TELEVISORES

La televisión sigue su marcha

En 86 años, la llamada 'caja mágica' ha cambiado para siempre su apariencia y ha transformado la vida cotidiana de millones de familias en el mundo.

25 de agosto de 2012

“La televisión nunca será un serio competidor de la radio, porque la gente tiene que sentarse y mantener sus ojos pegados a la pantalla. La familia promedio jamás tendrá tiempo para esto”. Así, en un editorial del diario The New York Times publicado en 1939, se predecía el fracaso del nuevo medio. Poco después la televisión sacudió los hábitos de las familias en Estados Unidos –y en todo el planeta–, al punto de que hoy sería difícil de imaginar el mundo sin ella.

El televisor, que había nacido en 1926 como una pesada caja con una pequeña pantalla, inició su evolución tecnológica y social que nunca paró, y que en la última década ha sido más agitada que nunca.

La explosión de internet y el video en línea llevó a algunos ‘expertos’, tal como aquel editorialista, a lanzar profecías como que la red marcaría la muerte del televisor o, al menos, lo dejaría relegado, opacado por el computador, las tabletas y los teléfonos inteligentes.

Y no solo los ‘falsos profetas’ predijeron la caída del televisor. Steve Jobs, de Apple, lanzó en 2001 la estrategia Digital Hub , según la cual el computador sería el centro del entretenimiento en el hogar, alrededor del cual girarían las cámaras, los reproductores de música y video, los celulares y dispositivos móviles y… sí: el televisor. Pero este aparato ha evolucionado tanto, que en lugar de rendirse a internet y los equipos de cómputo está evolucionando para mantener su lugar de privilegio y que a su alrededor giren todos los demás.

¿Cuál es el avance más significativo?

Escoger un solo adelanto en casi nueve décadas del televisor sería injusto, y uno de ellos sin los anteriores no habría tenido sentido. Muchas innovaciones se han centrado en la calidad de la imagen, y allí entran desde el color, la alta definición y las tres dimensiones (3D) hasta las tecnologías de pantalla, como LCD y LED. Otras llevaron al televisor de la señal aérea a la de cable, la satelital y la digital.

Sin embargo, tal vez más impactantes son los avances que se enfocan en la experiencia de ver televisión. Allí, el primer gran hito en la historia es el control remoto, que se popularizó en los años ochenta, permitió a los televidentes aprovechar el surgimiento de más canales y creó el ‘zapping’, el hábito de cambiar constantemente de canal.

Y ahora el televisor vive tal vez su mayor revolución. Mientras una mejor pantalla, una mayor definición o contrastes y colores de mayor calidad son cambios evolutivos, la conexión a internet y otros dispositivos lo convierten en un televisor inteligente o smart TV, que podría transformar, de nuevo, los hábitos de millones de personas.

El televisor, incluso con el control remoto, siempre fue un medio de información y entretenimiento pasivo, en el que los usuarios se limitaban a recibir los contenidos del aparato y escoger los que más les atrajeran. Un smart TV puede ser un centro del entretenimiento activo, pues los usuarios no se limitan a escoger y ver programas, sino que pueden acceder a contenidos de internet –en video u otros formatos–, usar aplicaciones de productividad, diversión o información, interactuar con otros dispositivos como cámaras, computadores, teléfonos inteligentes y tabletas, consolas de juegos y grabadores de video digital. Muchos caminos siguen abiertos en la evolución del televisor.

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