| Foto: Fidget Spinner

TENDENCIA

Este es el juguete que tiene molestos a los profesores

El particular juego tiene enloquecidos a los jóvenes de todo el mundo. Sus defensores opinan que ayuda a la concentración; sus detractores, que hace todo lo contrario.

17 de mayo de 2017

Siempre hay un juguete de moda en los colegios. Antes fue el yo-yo, los trompos, las cocas y los tazos. Hoy es el fidget spinner, promocionado como una ayuda contra el estrés y el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH). Su popularidad es tal que ocupa los primeros 20 lugares en ventas de juegos infantiles en Amazon, y aunque su precio promedio de cuatro dólares, algunos pueden llegar a costar hasta 400 dólares en eBay.

El fidget spinner, como otros juguetes tradicionales que fueron un éxito de ventas en su momento, se caracteriza por su sencillez: consiste en una pequeña hélice de tres esquinas, que gira libremente sobre su vértice. Su objetivo es, esencialmente, hacerlo rotar tanto como se pueda, aunque algunos aficionados más experimentados hacen trucos pasándolo de una mano a la otra o golpeándolo con el pie sin que toque el suelo o deje de moverse.  

Un juguete inofensivo pero que está generando mucha polémica en los colegios. La principal razón es que, según los profesores, desconcentra a los estudiantes. “Cuando tratas de concentrarte en tu trabajo todo lo que puedes oir es el fidget spinner girando y girando. Y si alguien tiene uno cerca te distrae porque está tratando de hacer trucos.  Todo el mundo lo está mirando”, expresó en su cuenta de Twitter Chris Hildrew, director de la Churchill Academy en Somerset, Inglaterra. Según Spinnerlist, una plataforma sobre este juguete, hasta un tercio de las 200 escuelas secundarias más grandes de Estados Unidos lo tienen prohibido y en Reino Unido muchas han replicado esta prohibición.

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Los vendedores promocionan este artefacto como una herramienta para concentrarse ya que el usuario mantiene las manos ocupadas con un ejercicio sencillo mientras presta atención a otra cosa. “Es perfecto para el trastorno por déficit de atención, la ansiedad y el autismo”, aseguran diferentes publicaciones en Amazon. Y aunque su efectividad terapéutica carece de sustento científico, varios lo defienden. “Unos especialistas que vinieron a la escuela lo recomendaron para ciertos niños, así que se los vamos a comprar”, explicó un profesor de primaria a la BBC. 

Un invento casero que  provocó la histeria 

El fidget spinner nació en 1993 con una motivación muy diferente. Catherine Hettinger, una canadiense agobiada por una enfermedad neuromuscular autoinmune, pegó un par de objetos caseros con cinta para crear un juguete que pudiera emplear con su limitado movimiento muscular y así interactuar con su hija. Hettinger registró su patente y trató de venderla a Hasbro, pero la compañía no quiso fabricarlo. 

Años después, la canadiense perdió la patente y cientos de pequeños fabricantes se dieron a la tarea de volver a revivirlo pero con una intención comercial destinado a personas hiperactivas, Aunque también se vende para ejecutivos estresados. En diciembre del 2016, fue catalogado por Forbes como el “artículo de oficina indispensable del 2017”. 

Según varios estudios, la técnica del “fidgeting”, que se refiere al acto de moverse inquietamente (como oprimir repetidamente un esfero retráctil) ayuda a los pacientes hiperactivos a concentrarse. 

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Sin embargo, más que en las empresas, el fidget spinner tuvo una gran acogida entre los jóvenes. “En los últimos do meses las ventas se han disparado”, dice Camilo Bedoya, dueño de Fidget Colombia, comercializadora del popular juguete en el país. “El público mayoritario son estudiantes de colegio y de universidad que compran para ellos mismo y, muchas veces, para su grupo de amigos”. En Colombia el precio oscila entre los 20.000 y los 70.000 pesos. 

Semejante popularidad ha contribuido a revivir el debate sobre los trastornos de ansiedad en menores de edad. En Estados Unidos cada vez más niños y jóvenes son diagnosticados con Déficit de Atención e Hiperactividad. Según un estudio publicado en el Journal of Clinical Psychiatry, entre 2003 y 2015 hubo un incremento del 42 % en el número de menores diagnosticados con esta enfermedad en ese país. “Lo más probable es que solo haya aumentado la cantidad de diagnósticos, así como la cantidad de mentiras que se dicen sobre el TDAH”, señaló Rafael Vásquez, médico psiquiatra especialista en niños y adolescentes,

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