EDUCACIÓN
Edutubers, una alternativa para estudiar en tiempos de coronavirus
A pesar de que el imaginario es que YouTube es un espacio para el ocio de los jóvenes, estudios y expertos coinciden en que esta plataforma es cada vez más popular para aprender desde cualquier lugar y de diferentes temáticas.
Daniel, quien actualmente va a mitad del pregrado de ingeniería mecatrónica en la Universidad Piloto, recuerda que en su época del colegio estaba lejos de ser el estudiante más destacado en las clases de álgebra y trigonometría. Por el contrario, era usual asistente a las jornadas de recuperación. “No entendía nada de lo que veíamos en clase, no me concentraba, no cogía una sola ecuación”, dice.
Sin embargo, recuerda que en las recuperaciones no tenía problema alguno para resolver las ecuaciones. ¿Por qué? Su preocupación por no rezagarse de los demás y la presión por obtener mejores calificaciones lo llevaron a buscar en internet explicaciones a los vacíos que tenía en clase. Fue así que encontró al hoy ya reconocido youtuber Julio Profe, que para 2012 era casi un desconocido.
Relata que en la tranquilidad de su casa encontró videos en los que explicaban cómo resolver una ecuación lineal o una factorización. “Solo necesitaba avanzar a mi propio tiempo, repetía los videos muchas veces hasta que entendía”, cuenta.
Fue así que pasó de perder todos los periodos del colegio álgebra, a estudiar una carrera con una alta exigencia de conocimiento no solo de matemáticas, sino de física y electrónica, entre otras habilidades específicas.
Pero la experiencia de Daniel no es un caso aislado. La tendencia de utilizar una plataforma como YouTube para el aprendizaje es cada vez más común entre los jóvenes, a pesar de que en el imaginario de muchos esta herramienta solo se usa para el ocio.
Aprender a resolver una ecuación algebraica, encontrar un análisis detallado de un libro, aprender historia, recetas de comida o incluso técnicas de jardinería japonesa y maquillaje, son solo algunos de los usos que le dan las personas a YouTube, especialmente los nativos digitales.
Algunas de las claves del éxito de este nuevo formato de aprendizaje son la narración oral, un lenguaje coloquial, el uso de la primera persona para explicar la experiencia o el conocimiento propio. A todos estos factores, que distan del formato de enseñanza de los colegios o tutorías clásicas, se le suma el alto consumo que los jóvenes hacen de las redes sociales cada día.
Un estudio de Google sobre YouTube indica que el 47 % de la generación Z (nacidos desde 1995) pasa más de tres horas en YouTube y el 22% de los mileniales (nacidos entre 1980 y 1990) también.
La preferencia de aprender con YouTube también se evidencia en el estudio de Pearsons Education, que revela que el 59 por ciento de los estudiantes de la Generación Z prefiere aprender de YouTube, mientras que solo el 41 por ciento prefiere un libro de texto. En el caso de los millennials, el 55 por ciento prefiere YouTube y un 45 por ciento los libros.
Este panorama ha generado que cada día se produzcan mil millones de visitas con contenido relacionado con el aprendizaje y se compartan más de un millón de videos, precisa el informe.
Es tal el auge de aprender por esta plataforma de videos que en 2018 pusieron en marcha YouTube Learning, en la que se ha invertido alrededor de 20 millones de dólares para ofrecer soportes a todas las personas que usan YouTube para compartir sus conocimientos con el resto del mundo.
El objetivo es mejorar el servicio que se ofrece tanto a los educadores como a los estudiantes. Para ello, se abrió un Learning Fund para apoyar financieramente a los creadores que elaboran algunos de los mejores contenidos de aprendizaje en la plataforma, incluyendo videos que abarcan una amplia gama de temas, desde habilidades profesionales (como técnicas de entrevistas y diseño de CV) a ciencia informática (como codificación para desarrollo de juegos y conocimientos básicos de JavaScript).
“Los videos educativos en YouTube son un formato muy interesante para el usuario, resultan cercanos, son audiovisuales, tienen un estilo fresco y ameno, permiten empatizar con el youtuber y el hecho de que se pueda consultar el video todas las veces que se quiera es una ventaja”, explica José J. Priego, profesor de los Estudios de Ciencias de la Información y de la Comunicación de la la Universidad Abierta de Cataluña.
Y es que al igual que Daniel, para muchos usuarios ver un video es la manera más efectiva de entender o conocer un tema, y las opciones de contenidos en YouTube son infinitas y muy diversas. Un 86 por ciento de los usuarios afirma que entra a menudo para aprender algo nuevo, indica el mismo estudio.
Priego considera que la gente mira videos en línea para aprender nuevas habilidades, aprender cosas, perseguir pasiones o consultar dudas, lo que les da seguridad y confianza en los diferentes escenarios de su cotidianidad.
Ante este escenario, no es de extrañar que hayan surgido nuevas figuras divulgativas como los edutubers, youtubers especializados en educación y divulgación. Algunos son seguidos por comunidades de cientos de miles de personas, por ejemplo, Julio Profe tiene 3.6 millones de suscriptores en YouTube.
Julio Alberto Ríos Gallego, caleño de 45 años, profesor de matemáticas y física, creó su canal de YouTube en 2009 con el fin de ayudar a los estudiantes del colegio y la universidad en el que daba clase en ese momento. Esta iniciativa nació para servir de apoyo a sus estudiantes que no entendían algún tema específico y sobre todo para no dejarlos “atrasar” cuando ellos no asistían a clase. Al ver gran acogida de su canal en YouTube, su objetivo principal se convirtió en llegar a cada rincón donde la población quisiera aprender a través de internet y esta plataforma facilita esto.
Bajo la misma premisa que ‘Julio Profe’ hay cientos de canales como ExpCaseros, Unicoos, Date un Vloge, CdeCiencia, La Gata de Schrödinger o Ciencias de la Ciencia, entre otros.
“Somos creadores de contenido que utilizamos el video y la plataforma YouTube para hacer divulgación y enseñar gratuitamente a cualquier persona historia, matemáticas, música, marketing o cualquier otro tema”, afirma el profesor Priego, autor del canal Ciencias de la Ciencia.
Aunque YouTube es el gran referente, también Instagram se ha abierto a esta tendencia. El nutricionista Carlos Ríos, con 1.300.000 suscriptores, habla diariamente en su cuenta sobre educación nutricional y saludable para los más pequeños. “Hace cinco años en YouTube solo había canales de divulgación en inglés, ahora están creciendo mucho y creo que es una manera de democratizar la educación”, concluyó Priego.