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Gregorio Gandini, columnista de Dinero.

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Reconociendo nuestros sesgos

Cuando tomamos decisiones, hacemos juicios o emitimos una opinión, muchas veces venimos afectados por diferentes sesgos cognitivos que se han ido formando poco a poco en nuestra forma de procesar la información. En medio de la gran cantidad de opiniones e información circulando en el país, me parece apropiado dedicar esta columna a hablar un poco al respecto.

16 de junio de 2021

En esta columna decidí tratar un tema que me parece fascinante y es el de los sesgos cognitivos y cómo afectan nuestro proceso de toma de decisión. Cuando tenemos que tomar decisiones de forma rápida, el cerebro se vale de “atajos” que le permiten procesar la información y generar un curso de acción al respecto. Estos atajos son los sesgos cognitivos, pero el problema es que no siempre están basados en el pensamiento racional y pueden guiarnos a decisiones o juicios erróneos.

A este respecto, existe una rama de la economía que se llama la economía conductual que se dedica a analizar cómo los factores sociales, cognitivos, emocionales y culturales afectan las decisiones de los individuos. Como estarán pensando, esto tiene implicaciones en muchos campos, desde el día a día de nuestras decisiones de consumo hasta cómo se forman los precios en los mercados. Esta disciplina combina psicología, neurociencia y microeconomía para tatar de analizar este proceso de toma de decisión.

Si ustedes recuerdan lo que pasó después de marzo del año pasado mientras la economía en Estados Unidos mostraba contracciones y las tasas de desempleo llegaban a máximos históricos, los mercados de acciones marcaban niveles récord, que si bien venían impulsados por compañías tecnológicas, también mostraban por detrás una falacia de narrativa. Esta falacia consistía en pensar que la recuperación de la economía iba a ser muy rápida y en forma de “V” por lo que había que aprovechar y comprar acciones baratas ya que estas subirían impulsadas por ese crecimiento.

Si bien luego hubo muchos más factores en juego, en esta tendencia del mercado es particularmente revelador ver cómo durante al menos seis meses de datos que mostraban un deterioro económico continuo, el mercado seguía convencido de un rápido rebote viendo sesgadas sus decisiones de compra de acciones por esa misma narrativa. Es más, durante ese periodo publiqué el episodio de mi pódcast Gandini Análisis titulado “El S&P500 ¿viendo lo que se quiere ver?” en el que precisamente traté ese tema.

El sesgo de confirmación y las redes sociales.

Uno de los sesgos que he notado se repite con frecuencia en momentos cuando hay grandes temas que generan polémica en las redes sociales, como elecciones presidenciales o las marchas y protestas de este año, es el de confirmación. Este sesgo consiste en la tendencia a favorecer la información que soporta nuestra visión y no tomar en cuenta o restarle importancia a la que está en contra.

Tómense un segundo y analicen cómo está compuesto su feed en cualquier red social y van a notar cómo poco a poco vamos filtrando las publicaciones hasta lograr tener en cuenta solo aquellas que apoyan nuestra visión, de tal forma que al final lo que logramos es distorsionar nuestra percepción de la realidad. Esto tiene mucho más de fondo de lo que creemos porque es algo que está detrás también de la polarización, ya que al estar convencido de mi visión de la realidad y apoyarla con visiones similares es difícil aceptar otro punto de vista, noten en particular que en este caso no me he referido a ninguna corriente política solo al hecho de cómo procesamos esto.

Otro elemento que fortalece precisamente al sesgo de confirmación es también la tendencia de crear patrones que nos ayuden a explicar los hechos buscando generar una relación de causalidad, esto nos da la sensación de ser capaces entender y predecir los acontecimientos. Volviendo al ejemplo de la bolsa en Estados Unidos, cada dato que mostraba alguna mejoría era automáticamente más importante para los inversionistas porque confirmaba su teoría del rebote en “V” y encajaba en su patrón de relación causa efecto.

Por supuesto, esta teoría tiene muchísimo más de fondo y estudio de lo que brevemente mencioné aquí y los invito a leer más al respecto, pero espero que esta columna los haya hecho reflexionar un poco sobre cómo procesamos la información, percibimos la realidad y tomamos decisiones en nuestro día a día. La verdad debo decirles que sin lugar a dudas cuando empecé a revisar este tema me he dado cuando de que es un proceso largo y complejo de autoanálisis que estoy intentado hacer y poder así reconocer mis sesgos.

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