrás de la World Wide Web, esta ya tenía alrededor de 8 millones de usuarios en el mundo.

Sin embargo, el espíritu creativo del ser humano no tiene freno. Con el lanzamiento en 1994 de Netscape, el primer navegador, más de 100 millones de usuarios pudieron experimentar con las primeras páginas web. ¡Fue toda una revolución!

Columna Guillermo Valencia
Columna Guillermo Valencia | Foto: Fuente: Crypto.com

Internet, al igual que todos los ‘Game Changers’, enfrentó un tremendo escepticismo en sus primeros años. Luego vino una contradicción, que culminó en la euforia y el nacimiento de una nueva era.

En el 2000, internet tenía casi 600 millones de usuarios. Un año después ocurrió el estallido de la burbuja de las.com y esta originó una gran purga en el sector: el 90% de las compañías entraron en quiebra y el 10% sobrevivió para dominar el negocio.

De esa época quedaron Amazon, PayPal, eBay y Google, los grandes ganadores. Pero internet siguió evolucionando hacia su versión web 2.0. Esta mostró que el contenido había dejado de ser un monopolio de los medios de comunicación y cada vez más tenían influencia los usuarios. Nacieron los gigantes de las redes sociales: Youtube, Facebook, Linkedin, Whatsapp e Instagram.

No obstante, las compañías tecnológicas incumbentes también se adaptaron a la web 2.0. Microsoft, por ejemplo, compró LinkedIn y se enfocó en los servicios de nube. Luego Apple llevó el internet a otro nivel con un teléfono que era una cámara y walkman al mismo tiempo, el smartphone.

La evolución de internet no para ahí. Hoy, la Web 3.0 busca la descentralización de la propiedad, brindar acceso a una cuenta bancaria sin pasar por un banco, autenticar contratos sin notarios, tener parte de un Picasso sin ser el dueño de toda la obra. Hacer parte de un proyecto inmobiliario sin un gran capital.

Todo esto ya está pasando mientras lee esta columna. La Web 3.0 apenas está naciendo y fueron los cripto activos los que le dieron ese impulso. Cuando la euforia sea el común denominador en los próximos meses; Bitcoin, Ethereum, Polkadot , Cardano y Solana juntos pueden llegar a sumar una capitalización similar a la de los mercados accionarios de los países emergentes ex-china. Es más, tal vez desafíe los 11 mil millones de dólares del oro.

Compañías como Square y PayPal lo entendieron y por eso buscan integrar sus modelos de negocio a este ‘Game Changer’, que no solo vive en Bitcoin, Ethereum y las Finanzas Descentralizadas, si no que está creciendo en universos digitales que aún están por emerger. Los bancos en el mundo ven su rol en el mundo cripto en el eslabón de custodia.

Al igual que ocurrió con la primera internet, esta Web 3.0, creada en Blockchain, muestra que las grandes revoluciones no son acerca de oponerse al sistema. Es acerca de crear uno nuevo donde la mayoría gana.

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