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GUILLERMO VALENCIA

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Invertir en tecnología, una escala de grises

Cuando hablamos de compañías de tecnología veremos que no todas son iguales. Algunas, como las de los fondos de Cathie Wood, en ARK invest, no son rentables. Otras sí lo son.

24 de mayo de 2022

Las caídas constantes en los precios de las acciones de tecnología durante este año han alimentado la idea de que nos encontramos frente a una burbuja igual a la del 2000.

Los analistas y medios que alimentan esta narrativa omiten que no vivimos los mismos tiempos y que no todas las compañías de tecnología son iguales.

Desde hace varios años he venido escuchando que el ascenso de las FANG (Facebook, Amazon, Netflix y Google) terminará en una burbuja. La pregunta que he formulado siempre es: ¿cuándo? ¿Cuándo dejará de crecer?

Lo cierto es que cuando vemos el histórico del Nasdaq Composite, índice que reúne a la mayoría de las compañías listadas en la bolsa de Estados Unidos, encontramos volatilidad, pero también un retorno del 103 % desde marzo de 2020 hasta noviembre de 2021.

La caída que hemos visto este año ha sido alimentada por la debacle de los fondos ARK Invest, administrados por la mánager Cathie Wood.

De estos, su instrumento bandera, ARK Innovation ETF, ha tenido una pérdida del 57 % en lo corrido de 2022.

Este ETF invierte en acciones de empresas, cuya propuesta de valor es ofrecer productos y servicios disruptivos e innovadores, también mejoras tecnológicas en las áreas de la genómica, automatización, transporte, energía e inteligencia artificial, entre otros.

La idea es muy prometedora, pues reúne compañías que pretenden crear nuevos mercados, soluciones y aplicaciones que podrían ser usadas globalmente.

La capacidad de Cathie Wood radica en incluir en sus fondos aquellas megatendencias con ese potencial transformador y lograrlo antes que los demás.

Sin embargo, las elegidas por ARK se encuentran en un desarrollo incipiente o cuentan con un modelo de negocio que todavía no es rentable.

Esto último es más crítico en un mundo en el que el ‘dinero barato’ terminó y las tasas de interés aumentaron.

Otro punto a tener en cuenta es que se trata de empresas ubicadas en la fase de instalación, en la cual la volatilidad en los precios y la incertidumbre sobre la adopción de esta tecnología son una constante.

Esa es la presión bajo la cual se someten los instrumentos de inversión de ARK.

No obstante, existen otras compañías que ya han avanzado bastante y construido propuestas de valor rentables. Estas encuentran en el Nasdaq y algunas en FANG.

Sí, se puede estar a la baja, pero es un hecho que muestran rentabilidad en cada trimestre. Comparemos el ARK Innovation ETF con el ETF XLK, el cual reúne el sector tecnológico del índice S&P 500, el cual contiene a las 500 compañías más grandes de Estados Unidos.

¿Qué encontramos en el XLK? Empresas de hardware, software, equipos de comunicaciones, semiconductores, etc.

Comparación del índice XLK con el Innovation ETF (ARKK). Fuente: Scale.
Comparación del índice XLK con el Innovation ETF (ARKK). Fuente: Scale. | Foto: Scale.

Lo que nos muestra la gráfica es que el XLK se encuentra en otro estado. Este ya vivió la purga de la burbuja de las .com y cuenta con empresas que arrojan rendimientos positivos.

Contrario a los fondos de ARK, el XLK se ubicaría en un estadio de desarrollo tecnológico: la sinergia.

Es decir, podemos esperar que las empresas de tecnología que hoy muchos consideran ‘en estado de burbuja’ alcancen en un futuro su madurez tecnológica.

El punto no es aislar las inversiones de las disrupciones tecnológicas, sino enfocarse en aquellas compañías y activos que se encuentran en el estado de sinergia y ya son rentables. Estos tienen una menor exposición a la volatilidad.

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