Los estudiantes del Colegio Técnico Benjamín Herrera de Bogotá han construido sus propios paneles solares, generando un ahorro en la cantidad de vatios que consume su plantel educativo. Foto: cortesía Leonardo Quintero, profesor de la institución. | Foto: Foto: cortesía Leonardo Quintero.

HISTORIA

Los estudiantes de Bogotá que concursan para que su colegio funcione con paneles solares

La Institución Educativa Técnica Benjamín Herrera de Bogotá podría entrar al selecto grupo de planteles iluminados en su totalidad con energía solar.

23 de septiembre de 2018

Con ansias esperan 30 estudiantes de los grados décimo y once del Colegio Técnico Benjamín Herrera de Bogotá a que llegue octubre. En el transcurso de ese mes los jurados del premio Zayed, en Emiratos Árabes, darán a conocer a los finalistas de este concurso basado en las energías del futuro.

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El interés de estos jóvenes, que hacen parte del grupo de investigación de ese plantel educativo público, situado en el barrio Alcalá, radica en que con los 100.000 dólares que obtendrían como premio si ocupan el primer lugar, tendrían asegurados un gran porcentaje de los recursos para la instalación de una planta solar de más de 4.000 vatios que abastecería a todo su colegio.

“En 2016 nos inscribimos la primera vez a ese concurso y el resultado no fue malo porque nos hicieron una buena retroalimentación. Nos dieron a conocer que, aunque no estábamos entre los finalistas, el proyecto sí era viable y la idea muy buena, y más en una ciudad como Bogotá en donde existía el mito de que la energía solar no funcionaba”, mencionó Leonardo Quintero, docente del Colegio Benjamín Herrera y coordinador del proyecto.

El profesor agregó que en 2017 no pudieron participar debido a que se les vencieron los términos por cuenta del paro nacional de docentes. “Este año ya nos inscribimos nuevamente y estamos esperando a que en octubre salga la lista de los finalistas. Aspiramos y soñamos con estar en ella”, comentó el maestro para quien la consecución del dinero para esta clase de iniciativas es lo más difícil en Colombia.

“Hasta ahora hemos logrado sostener este proyecto a partir de recursos propios, de la institución y gracias al trabajo de los chicos, pues la mano de obra es ciento por ciento de ellos. Sin embargo, seguimos esperando a ver si alguna entidad del Estado nos apoya o si con algún premio que nos ganemos podemos adquirir más plata y ampliar este sueño por el que venimos luchando desde hace más de 7 años”, expresó Quintero.

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Un proyecto de vieja data

Un grupo de 20 estudiantes decidió en 2010 aventurarse a desarrollar una iniciativa que ayudara a minimizar el daño que se le ha hecho al medio ambiente por cuenta de la mala utilización de los recursos naturales. “Para tal fin fueron sensibilizados los estudiantes sobre la importancia de utilizar energías alternativas o limpias, que no emitieran gases contaminantes a la atmósfera”, recalcó Quintero, quien fue el promotor del proyecto.

La iniciativa se basó en instalar celdas solares e iluminar espacios del colegio para reducir la emisión de CO2, así como el consumo de energía convencional. “A partir de entonces nos dimos a la tarea de convencer al rector del momento para que nos destinara los recursos y así poder adquirir un primer panel. Por fortuna logramos su apoyo y con los rubros provenientes del Proyecto Ambiental Escolar pudimos traer los insumos necesarios de Estados Unidos”, apuntó el docente.

El coordinador del proyecto señaló que tras un arduo proceso de trabajo lograron en 2011 instalar energía solar en un aula especializada (salón de química) y, posteriormente, un punto de carga para celulares. “Con esos resultados participamos ese año en Expociencia y Bogotá Ingenia. Ahí empezamos a darnos a conocer”, explicó.

De esta forma, el plantel pasó de consumir 802 vatios a tan solo 52, a partir de este nuevo sistema de iluminación, cuya carga dura 12 horas y su vida útil está estimada en 30 años. “Nosotros tenemos un valor agregado debido a que la mano de obra nos sale gratis, pues el colegio es técnico y los estudiantes de la especialidad de electricidad están en la capacidad de hacer las instalaciones. De hecho, ellos fueron quienes realizaron los diseños y las adecuaciones para la primera planta”, recalcó.

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Quintero afirmó que en 2013 se logró demostrar que el consumo de energía convencional del colegio se redujo en más o menos 2 millones de pesos, gracias a la implementación de este sistema en una sola aula. “Si logramos tener todo el colegio iluminado con energía solar, la reducción mensual y anual va a ser mucho más significativa y con esto imagino que ya no solo las secretarías de educación, sino el mismo Ministerio entrarían a apoyar a las instituciones para que implementen este tipo de proyectos”, planteó.

El docente indicó que con el pasar de los años han logrado adquirir otras celdas con recursos propios e implementar subproyectos como un sistema de riego con energía solar en la huerta escolar y el diseño de una fuente de agua alimentada por los rayos del sol, para la cual ya cuentan con una celda y las baterías.

Mucho más que tecnología

Para el profesor Leonardo Quintero este proyecto va más allá de instalar celdas y paneles solares. Lo que busca es transformar las vidas de los estudiantes a partir del conocimiento.

“Siempre me he preocupado por la dignificación y la consolidación del proyecto de vida de mis estudiantes. De ahí nació la idea de hacer algo desde el aula para que los chicos se motivaran. Había que buscar cosas diferentes para que los alumnos ocuparan bien su tiempo libre. Ellos querían aprender cosas distintas y eso fue lo que hicimos”, comentó.  

Estudiantes del grado décimo y once construyendo los equipos para recolectar energía solar. Foto: cortesía Leonardo Quintero, profesor líder de la iniciativa. 

El docente expresó que muchos jóvenes han visto en esta iniciativa la posibilidad de consolidar su proyecto de vida, al seguir una carrera profesional. “Otros ya lo están haciendo y otros sueñan con eso. La importancia del proyecto es que lo hemos mantenido durante ocho años y cada vez llegan jóvenes nuevos que quieren participar, porque han visto que varios de sus compañeros se han superado y ya son personas que le están sirviendo a la sociedad. El medioambiente está pidiendo a gritos ayuda y esta es una forma de hacerlo”, puntualizó. Para Quintero en la educación está el secreto para poder transformar la vida de los estudiantes y de las futuras generaciones.