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GUILLERMO VALENCIA

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Entre el estrés y la ansiedad laboral

La salud mental y emocional es una de las razones de fondo tras la ola de renuncias en el mundo.

20 de junio de 2022

Una gran mayoría de personas se enfrentó al aislamiento social, a la crisis económica, a interrupciones en materia de salud, a perturbaciones laborales, a problemas de salud, a la pérdida de seres queridos, amigos y/o conocidos por la covid-19, a crisis en las relaciones psicoafectivas y a un sinfín de problemas más.

Con un panorama tan serio y crudo, no es de extrañar que los niveles de estrés y ansiedad de las personas se hayan disparado hasta las nubes; no obstante, poco se habla de ello y, mucho menos, se hace algo al respecto.

La mayoría de nosotros a veces descuida temas asociados a su salud mental, cuando este es uno de los ejes transversales que se asocia a su bienestar integral. Mientras estudia, mientras trabaja, mientras atiende tareas y responsabilidades de la casa, mientras se dedica un tiempo de ocio, mientras se busca empleo, mientras se está mal de salud, o sin dinero, etc., tener una salud mental en buen estado es fundamental para llevar a cabo estas y todas las actividades que se cruzan en el día a día.

Pese a ello, trasladando todas estas emociones tan fuertes al plano laboral, es natural correlacionarlas con la serie de renuncias que hemos podido percibir. Ahora recibimos notificaciones en algunas redes sociales de personas celebrando su renuncia como una decisión asertiva, para tener la posibilidad de encontrar una cultura organizacional que le apueste, no solo a su bienestar financiero, también a su bienestar emocional y físico.

El más reciente informe State of the Global Workplace de Gallup reveló que el 44 % de los empleados encuestados manifestó experimentar mucho nivel de estrés en su trabajo.

Si bien en el año 2020, cuando se desató la pandemia, los empleados de todo el mundo vieron un aumento en el estrés, en su preocupación, ira y hasta tristeza, a lo largo de 2021 los niveles de todos estos criterios subieron a uno nuevo, incluso por encima de los registrados antes de pandemia.

Así, para las organizaciones, este descuido de la salud mental de sus trabajadores se está convirtiendo en un riesgo organizacional, operacional y hasta reputacional, sean de cualquier sector las empresas.

Esto, dado que es altamente probable que el incremento en emociones y sensaciones negativas se traduzcan en agotamiento mental y físico de los trabajadores, llevando a una baja en la productividad, en el desempeño y, al final, en una alta tasa de rotación del talento humano.

Poniendo la problemática en terreno nacional, se estima que más de la mitad de los colombianos (para ser más precisos, 57 %) tiene un alto nivel de estrés laboral en su día a día, convirtiendo así a Colombia en el país con el porcentaje de estrés más alto de América Latina, en donde se registró 56 %, según datos del estudio Mercer-Marsh Beneficios.

Si la media a nivel global es de 50 %, es indudable que nuestro país se enfrenta a grandes retos en este tema.

Por su lado, 54 % de los empleados de este último estudio confirmó que tenía acceso a algún beneficio de salud mental a través de su lugar de trabajo, afirmando así que es menos probable que abandone la empresa. Es indudable que el respaldo que puede sentir un empleado de su empresa para trabajar y mantener en su bienestar INTEGRAL tiene enormes beneficios, básicamente si se abordan en conjunto estos cuatro pilares: el bienestar físico, el bienestar emocional, el bienestar social y el bienestar financiero.

El reto es que muchas organizaciones piensan que brindan un bienestar integral cuando implementan algún programa asociado al bienestar físico. No obstante, este es solo una dimensión.

De hecho, por esto, en la encuesta de Gallup únicamente uno de cuatro empleados sentía que su empleador se preocupaba realmente por su bienestar.

El enfoque sobre lo que puede hacerse es realmente variado. Lo importante es que la estrategia principal se centre en capturar datos sobre el bienestar de los empleados. Si se puede medir, se pueden identificar puntos críticos, lo que falta, lo que no sirve y hasta se pueden descubrir mejores prácticas. Así, no solo se podría ver impactada positivamente la productividad, sino la lealtad.

Considerar el bienestar de los empleados más como una oportunidad que como un riesgo es clave. Por supuesto, este en un criterio sobre el que no es sencillo trabajar porque muchas veces las personas mismas no saben o no quieren reconocer que tienen una salud mental deteriorada.

Sin embargo, una organización que trabaje por la salud y el bienestar integral de sus trabajadores definitivamente verá reflejadas sus acciones en una buena salud organizacional.

Hoy que está leyendo esta columna, ya tenemos un nuevo presidente en Colombia, y de seguro, si tiene un trabajo estable, o si no lo tiene, también lo estará posiblemente por el devenir que tendremos pronto ante el nuevo delineador del rumbo del país. Esto sí que da estrés y ansiedad, ya que no sabemos cómo pueda impactar en esta ocasión la llegada de posibles cambios fuertes, en especial a nivel económico. Amanecerá y veremos.

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