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Camilo Díaz

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Hacer inversión para la recuperación

La recuperación será sostenible si el empleo se recupera y la inversión se mantiene; hasta ahora viene funcionando bien, pero con empleo débil.

18 de septiembre de 2021

Los datos de crecimiento de la producción industrial y el desempeño del comercio muestran que la recuperación de la economía viene en marcha, y se puede decir que ya ha tomado un rumbo positivo, al punto que la mayoría de analistas de mercado empieza a corregir al alza sus pronósticos de crecimiento de la economía para este año. Se pasó de proyecciones de expansión alrededor del 7,5 % a esperar un 8,5 %, empujado por el buen dato de crecimiento del PIB del primer semestre, que va en el 8,8 % y porque se espera que el consumo de los hogares siga jalonando la demanda.

Sin embargo, existe un importante lunar dentro del buen desempeño observado y es que la tasa de desempleo no cede y, si el empleo no regresa en poco tiempo, la dinámica desde el consumo de los hogares se irá agotando, y por ahí se puede poner en riesgo la recuperación. El consumo que vienen haciendo los hogares y algunas empresas está fundamentado en los ahorros que lograron durante los cierres y, eventualmente, por los apoyos estatales que ambas vienen recibiendo, pero esos ahorros, una vez se consumen, no regresan a menos que los ingresos vuelvan en forma de empleo o mayor remuneración.

Por otra parte, es el gasto del Estado el que también ha explicado una parte de la mejoría de la economía, el cual ha estado vinculado a la atención de la emergencia, que aunque se ha clasificado como inversión, no necesariamente es inversión para aumentar capacidad productiva o generar competitividad para el país. De hecho, la inversión en infraestructura se contrajo cerca del 30 % frente a los niveles prepandemia; de esa manera, una parte sustancial de la inversión no derivará en aumento del PIB potencial, sino que se diluirá en el indispensable gasto para atender los efectos negativos de la pandemia, como es evitar que las familias vulnerables regresen a la pobreza.

Pero para hacer sostenible la expansión de la economía se requiere ir más allá del gasto coyuntural para paliar la emergencia económica y social, hay que hacer inversión en dotación de bienes públicos, específicamente en infraestructura, tanto de transporte en todas sus modalidades como en infraestructura de salud, educación y tecnología. La inversión de esa naturaleza tiene varios beneficios: el primero, y con efecto inmediato, es la generación de puestos de trabajo; el segundo es que se mejora la competitividad del país por el camino de la mayor eficiencia en las cadenas logísticas, en formación de capital humano y desarrollo o implementación de tecnologías; el tercero es el dinero que se recupera porque al garantizar crecimiento también se garantiza más recaudo de impuestos, lo que hace que la deuda pública sea sostenible.

Colombia, a diferencia de otros países, tiene un déficit sustancial en la infraestructura de toda índole, lo que le permite tener la oportunidad de invertir bien para hacer sostenible la recuperación; es decir, todo gasto en inversión que se haga, prácticamente está cerrando una brecha negativa o atraso, entonces todo el dinero que se ponga ahí tiene el potencial de generar los beneficios ya mencionados. Aplicar keynesianismo puro es, de momento, la mejor opción para asegurar el despegue de la economía y darle el empujón que necesita para crear los puestos de trabajo que se perdieron y ya no se van a recuperar a menos que haya un crecimiento mayor.

La decisión de invertir para construir infraestructura debe ir acompañada de los instrumentos financieros adecuados para llevar el ahorro nacional hacia una buena inversión, así como canalizar flujos de capital que hoy están buscando donde rentar bien, y otra parte desde el capital del Estado. En el set de instrumentos financieros está desde la deuda pública tradicional hasta las asociaciones público privadas, pasando por los bonos sostenibles y verdes que pueden financiar la construcción de bienes públicos vinculados a mitigar los efectos del cambio climático, el transporte sostenible, la generación de energía limpia y la infraestructura social.

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