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Claudia Varela, columnista

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Lo que aprendí de James

No voy a hablar de fútbol exactamente. Aunque claramente me encanta y ando feliz viendo Eurocopa, Copa América y hasta la liga nacional (creo que hacía falta tanto fútbol), quiero hacer una reflexión de dos cosas puntuales: el liderazgo inspirador y la mala asesoría.

20 de junio de 2021

A las dos cosas nos vemos expuestos todos en la vida. James, absoluto “héroe” nacional cuando entró al Real Madrid y jugó en la selección, es un modelo de muchos niños y jóvenes. Amado por la mayoría de los colombianos que disfrutan del fútbol o el deporte, creo que esta semana se equivocó.

¿Has conocido a un James en tu equipo de trabajo? Cómo es que un ídolo increíble, que tiene todo para lucirse y ser una estrella, llegue a hacer declaraciones que lo dejan tan mal parado, en un país además en donde cualquier cosa se polariza.

Hablemos de las lecciones de James para los líderes que quieran inspirar. No es posible que si te preguntan quién ha sido el mejor líder de tu empresa tu respondas YO. ¿A quién se le ocurriría responder eso? Eso no es exceso de seguridad, es un nivel de egocentrismo que raya con la antiinspiración. Un líder que se crea el mejor ya pierde puntos, por que el liderazgo real da herramientas y hace que otros brillen. Un buen líder sabe que si se va de vacaciones su equipo seguirá andando, aunque él no esté presente.

Otra buena lección que me deja es el manejo de la prudencia. No hay que hablar más de la cuenta jamás. Ni en privado. Mucho menos cuando eres una figura pública. Y mucho menos de aquellos que construyeron, historia, hitos, cultura.

Hablar mal de Óscar Cordoba, del Tino, de Fredy, no James pero por favor no hagas eso. Peor sino dices nombres propios sino los metes en una bolsa de “vendidos”. En los 90 cuando este país estaba bastante desajustado (bueno ahora no es que esté mejor) esos personajes nos dieron alegrías que no podríamos describir. Tal vez porque nos pegábamos del deporte como un escape o tal vez porque era emocionante ver tanto talento junto. ¡Todos unos crac! Entonces el respeto por la historia es vital al hablar, al vivir, al liderar. ¿Han visto a algún James criticando a los que ya se jubilaron?

Vámonos a otra lección. El líder respeta la autoridad. Con esto no digo que no pueda controvertir, pero la verdad es que quiere dejar al profe Reynaldo muy mal con la población (pobres hinchas nosotros emocionándonos hoy por Egan y la selección para ver si escapamos un rato de la realidad), y peor, con su equipo. Mi querido James, lamento confirmarte que nadie es indispensable cuando un equipo es fuerte. El fútbol de verdad no es para divas, es para atletas comprometidos que le meten ganas a una camiseta cuando salen a la cancha. ¿Cuántos conflictivos que no respetan la autoridad pueden dañar la cohesión de un equipo de trabajo?

Me voy a la última lección de liderazgo inspiracional. ¿Qué imagen quieres proyectar? Que tu pasión es el fútbol, ¿o que te vean como una diva del show business?

Un líder como James es un modelo, es un ejemplo. Muchos colombianos lo siguen, así que ¿para qué algo tan mala onda cuando lo que necesitamos justamente ahora es humildad, escuchar, buen gusto y unión?

Y finalmente hay que saber asesorarse. Problema grande de muchos líderes en el país. No debemos rodearnos solamente de quienes nos dan la razón y nos dicen lo maravillosos que somos. Hay que cuestionarnos si lo que hacemos es correcto, y como bien dice mi padre, toda acción tiene consecuencias, así que James gracias por enseñarme que los asesores pueden dañarte en realidad si solo escuchas tu ego.

Como fan del buen fútbol les digo que amo la conducta competitiva, el buen trato y el buen juicio en un partido. Me encanta ver los partidos que terminan en conversaciones de ambos bandos en la cancha. ¿James querido, teniendo tanto talento, para que lo desperdicias en asuntos que no te suman? Un líder que inspire cuida sus silencios y entiende que es más el equipo que la individualidad.

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