EDUCACIÓN SUPERIOR
Cómo planear el viaje de un hijo que quiere estudiar en el extranjero
Con la globalización, cada vez es más usual que los jóvenes estudien fuera de su país. ¿Cómo deben enfrentar los padres esta aventura de sus hijos?
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El hijo de 19 años de Gracie Riesgo, Alex, está en el segundo año de la universidad, pero ella no espera que vaya a casa a lavar la ropa. Está estudiando en Madrid, a 9.600 kilómetros –y un vuelo trasatlántico- de sus padres en California, Estados Unidos.
"Tiene el alma de viajero y siempre está viendo oportunidades para viajar"; así es como Riesgo explica el deseo de su hijo de estudiar en España."Al principio dijimos que no. Pensábamos que iba a ser muy difícil para él, pues nunca antes había vivido solo", agrega. "Pero ha sido una buena experiencia para todos. Mi hijo ha madurado realmente".
Globalmente, unos 4,3 millones de estudiantes están cursando su carrera universitaria en un país que no es el suyo, según la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE).Los países con la tasa más alta de estudiantes internacionales son Australia, Reino Unido, Suiza, Nueva Zelandia y Austria, en orden descendiente, y más de la mitad de los estudiantes extranjeros son asiáticos.
Todo estudiante que quiera triunfar en la economía global debería estudiar afuera", aconseja Daniel Obst, segundo vicepresidente de la Sociedad Internacional en Educación Superior para el Instituto de Educación Internacional (IIE)."Los empleadores buscan graduados capaces de trabajar en equipos multinacionales, que hablen distintos idiomas, que puedan trabajar fácilmente en distintas zonas horario y que tengan la flexibilidad y capacidad de adaptación que aprendes cuando vives en el exterior", agrega
Si su hijo universitario está considerando pasarse una temporada estudiando en otro país, o hacer toda la carrera allí, esto es lo que deberías saber.
Resolución y tiempo
Lo primero a considerar es si su hijo es suficientemente autosuficiente como para manejarse a sí mismo fuera de casa, miles de kilómetros lejos de su familia y amigos, en un lugar donde los locales hablen un idioma completamente distinto.
Ayuda que tenga habilidad para los idiomas, pero es una necesidad que tenga capacidad para resolver problemas.
¿Cuánto tiempo necesita para preparar todo?
Empiece a averiguar. Existe una gran variedad de programas de estudio en todo el mundo con distintos diplomas, dificultad y duraciónAlgunos programas imparten las clases en inglés, algunos permiten obtener el diploma de dos institutos al mismo tiempo.
En algunos sitios la educación es estricta, en otros no tanto."Creo que muchos de los programas en el exterior son bastante fáciles, por lo que debes preguntarte si realmente esto será una buena experiencia educacional", comenta Lynn O’Shaughnessy, experta de universidades estadounidenses, autora de ‘The College Solution’ (La solución universitaria) y cuyos hijos estudiaron en otro país."Realmente necesitas entender el tipo qué tipo de programa es".
Sitios en Internet como IIEpassport.org, IESabroad.org y StudyAbroad.com son unos buenos puntos de partida para averiguar.
Es importante averiguar si hay transferencia de créditos. Si su hijo universitario no va a hacer toda la carrera en el exterior, sino solo un semestre o año, asegúrese que las clases cuenten para la universidad local."Tienes que asegurarte de que puedes obtener esos créditos que te ganaste", señala Obst.
Calcular los costos
El universitario que estudia en el extranjero debe tener en cuenta que quizá deba pagar más además de las matrículas y cuotas, una cuota extra para el programa de estudiantes foráneos.
Y también está el costo de vida."Lo que la gente tiene que pensar es en cuán caro es estar en otro país. Mi hija estaba en Barcelona y el cambio de moneda no era bueno para los estadounidenses, así que todo era extremadamente caro", recuerda O’Shaughnessy.
Pero podría costar menos. Es el caso para algunos países como Estados Unidos, donde hay una tendencia creciente a estudiar fuera, como observa Obst."La mayoría va a Europa. Una de las razones es que en muchos lugares la matrícula es más baja (que en EE.UU.) y muchos de esos programas se ofrecen en Inglés", agrega.
"No tienes que ir a Alemania y hablar perfecto alemán para inscribirte en la universidad". En algunos lugares, la estructura del programa podría hacerlo relativamente más económico que en otros lugares.
En el Reino Unido, por ejemplo, con frecuencia se puede completar un máster en un año, en vez de los típicos dos años. En la Universidad de Cambridge se puede obtener un máster en administración de empresas a tiempo completo en 12 meses por unos 69.460 dólares.
Ese mismo máster en la universidad de Harvard, EE.UU. costaría casi el doble - 68.880 dólares por año durante dos años- ,más el año extra en el que el estudiante extranjero no podría trabajar para tener ingresos.
"Esto hace que de alguna forma el Reino Unido sea un destino atractivo", comenta Jacqui Jenkins, jefe asesora para el compromiso educativo del British Council. Obviamente, el costo de vida dependerá de la universidad; por ejemplo, Londres será más caro que Manchester.
Tener en cuenta los extras
Importante revisar la póliza de seguros. Si su hijo universitario todavía está en su póliza, asegúrese que lo cubrirá el tiempo que esté en otro país, y preferiblemente también para casos que no sean de emergencia.
Si se trata de un programa de la universidad local para que estudien afuera una temporada, lo más probable es que cuenten con un plan de seguros que se puede comprar en la universidad y que lo cubrirá en el exterior. También hay empresas que venden pólizas precisamente para este tipo de cosas.
Asegúrese que su hijo lo puede manejar
La universidad es un gran cambio. Una universidad en otro país, lejos de casa, es un salto todavía más grande."Hay muchos estudiantes inmaduros", advierte O’Shaughnessy. "Creo que hay demasiados estudiantes que ven esto como una gran vacación".
Mantenerse en contacto
Ahora estudiar en el exterior es muy distinto a como era hace 20 años, pues es mucho más fácil estar en contacto."Nosotros hablábamos con nuestra hija muchas veces por Skype", recuerda O’Shaughnessy. "Poníamos el portátil en la mesa y hablábamos con ella como si estuviera comiendo con nosotros".