| Foto: Ana Vallejo

POSCONFLICTO

Que los niños piensen el conflicto

A las puertas de un posible acuerdo de paz entre el Gobierno y las Farc, se hace necesario involucrar a las nuevas generaciones en el camino hacia la reconciliación.

28 de abril de 2016

A Dhaya le acaban de entregar el antifaz de mono aullador. A sus 12 años tiene una timidez tan interiorizada, propia por otro lado de su juventud, que se niegaba a ponérsela. Su interlocutor, en cambio, que le supera en edad y experiencia, no tiene reparo en  usar la de iguana.

Ella juguetea con la suya y, con la misma vergüenza y los ojos fijos en el piso, reflexiona en voz alta sobre una situación hipotética que le proponen tras escuchar  ‘El Camino: la fábula de los monos aulladores y las iguanas en algún lugar de Colombia’. Dice así: ¿qué consejo darías a estos animales para que dejaran atrás sus diferencias y se reconciliaran?

- Les diría que hablen.

- ¿Algo más?, le dicen.

- Que se perdonen.

-¿Y si no quieren?

Dhaya calla. A tan pronta edad, esta niña es consciente que para alcanzar la reconciliación una de las vías es acudir al perdón. Sin embargo, sus argumentos se quiebran cuando entiende que no todo el mundo está dispuesto a converger en esa idea. Ni siquiera los monos aulladores y las iguanas.

Lo que propone esta fábula es acercar a niños entre los 10 y 14 años a las consecuencias que han dejado más de 60 años de conflicto armado en el territorio. Más ahora, ante la firma de un posible acuerdo de paz entre el Gobierno y las Farc-EP que supondrá el inicio del posconflicto. Una etapa inédita en la historia del país en el que ellos, las nuevas generaciones, tendrán un papel determinante.

‘El Camino: la fábula de los monos aulladores y las iguanas en algún lugar de Colombia’ se inspira en la historia de Chengue (Sucre) y Macayepo (Bolívar), dos pueblos en los Montes de María convertidos en una metáfora de la reconciliación. La Corporación Reconciliación Colombia está detrás de este proyecto, de la mano de socios estratégicos como Unicef, la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo (USAID), la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y la agencia pedagógica Click.

A finales de los años 90, el sendero de 10 kilómetros que une estos dos corregimientos se convirtió en el paso de guerrilleros y paramilitares. Lo llamaban el camino de la muerte.

Los asesinatos y las desapariciones remplazaron los ventajosos y pacíficos intercambios comerciales que desde hacía décadas venían practicando los habitantes de Chengue y Macayepo. La violencia les arrebató algo más que la relación comercial: la confianza mutua que forjaron durante años.

Se sucedieron las acusaciones de pertenencia a alguno de los grupos armados ilegales que operaban en la zona. Se abandonaron las tierras, los cultivos y las plantas de aguacate. Durante casi 20 años se dejó crecer la maleza en esta arteria que pasó a ser el reflejo de una amistad malograda por el terror que impusieron terceros.

Todo cambió tras la desmovilización de las AUC y la caída de Gustavo Rueda Díaz, alias ‘Martín Caballero’, que propició que la guerrilla se replegara de los Montes de María.

Hoy en día, la vida ha vuelto a este camino, y los comerciantes de ambos pueblos retoman el intercambio de productos. Poco a poco, la normalidad que caracterizó esta trocha durante décadas se adueña del lugar. Muchos de los habitantes desplazados por la violencia retornan a cuenta gotas; pero sin pausa. 

En la fábula, los habitantes de Chengue y Macayepo son monos aulladores e iguanas. No hay buenos ni malos en esta historia, pues la idea es brindar herramientas a los niños para que hagan sus propias conjeturas de forma autónoma sobre cómo se genera un conflicto, sus consecuencias y los caminos que pueden transitarse hacia la reconciliación.

“Lo innovador de la cartilla es hacer que piensen, no darles un contenido masticado, porque no hay una fórmula mágica para la reconciliación. Abrir la posibilidad de que esto se vuelva participativo y reflexivo. Erradicar la sensación de que nos imponen una reconciliación”, detalla Diana Ospina, docente y autora de la obra.

Ahora el objetivo es hacer llegar esta cartilla a cuantos más menores mejor. Para ello, Reconciliación Colombia realizará programas pilotos en colegios públicos y privados de Cali, Cauca, Tumaco y Florencia. Adicionalmente, la versión digital del documento estará disponible para el público en la página web de la corporación.

PARA EL DEBATE

¿Cree que este tipo de acciones son efectivas para que los niños tomen conciencia sobre el conflicto? Deje sus comentarios en nuestro twitter @SemanaEd y @JuliaAlegre1