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CURIOSIDAD

El debate acerca de los niños y la tecnología

Qué defienden quienes dicen que los celulares, los computadores y las tabletas son beneficiosas para los menores y qué argumentan los que consideran estos aparatos perjudiciales.

12 de diciembre de 2016

La tecnología cada vez se adentra más en el mundo de las personas: en los hogares, en los trabajos, en las escuelas, en el día a día. Por eso es común ver a la gente dedicarle varias horas al día a sus celulares, sin darse cuenta del tiempo que invierten en esta actividad. Muchas veces los padres tratan de impedir que sus hijos más pequeños tengan contacto con la tecnología, ya que consideran que puede ser dañina para su desarrollo. Y por más que lo intenten es difícil, porque en cualquier lugar sus hijos se van a encontrar con aparatos que les van a llamar la atención: televisores, ipads, celulares, computadoras, videojuegos, etc.

Marc Prensky es una eminencia de la educación en Estados Unidos y se ha caracterizado por defender las bondades de la tecnología. Para él, a algunos padres no les gusta que sus hijos utilicen computadores o celulares porque ellos no los tuvieron en su infancia y no entienden que los tiempos han cambiado: “Tú no tenías computadores cuando eras un niño, entonces no entiendes lo que es crecer con uno. Es su vida, son sus tiempos. Tenemos que ser muy cuidadosos en no adoptar actitudes de otras épocas que ya no se adecuan a las de la actualidad y no imponer esa visión anticuada a los niños”.

Prensky acuñó los términos de ‘nativo digital’ e ‘inmigrante digital’. Los nativos digitales son los niños que nacieron en años en que la tecnología abundaba y por lo tanto aprovecharon los recursos tecnológicos que les brindaba la sociedad, mientras que los inmigrantes digitales se refiere a las personas que nacieron en una época en la que había poca tecnología, por tal motivo no tuvieron la oportunidad de explorarla.

Para Prensky la tecnología es un recurso que brinda grandes oportunidades para acceder al conocimiento y no hacer uso de ella es desaprovechar innecesariamente una valiosa herramienta. “La razón por la que leemos libros es para aprender sobre el comportamiento humano. Entonces, ¿por qué no aprender, pero haciendo uso de los diferentes formatos disponibles? Los libros han evolucionado, así que, no es una cuestión de dejar de leer libros, sino de combinar todas las posibilidades que ofrece la tecnología para leer un libro”.

Por otro lado, Jenny Radesky, doctora de la Universidad de Boston, lideró un estudio del Hospital Infantil CS Mott de la Universidad de Michigan que fue publicado por JAMA Pediatrics. En la investigación se analiza el impacto de la tecnología en los niños y se afirma que los padres usan todo tipo de aparatos electrónicos (desde televisores y videos hasta otros con los que se puede interactuar como celulares y tabletas) para calmar a los hijos que tienen comportamientos difíciles y para que hagan tareas, coman, se acuesten a dormir y se comporten en público.

“Hemos percibido que, cuanto menos control y más frustración tienen los padres sobre el comportamiento de sus hijos, estos eran más propensos a su vez a emplear los dispositivos móviles para ayudarles a calmar a sus hijos”, señala Redesky como una de las conclusiones del estudio, en el que hicieron parte 144 niños entre 15 y 36 meses de familias de escasos recursos.

Para Redesky que un niño use constantemente estos aparatos puede traerle consecuencias, por ejemplo, dificultades para resolver problemas, desinterés por otras actividades, no socializar y falta de autocontrol. ¨Si estos dispositivos se convierten en un método habitual para calmar y distraer a los niños, ¿ellos serán capaces de desarrollar sus propios mecanismos de autorregulación?”.

Redesky afirma que otros estudios han demostrado que “el incremento del tiempo que pasan los niños delante de la tlevisión puede llegar a obstaculizar el lenguaje de los niños pequeños y el desarrollo social, en parte debido a que reducen la interacción humano-humano”. Pero así como asegura que la tecnología puede ser contraproducente para el desarrollo de un menor y que no debe ser utilizada como un método para calmar a un niño.  Sin embargo, hay un punto en el que coincide con Prensky, cuando afirma que hay que aceptar que la tecnología ha invadido el mundo y, por lo tanto, se debe buscar el método en que “se pueda utilizar como una herramienta para aumentar la conexión entre padres e hijos”.