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GUILLERMO VALENCIA

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Fútbol y salud mental

En plena temporada del Mundial de Fútbol Qatar 2022, las emociones se ponen a flor de piel. Siendo uno de los mundiales más costosos y uno de los más reprendidos por la opinión pública, también es el primero que acoge algunas disposiciones para el cuidado de la salud mental debido a las presiones derivadas de la pandemia.

29 de noviembre de 2022

A decir verdad, la salud mental en el sector deportivo se ha percibido, con el paso de los años, como un tema descuidado al que no se le presta suficiente atención o, en otros casos, la impresión es que se ha tratado como un tabú entre los equipos, las ligas y hasta las mismas confederaciones internacionales. Por supuesto, no es algo inherente exclusivamente al fútbol, pero en medio de la disputa por la Copa Mundial 2022 se tiene la oportunidad perfecta para volver a poner sobre la mesa un tema tan crucial.

Cuando la pandemia empezó a demandar cosas para las que pocos estaban preparados, como el trabajo remoto, el cierre de colegios y universidades, el teleestudio y el aislamiento social, por mencionar algunos, los retos sobre la salud mental no fueron considerados sino hasta tiempo después, cuando las personas ya notaban las consecuencias que trajo la pandemia. Así se empezó a viralizar la importancia de cuidar la salud, tanto física como mentalmente.

Para épocas de 2021, este fue un tema que empezó a notar la Fifa. La presión que empezó a ejercer la importancia sobre los cuidados en la salud mental no podía pasar desapercibida casi que para ninguna organización, por lo que, en compañía de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático, lanzaron la campaña #ReachOut que buscaba concientizar sobre los problemas de salud mental, animar a las personas a buscar ayuda cuando la necesiten y a tomar medidas diarias para mejorar la salud mental.

Esto basados en cifras de la misma OMS, en las que se afirmaba que la depresión y la ansiedad son enfermedades que afectan a un número creciente de personas en el mundo.

La depresión afecta a más de 260 millones de personas en el mundo, y alrededor de la mitad de las enfermedades mentales comienzan a los 14 años. El suicidio es la cuarta causa de muerte entre los jóvenes de 15 a 29 años.

En consistencia, entre los jugadores de fútbol activos, el 23 % afirma tener trastornos del sueño, mientras que el 9 % ha declarado tener depresión y otro 7 % sufre ansiedad. Entre los jugadores retirados, estas cifras aumentan, ya que el 28 % tiene dificultades para dormir, y la depresión y la ansiedad afectan al 13 y al 11 %, respectivamente.

No es nada sorprendente en este tipo de carreras que demandan una gran presión no solo por la necesidad de entrenamiento y constante movilidad de un lugar a otro –lo que a veces afecta también su vida familiar y personal–, sino también por su exposición al escrutinio público y a los medios.

Desde 2015, un estudio de Fifpro (en español, Federación Internacional de Futbolistas Profesionales), ya había revelado que más del 38 % de los futbolistas profesionales activos en esa época habían sufrido síntomas de depresión, con una percepción muy alta sobre la falta de apoyo de su industria.

Para el Mundial de Catar, la Fifa anunció en los primeros días de noviembre, previo a la inauguración, que los futbolistas y los directores técnicos tendrían un servicio de bienestar mental a través de una suscripción gratuita en la aplicación Calm, que destaca en productos de descanso y relajación.

El beneficio también estaría disponible para los miembros del staff de cada selección, para los trabajadores y hasta para los voluntarios de la Copa del Mundo. Por su parte, los hinchas podrían recibir promociones para ello de hasta 50 % de descuento.

De hecho, esto último debió ser un punto también importante para considerar. En el Mundial de Rusia de 2018, muchos expertos en la salud abogaban que la falta de gestión emocional al presenciar un partido de fútbol del equipo preferido podía llegar a ser perjudicial para la salud de la fanaticada.

Y sobre esto no se necesita un Mundial de Fútbol, es un hecho que se percibe hasta en la ligas nacionales y regionales.

Por ejemplo, en los estadios, las multitudes protegen el anonimato y estimulan los insultos; a ello, las masas suelen mostrar su apoyo y empiezan a desarrollarse episodios de estrés, rabia y rencor que desembocan en tensiones que no saben cómo manifestar sana y tranquilamente. Y los escenarios son muchos más, pero la influencia del fútbol en la salud mental de los hinchas puede llegar a ser muy perjudicial si no se saben manejar las frustraciones, expectativas o hasta los logros alcanzados.

Por lo que respecta a la salud mental, cada persona y jugador es diferente, y no existe una solución “de talla única”. No es una única rutina de entrenamiento o calentamiento al que se puede someter a todo un equipo. El acompañamiento sobre su salud mental es tan importante, como el acompañamiento que actualmente ejercen sobre la salud física de los jugadores.

Para un sector que mueve más de 500 millones de dólares al año, según Deloitte, o que gasta casi 10.000 millones de dólares en la construcción de siete estadios para disputar un torneo que dura un mes, es más que cuestionable la prioridad que realmente pone sobre el cuidado de algo tan importante como la salud mental, ya que falta de recursos no es. En Qatar 2022 se dieron unos pequeños pasos, pero es una necesidad que se mantiene latente en todo el mundo deportivo.

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