De la pasarela al púlpito

Unas semanas antes de ser elegida Señorita Colombia, en 1994, Tatiana Castro, la entonces candidata del Cesar, tuvo un sueño premonitorio en el que veía cómo ganaba la corona. Desde entonces creyó que cada cosa que pasa tenía una razón de ser.

Durante su reinado asistió a un sinnúmero de eventos y desfiles, en su mayoría obras sociales que la dejaban muy conmovida. Un día, después de ir de compras, se sintió miserable espiritualmente. Entonces quiso darle un giro a su vida y en 1998 dejó de lado la vanidad propia de las reinas de belleza y se propuso estudiar teología.

En 2006 conoció al que sería su futuro esposo, un exitoso empresario que también se desempeñaba como pastor. Junto a él fundó la iglesia evangélica Gloria en Gloria y desde entonces no ha dejado de predicar.