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José Miguel Santamaría Uribe

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El indicador del miedo

Esperemos que la volatilidad de los activos locales disminuya, pero para eso necesitamos que el gobierno deje de mandar señales confusas y cambios estructurales que poco han aportado a la tranquilidad de los inversionistas.

10 de marzo de 2023

Dado que cada día los mercados financieros son más impredecibles y más competitivos, los analistas y operadores evolucionan y buscan nuevas mediciones que los ayuden a tomar decisiones de inversión con una mayor certeza.

Existen dos grandes caminos, el análisis técnico, y el análisis fundamental, el primero nos ayuda a predecir el valor de un activo por sus precios y volúmenes históricos. Para esto utiliza diferentes metodologías estadísticas, curvas de tendencias etc. Generalmente, las decisiones de inversión con este análisis son a corto plazo. El análisis fundamental, en cambio, mira la economía, el entorno, pero, sobre todo, las condiciones particulares del activo, sus números, sus proyecciones etc. Se utiliza para inversiones a más plazo y se espera que estas se cumplan en el mediano plazo.

Cuando hablo del indicador del miedo, hablo de la volatilidad. Un aumento en la volatilidad del precio de un activo o de una canasta de activos es una señal evidente que algo está pasando, el índice más importante que mide esta volatilidad se llama el VIX.

Según Wikipedia, el VIX es el código del oficialmente llamado Chicago Board Options Exchange Market Volatility Index (en español: índice de volatilidad del mercado de opciones PUT de Chicago).

En el momento en que hay alta volatilidad, el VIX alcanza una cifra elevada y se correlaciona con caídas del índice S&P 500, indicándonos que en el mercado hay miedo y pesimismo y suele coincidir con mínimos en el índice de referencia; es en estos momentos donde se producen fuertes movimientos en los mercados bursátiles, mientras que cuando el VIX está en mínimos, hay alegría y confianza. Se calcula utilizando una serie de opciones del S&P 500. Aunque existen otros índices de volatilidad, como son el VXN para el Nasdaq 100, el RVX para el Russell 2000 y el VXD para el Dow Jones, el VIX es el más famoso y utilizado.

La teoría de este indicador es que, si el mercado es bajista, los inversores creen que el mercado va a caer, cubrirán sus carteras y, por el contrario, si los operadores son alcistas no lo harán, puesto que no verán la necesidad de protegerse. En definitiva, descuenta expectativas en un futuro cercano y en general funciona en sentido inverso al índice.

Pensando más platanizadamente, para un mercado financiero o bursátil tan pequeño como el colombiano, la volatilidad también nos muestra un camino de cuándo los inversionistas están nerviosos o ven un alto riesgo que un activo en particular vaya a perder valor. Cualquier indicador histórico que nos muestre eso es importante como semáforo para nuestras inversiones.

Desde el triunfo de Petro en las elecciones presidenciales se han venido presentando mayores volatilidades en el mercado local, no solamente en el Colcap, sino en acciones particulares, sobre las cuales existen expectativas determinadas como cambios de regulación y tributaria. También ha pasado lo mismo con la deuda pública ante las expectativas que existen frente al manejo de esta por el nuevo gobierno, respeto a la regla fiscal, nuevo endeudamiento, etc.

Pero definitivamente el mayor aumento de volatilidad se ha visto en la moneda. Nuestro peso ha sufrido un golpe devaluacionista muy grande y, por ende, un aumento en su volatilidad, si miramos la volatilidad del peso frente a otras monedas de la región.

Esperemos que la volatilidad de los activos locales disminuya, pero para eso necesitamos que el gobierno deje de mandar señales confusas y cambios estructurales que poco han aportado a la tranquilidad de los inversionistas.

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