Este modelo de Universidad de los Niños sigue expandiéndose por los países de Europa y en Latinoamérica. | Foto: Cortesía.

EDUCACIÓN

Universidades para niños

Para acercar a los niños al conocimiento y a la investigación no hay que esperar que estos crezcan y vayan a la Universidad, hay que crear espacios de comunicación donde se reivindique la importancia del asombro y de hacerse preguntas.

Carolina Campuzano
12 de noviembre de 2015

Preocupados porque la educación tradicional estaba matando el asombro de los niños al ocuparse sólo de que ellos memorizaran, de que estudiaran sólo para obtener una nota y de que se les diera respuestas formuladas, en Tubinga, Alemania, surgió en 2002 el modelo Universidad de los Niños. Este proyecto busca acercar a los pequeños, a partir de los ocho años, a la ciencia y a la investigación que se produce en las universidades y también aproximarlos a los científicos que pudieran explicarles algunos enigmas del mundo.

Siguiendo este modelo, pero teniendo en cuenta el contexto colombiano, la Universidad Eafit, de Medellín, creó la primera Universidad de los Niños del país y de América Latina, modelo que este año cumple una década de estar funcionando. La idea, según Ana cristina Abad, directora del programa, “es equipar a los infantes con habilidades de investigación que les ayuden a ver el mundo de una manera diferente, no es volverlos científicos sino motivar su curiosidad así como el pensamiento crítico”.

Según Santiago Ospina, quien lleva nueve años en la Universidad de los Niños y actualmente está en grado décimo del colegio San José de las Vegas, este programa “me ha enseñado a ser desafiante con el conocimiento, a cuestionarme constantemente y me ha permitido perfilarme desde pequeño en el área que me gusta sin dejar de interesarme por otros temas”. Además, para los estudiantes de Eafit que son talleristas en el programa, como Maira Duque, egresada de Administración de empresas, el modelo de Universidad de los Niños sirve para “romper paradigmas, recuperar la capacidad de asombro y aceptar la diversidad”.

Por eso, para Abad, este proyecto busca también construir tejido social y romper el esquema de que la educación de calidad solamente se da a quienes tienen dinero. Por eso, al programa no sólo van niños de los barrios de clase alta de Medellín como El Poblado, sino también de barrios populares como Santo Domingo, porque “los niños en relación al conocimiento no tienen estratificación”, agrega Abad.

El principio del modelo de la Universidad de los Niños, es que la curiosidad de un chico es potente, independiente de donde nazca y que no tener recursos, no significa que estos individuos no sean aptos para estar en la investigación. Además, busca que los niños de más recursos entiendan “que el mundo no termina en su colegio o con unas vacaciones en Miami”.

A pesar de que este programa, que está en 263 instituciones educativas de la ciudad y que ha impactado a  2239 niños y jóvenes,  no se basa en una sola corriente pedagógica, tiene cuatro principios claros: la pregunta, la conversación, el juego y la experimentación. Así, se desarrollan los talleres a los cuales asisten los estudiantes, convocados a través de los colegios, una vez al mes y junto a estudiantes e investigadores de Eafit. Estos últimos personajes acompañan en diversas etapas a los niños: primero los participantes se acercan a una pregunta como ¿por qué hay guerras? o ¿por qué la tierra tiembla?; luego los investigadores los acercan al conocimiento y por último los niños realizan proyectos ya sea en ciencias naturales o sociales.

Este modelo de Universidad de los Niños sigue expandiéndose por los países de Europa y en Latinoamérica, Brasil ya está implementando también este programa que ve a la educación como un ejercicio de comunicación para llegar al conocimiento y disfrutarlo.