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GUILLERMO VALENCIA

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Entre desastres logísticos: Conciertos

En general, las consecuencias más comunes que tienen los problemas logísticos en el desarrollo de espectáculos y conciertos se ponen en términos de tiempo y dinero. Pero ante la llegada de una oferta y una demanda muy alta, como lo fue para los conciertos y festivales el año pasado en Colombia, la capacidad de gestión de parte de los organizadores de varios eventos desplegados en varias ciudades del país fue bastante criticada y ahora se pone en tela de juicio la calidad de los próximos eventos.

31 de enero de 2023

En 2022 muchos sectores tuvieron la oportunidad de reanudar sus actividades, luego de que eliminaran muchas restricciones y medidas de bioseguridad que trajo consigo la pandemia del covid-19. Uno de los más esperados fue, sin lugar a duda, los conciertos y festivales musicales que tuvieron una pausa bastante prolongada debido a los riesgos que tenían los grandes aforos. Por supuesto, las apuestas virtuales que intentaron tener varios de estos eventos no tuvo la acogida esperada y la virtualidad no pudo ser una alternativa de éxito.

Sin embargo, con el paso de los meses se hicieron evidentes una serie de problemas que obstaculizaron la realización de más de un evento. De los festivales, el fiasco/estafa más visible fue la cancelación del Festival Jamming 2022 que dejó a más de uno endeudado, con los crespos hechos, y con innumerables locales y restaurantes que se prepararon para recibir a más de 5.000 personas día y no tuvieron a quién ni cómo vender su producción y/o su mercancía.

Primera falla en el plan logístico/financiero de eventos: no tener el capital de trabajo. Según varias investigaciones que giraron en torno a la cancelación de este festival, la falta de recursos para invertir y el exceso de endeudamiento llevó a la empresa a tomar la decisión de cancelar el evento; no obstante, dada su muy deficitaria planeación, tuvo que hacerlo un día antes del evento puesto que los recursos que recogieron en ventas de boletería, incluso hasta el último minuto, no dio abasto.

El descontento que se generó entre los asistentes y el comercio de la ciudad de Ibagué fue monumental, por lo que era de esperarse sanciones de parte de la Superintendencia de Industria y Comercio contra los organizadores del evento por tan repentina cancelación, que va mucho más allá de no poderle hace frente a los “retos logísticos” que se fueron presentando.

Por otra parte, en 2022 fueron muchos los artistas de talla internacional que entretuvieron a los espectadores, entre los que destacan Karol G, The Killers, C. Tangana, Gorillaz, Coldplay, Guns N´ Roses, Dua Lipa, Harry Styles y Bad Bunny. Hoy día, sabemos que también destacaron por las enormes fallas en materia de logística que se presentaron el día de cada evento.

Segunda falla en el plan logístico de estos eventos: una pésima gestión de manejo del lugar. Ante la multitudinaria asistencia, la mala organización desde la entrada misma cobró fuertes críticas; filas eternas, empujones, colados, pocos sitios de acceso, y hasta presuntos robos fueron de las situaciones por las que se quejaron los espectadores. Incluso, para el concierto de Coldplay, por ejemplo, varios asistentes se perdieron de las presentaciones de apertura porque no rendía el tiempo de las filas para entrar. En otro de los casos, el cruce con otros eventos obligó a un cambio de locación de último minuto que generó bastante descontento.

Asimismo, tercera falla en el plan logístico: fallas de sonido y falta de asientos disponibles. Dependiendo de la boletería y la demanda planeada, basada en el espacio del que se dispone para realizar el evento, las pruebas de sonido son fundamentales, así como la distribución de las zonas entre General, VIP, sectores de las tribunas etc., todo con tal de dar la facilidad a los asistentes de poder disfrutar un espectáculo en vivo. Algo similar a la distribución física de los estadios.

Pero si la solución de los organizadores, para conciertos tan grandes, es llenar el lugar de pantallas, con un pésimo sonido y no dar la posibilidad de disfrutar de un evento en vivo de calidad al escoger lugares que no cumplen ni con el aforo ni con los requerimientos técnicos, las críticas no pararán de llover. La experiencia de un concierto se trata de poder ver a un artista en vivo, poder disfrutar su show, sus coreografías, su interacción con el público. En sí, detalles que sumen a una experiencia deleitante al poder ver con sus propios ojos a un ídolo musical.

Ahora, si la experiencia no ofrece mayor diferencia al disfrute de la misma música por plataformas digitales, se va a generar un malestar entre los espectadores y la sensación de que no vale la pena pagar por este servicio. Y es un infortunio que no es exclusivo de Colombia. En el caso de Guns N’ Roses en México, varios espectadores que se quedaron con las ganas de entrar, a pesar de haber comprado la boleta, y solicitaron el reembolso del dinero. Tal fue la aglomeración que se formó que incluso se percibió una alta inseguridad física con vallas de seguridad en el piso, y potenciales estampidas por gente fuera de control.

2022 fue uno de los años en los que fue muy perceptible la sobreoferta de conciertos. Se supone que esto debe dejar lecciones aprendidas para organizadores de festivales y, en general, de eventos en vivo. No todo se puede enfrascar en que son constantes retos logísticos para afrontar; ahora se tiene una percepción de que no estábamos preparados para recibir tantos conciertos y queda la duda de qué pasará a futuro para los eventos que se vienen este año. ¿Será que para los asistentes valdrá o no valdrá la pena ese gasto ante una logística tan duramente criticada?

Nuestras ciudades capitales ya cuentan, actualmente, con una mala publicidad en temas como la planeación de obras que afecta la movilidad urbana; así que hay que hacer lo posible por no sumarle también una mala fama en cuestiones de planeación logística de eventos de talla nacional e internacional.

Falta sumar a esto la llegada y las estaciones de parqueo a los nuevos sitios de espectáculos planteados tales como la Arena Bogotá, suntuoso escenario para conciertos y espectáculos pero con pésimo plan de logística para llegar, con impactos para los asistentes y circundantes del sitio, que deben soportar trancones monumentales a la llegada y a la salida, problemas de parqueo, mínimos puntos de entrada y salida, pocos puntos de ventas de alimentación, bebidas, altos costos; sin integralidad, es difícil pensar en espectáculos plenos su no se solucionan estos problemas.

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