EDUCACIÓN
La mala paga para los maestros colombianos
Este mes se celebra el día del maestro. Muchos los felicitan, sin embargo, los reconocimientos salariales no son visibles. En especial para los maestros bilingües que no son extranjeros.
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Una maestra de inglés afirmó que domina tres idiomas, hizo una maestría en literatura inglesa y lleva más de 15 años como docente, sin embargo, su sueldo es inferior al de un profesor que se acaba de graduar de la universidad y que sólo habla un idioma. Él también enseña inglés, pero no estudió pedagogía, ni literatura, sino Ciencia Política. La explicación es sencilla: ella nació en Colombia y él acaba de llegar al país. Y para las directivas, la nacionalidad es una razón suficiente para la asignación salarial.
No importa que el maestro sepa menos sobre gramática, tampoco que carezca de experiencia. Ser extranjero es suficiente. Pero no se trata de un caso aislado. En muchos de los colegios bilingües del país, las directivas discriminan salarial y laboralmente. Un profesor calculó que la diferencia es del 30%, mientras que otra docente sostuvo que podría llegar al 40%. No obstante, ambos afirmaron que la cifra no es homogénea: “los sueldos en los colegios privados se asignan a dedo”, afirmaron. Pero la ventaja salarial no es la única diferencia. En algunos colegios les dan medicina prepagada, pasajes aéreos, e incluso les pagan el arriendo.
Los maestros extranjeros obtienen mejores condiciones laborales únicamente por su ciudadanía. Para los colombianos es un requisito estudiar pedagogía y demostrar un conocimiento del idioma, pero para los extranjeros no. En muchos casos estudian carreras que no están relacionadas con la enseñanza, y “en otros ni siquiera tienen título profesional”, afirmó otra profesora. Tampoco es un requisito que el inglés sea su lengua nativa; muchos profesores son europeos y hablan como primera lengua el danés o el neerlandés.
¿Son mejores empleados?
Una profesora que fue coordinadora del departamento de inglés de un colegio privado afirmó que el desempeño profesional de los extranjeros a veces es excelente. “Algunos conectan muy bien con los jóvenes y los motivaban a hablar en inglés. No obstante, en muchas ocasiones, les cuesta manejar a los niños”. Además, afirmó que algunos son irresponsables: no planean las clases, ni corrigen y llegan tarde al colegio. La solución es sobrecargar a los colombianos. La misma coordinadora cuenta que cuando era profesora, “le tocaba corregir los cuadernos de ellos y reemplazarlos cuando no asistían”.
Sin embargo, a pesar de las buenas condiciones laborales y de la paciencia de los jefes, los índices de permanencia de los extranjeros son muy cortos. Una maestra cuenta que no duran más de dos años, mientras otra afirmó que por mucho trabajan por un año. La razón es que no han estudiado pedagogía, no saben cómo controlar los grupos de adolescentes, ni cómo preparar clases, y en muchos casos, tampoco tienen vocación. Entonces, cuando se dan cuenta de que no era un trabajo fácil, renuncian. Igual, la razón para visitar Colombia no era enseñar: querían viajar, conocer mujeres y ver paisajes, y de paso, aprender algo de español.
"Lo preocupante es que, aunque no siempre, se han presentado casos tan llamativos como que algunos colegios bilingües contratan profesores que en su país de origen se dedicaban a trabajar como obreros de factorías, camioneros, vendedores, entre otras profesiones que nada tiene que ver con la educación. Estos trabajadores asumen (y la institución también) que por el simple hecho de hablar inglés, francés o alemán, son aptos para enseñar esta lengua". Así lo afirmó un profesor de un colegio privado de Cali.
Las directivas no desconocen la situación. Entonces, según una profesora, les demuestran gratitud a los maestros que se han esforzado, que se han dedicado y trabajan más, pero que ganan menos por su pasaporte. Sin embargo, “ese agradecimiento es únicamente verbal. No significa una mejora de las condiciones laborales”. Sobre el tema, un profesor de Geografía afirmó que “en Europa y en Norteamérica los extranjeros son ciudadanos de segunda, pero acá es al revés: los extranjeros son superiores”.
¿Por qué ocurre?
Los dueños de muchos colegios aceptan los sacrificios de pagar más a personas que no siempre son competentes, porque son negocios. Así lo afirmó un profesor de Sociales. Y “mostrar extranjeros es parte de la publicidad empresarial”; sirven para convencer a los padres de que vale la pena pagar matrículas costosas, mensualidades elevadas y bonos de ingreso. En su opinión, “todo es por arribismo”: quieren que cuando sus hijos pronuncien palabras en inglés, “lo hagan sin la influencia del acento colombiano, que consideran vergonzoso”, afirmó.
Un profesor afirmó que “esto ocurre por nuestra actitud montañera y pueblerina. En Colombia vemos a un extranjero y nos impresiona, sin importar su formación. Como si sólo con visitar el país nos hicieran un favor. Por eso hay diferencias salariales”. Así, durante la celebración del día del maestro, las directivas felicitan a los maestros con discursos melosos y festejan su día con algún refrigerio acomodado al presupuesto, pero son sólo palabras.