| Foto: Archivo SEMANA

POLÉMICA

Córdoba en deuda con sus niños indígenas

La Comisión Colombiana de Juristas y los líderes indígenas llevan años denunciando la situación de los menores embera katío en este departamento, sin escuelas de calidad.

9 de marzo de 2016

La Constitución colombiana es muy clara en su mandato: las lenguas y dialectos de los grupos étnicos son el idioma oficial en sus respetivas regiones de influencia junto al castellano. De ahí la obligatoriedad de fomentar una enseñanza bilingüe en las comunidades con tradiciones lingüísticas propias.

Sin embargo, esta garantía, de conformidad con el artículo 14 de la Declaración de Naciones Unidas sobre derechos de los pueblos indígenas a la que está suscrita Colombia, no se está cumpliendo. Así lo sentenció en su último informe la Fundación para el Desarrollo Social Transformemos que asegura que el abandono estatal, que caracteriza estas zonas del territorio, provoca que la lengua imperante sea el castellano, en detrimento de las lenguas autóctonas.

Esa también es la tónica en Córdoba, donde habita parte del pueblo indígena embera katío y a cuyos niños no sólo se les niega el derecho de educarse bajo la estrategia de la etnoeducación, sino también a formarse bajo parámetros educativos de calidad.

La Comisión Colombiana de Juristas (CCJ) denunció esta realidad en el libro ‘Gente de río’, publicado en 2013. Sin embargo, y como ha podido saber Semana Educación en exclusiva, la situación se mantiene tres años después.

Uno de los casos que mejor retrata esta situación es la del resguardo de los Ríos Verde y Sinú con 16 escuelas de primaria para las que, de acuerdo a Belisario Domicó, uno de los líderes indígenas, “la Gobernación de Córdoba no ha desarrollado un plan de etnoeducación bilingüe de calidad”. De hecho, en la actualidad, solo tres de estas instituciones brindan una oferta pertinente  que permita que los niños pasen a secundaria con los conocimientos mínimos. Semana Educación trató de ponerse en contacto con la Secretaría de Educación departamental sin recibir respuesta.

A esto se suma que el resguardo, en las que habitan 30 comunidades embera katío, tampoco cuenta con instituciones educativas de secundaria. Esto obliga a los padres a inscribir a sus hijos en colegios de Tierralta,  ubicado a dos horas de distancia en lancha rápida de la comunidad más próxima, y a dos días de trayecto, entre lancha y caminata, de la más alejada.

Los jóvenes que sí tienen los recursos para educarse en Tierralta acceden a una educación basada en el modelo occidental. Y es que, al compartir aula con estudiantes mayoritariamente no indígenas, la enseñanza se estandariza y los planes de estudio tradicionales se imponen. De esta forma, el castellano y la cultura moderna desplazan  las tradiciones ancestrales, valores e idioma de estos jóvenes.

Carolina Solana explica que incluso ha habido  problemas con varios colegios “porque no dejan a los niños llevar sus ropas embera”. Para la abogada “esto pone en peligro la supervivencia del pueblo porque la mayoría de menores no puede estudiar y continúan reproduciendo sus círculos de pobreza, y los que lo logran pierden sus raíces indígenas”, sentencian desde el CCJ.

“La secretaria departamental anterior dejó dos escuelas de secundaria iniciadas, proyecto para el que recibieron un monto de 280 millones de pesos, pero nunca se terminaron de construir”, explica en conversaciones con esta publicación Efraín Chamarra, coordinador de educación del resguardo, que vuelve a reiterar la importancia de que sus niños puedan acceder a los ciclos de secundaria dentro del resguardo.

De acuerdo con el líder indígena, en el momento hay “500 y pico” de niños embera sin ir a la escuela. La explicación que da es que la nueva gobernación todavía no ha materializado un acuerdo de matrícula contratada con ninguna fundación para que atiendan a estos menores. “Nos dicen que esta semana ya se sabrá con qué organización suscribirá el acuerdo”.

El abandono estatal en cifras

La deserción escolar en Córdoba se duplica en el caso de los niños embera katío en comparación con las tasas que maneja la Secretaría de Educación territorial a nivel departamental: 11% frente al 6%. Pero es que, en caso de que todos los menores indígenas de Córdoba (se calcula que hay algo más de 2.000 por debajo de los 18 años) tuvieran acceso a la etnoeducación,  no habría suficientes maestros indígena que, en la actualidad, se cifran en 34. Así pues, cada docente tendría a su cargo por lo menos 60 niños.

Esta situación de analfabetismo y perpetuación de la vulnerabilidad se refleja también en el último censo del Dane en el que se recogió que, si bien 25.992 indígenas embera katío de los 38.259 censados en todo el país hablan la lengua de su pueblo, 15.980 no saben leer ni escribir castellano.

PARA EL DEBATE

¿Qué opinión le merece la situación de muchos niños indígena sin acceso a una educación bilingüe, que respete sus valores y tradiciones? Deje su comentario en  nuestro Twitter @SemanaEd y @Julia Alegre1