Los libros de texto como los conocemos podrían desaparecer. | Foto: Cortesía pixabay.com

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¿Llegó el fin del libro texto escolar?

Las nuevas tecnologías, las apuestas del Ministerio de Educación y la amplia oferta de materiales digitales plantean la posibilidad de que las empresas editoriales puedan desaparecer.

26 de agosto de 2015

La educación escolar siempre ha requerido materiales que afiancen el aprendizaje. Durante el proceso de formación y de enseñanza resulta vital el apoyo de elementos pedagógicos. El libro de texto, como se conoce hoy, surgió en el siglo XIX. Sin embargo, solo hasta principios del siglo pasado nació una industria editorial que se dedica a elaborar libros en masa con una orientación didáctica.

Desde entonces el debate sobre el uso de los textos escolares en la educación ha estado a la orden del día. La academia y las nuevas pedagogías lo han criticado. Afirman que es obsoleto y que en ocasiones limita otras metodologías de aprendizaje.  Sin embargo, es ineludible que los materiales se siguen utilizando y con el tiempo se fueron renovando. Han  cambiado las perspectivas para ofrecer contenidos.

La escuela tampoco fue ajena al auge de la tecnología. Los contenidos digitales y los materiales online llegaron desde Encarta, ya desaparecida, reemplazó a los históricos y tradicionales tomos de enciclopedias. Las editoriales no se quedaron de brazos cruzados ante los cambios. Decidieron transformarse y hoy  la gran mayoría ofrece, junto a los materiales impresos, plataformas educativas, recursos online, guías educativas interactivas, entre otros.

Sin embargo se enfrentan a una dificultad: el surgimiento acelerado de plataformas en línea, que impulsan desde empresas de tecnología hasta emprendimientos locales. Además, la decisión del Ministerio de Educación de renovar la página web Colombia Aprende, en la que hay de forma abierta y gratuita contenidos, planeaciones de clase y guías docentes para matemáticas, lenguaje, ciencias y sociales.

¿Cuál es entonces el camino que les espera a las editoriales? El debate está encendido en el sector educativo. Semana Educación consultó a dos voces enfrentadas en esta polémica sobre el texto escolar y los materiales desarrollados por las editoriales.

Carlos Lugo lidera la apuesta del Ministerio de Educación por ofrecer recursos educativos abiertos. Como jefe de Innovación de esta cartera afirmó que se trata de un movimiento mundial y que en Colombia se tomó el ejemplo de Corea del Sur, con la creación de cinco centros de innovación. Allí instituciones de educación superior y profesores de todo el país se han dado a la tarea de desarrollar los contenidos de forma participativa, siguiendo los lineamientos y la malla curricular. En pocas palabras: materiales de todos para todos.

Sobre este mismo tema, Enrique González Villa, presidente de la Cámara Colombiana del Libro y vocero de las editoriales de texto en el país, afirmó que lo toma por sorpresa la decisión del ministerio de construir contenidos abiertos y gratuitos. Explicó que si el proceso fue de forma participativa nunca fueron consultados. Tampoco se les involucró en la planeación y ejecución. De hecho, consideró que dejar por fuera a las empresas que llevan años haciendo libros de texto “es como decidir que un día las carreteras del país las hará la comunidad y no las harán más los ingenieros, para hacerlas más participativas”. Agregó que existen estudios que demuestran que “en América Latina todos los países compran libros de texto y materiales digitales a las editoriales excepto Bolivia y Colombia. Esa es una de las explicaciones de los resultados en las pruebas PISA”.

Frente a la pregunta por las implicaciones que tiene la sobreoferta de contenidos digitales sin ningún control,  Carlos Lugo respondió “que el ministerio no pretende regular el libre desarrollo del mercado”. Por eso, añadió, se definió una malla curricular y unos contenidos claros para el sector oficial.  Según Lugo “el exceso de oferta digital llega es al sector privado, donde los colegios deciden qué enseñan y los recursos para hacerlo, en este caso el ministerio sugiere lineamientos nada más”.

Enrique González expresó que la industria editorial no pretende prohibir esa oferta, pero “desconocer la experiencia y el conocimiento sobre la forma de aprender de los niños y la forma de enseñar de los profesores, es algo delicado. Sobre la educación no se improvisa”, sostuvo. Agregó que “ahora hay inventos que no tienen soporte pedagógico ni didáctico circulando en las escuelas”.

Este debate es solo el abrebocas de lo que se discutirá en la Cumbre Líderes por la Educación 2015, sobre el futuro de los contenidos educativos y su impacto en la calidad. El evento se desarrollará el 2 y 3 de septiembre en la  Cámara de Comercio de Bogotá.

Para conocer la agenda completa del evento y reservar su cupo visite la página web www.cumbrelideresporlaeducacion.com.