Debate de los candidatos a la Presidencia. Domingo 18 de abril de 2010 | Foto: Cortesía de El Espectador

DEBATE

Lo más polémico del debate de Caracol y El Espectador

Comparación de programas; acusaciones de ofrecimientos de prebendas; viejas querellas; amistades “peligrosas” fueron algunos de los temas que subieron la temperatura del debate.

19 de abril de 2010

Según Noemí Sanín, Colombia se “salvará” de Juan Manuel Santos, de La U, si éste renuncia a la vida pública. Rafael Pardo, del Partido Liberal, le pidió a Santos que reflexione por qué hace cuatro años lo acusó injustamente de estar aliado con las Farc. Antanas Mockus aseguró que prosperidad sin legalidad es semejante a la cultura del narcotráfico. Y Gustavo Petro, del Polo, respondió por qué se reunió con el presidente de Venezuela Hugo Chávez en el pasado.

Estos son algunos de los momentos más candentes del debate de Caracol Televisión y El Espectador emitido el domingo:

Santos reta a Sanín a que le compruebe supuesto ofrecimiento de dádivas

— ¿Por qué es malo que otros políticos busquen la colaboración de miembros de su partido? —preguntó el periodista Darío Fernando Patiño a la candidata del Partido Conservador, Noemí Sanín.

La pregunta obedeció al hecho de que varios conservadores considerados figuras emblemáticas del partido han adherido a Santos. Las directivas de los azules han amenazado con sancionar a los tránsfugas con la expulsión.

Patiño, sin embargo, recordó que gobiernos anteriores se han conformado a partir de coaliciones de distintos partidos.

Esta fue la pelotera que se armó tras la pregunta del periodista:
Sanín respondió:

—… Yo creo en los partidos fuertes, después de observarlo mucho en España, porque los partidos fuertes hacen democracias fuertes.

Lo que me choca son las formas, son las dádivas -dijo lanzando una mirada inquisidora al candidato Juan Manuel Santos- la forma como aparecen en El Tiempo, su periódico -volvió a mirar a Santos-, que es de su propiedad, las casas (refiriéndose a los hijos de conservadores tradicionales León Valencia, Álvaro Gómez Hurtado, y Mariano Ospina).

Antes de que terminara su disertación, Santos le respondió:

—Era.

—Vendió para poder adjudicarse el tercer canal –le increpó Sanín.

—No, vendí, para no incurrir en un conflicto de intereses.

—Es inaudito eso –dijo sin ocultar su indignación-. Se fueron tres hijos de personas muy importantes del partido. Pero la forma como se está sonsacando al partido, con todo tipo de artimañas... Yo creo en el voto libre, en el voto de confianza...

—Noemí me acusa de ofrecer dádivas –la interrumpió Santos– . Si puede comprobar eso, que yo ofrecí dádivas y la gente se ha venido a mi campaña por eso, yo renuncio.

—Pues le va a tocar. Usted hizo una comida y le ofreció al director del Sena el Ministerio de Defensa. Al señor Rodado le ha ofrecido embajadas...

—Eso es absolutamente falso –le refutó Santos antes de que ella pudiera terminar–. Yo quisiera que llamáramos al director del Sena.

—Perfecto, llamémoslo ya.

—Si eso es cierto, yo renuncio.

—A la vida pública… ¡se salvó Colombia!

En ese momento el periodista Patiño les interrumpió diciendo que se debían respetar los términos del debate y que seguramente los candidatos seguirían la discusión en otros escenarios.

Este lunes, en varios medios de comunicación, Darío Montoya, director del Sena, negó que Santos le haya ofrecido el ministerio de Defensa. Además, su hija Laura Montoya, quien trabajaba en la campaña de la candidata conservadora, renunció a su cargo. Laura, en su cuenta de Twitter ‘noemista’, escribió: “He decidido hacer harakiri virtual. Ya no soy Noemista. Noemí me decepcionó y no podré seguir promoviéndola. Laura”.

Vargas Lleras: “Ya sabemos qué tanto me representaba Juan Lozano”

—Una de las grandes críticas es su apetito burocrático –dijo el director del diario El Espectador, Fidel Cano, al candidato Germán Vargas Lleras, de Cambio Radical–. Cano agregó que debido a ese apetito burocrático Vargas decidió apoyar al presidente Uribe.
— Ahora usted está afanado por las encuestas, ¿a eso se debe tanto coqueteo con sus compañeros?
—Yo adherí a Álvaro Uribe cuando el doctor Horacio Serpa y la doctora Noemí ratificaron los acuerdos que le dieron vigencia al Caguán por varios meses más –respondió Vargas Lleras–. Jamás compartí la idea de Serpa de no confrontar a la guerrilla con toda la autoridad del Estado. Fue cuando tomé la decisión de adherir a Uribe… Fui yo quien en el mes de octubre denunció las atrocidades que tenían lugar en el Caguán. Ahora no me tachen de burócrata. No tengo representación alguna en el gobierno de Álvaro Uribe. No tengo representación alguna en la ciudad de Bogotá…

—Cuando se separó de Uribe –refutó Cano–, sacaron de los puestos a gente de su partido. De manera que sí tenía cuotas.

—Sí, la cuota que me endilgaban, mi supuesta representación en el Gobierno, era el ministro de Medio Ambiente, el señor Juan Lozano. Ya sabemos qué tanto me representaba –concluyó Vargas refiriéndose al hecho de que Lozano fue uno de los uribistas que prefirió apoyar la reelección de Uribe a respaldar su candidatura.

Pardo le recuerda a Santos una salida en falso

—Yo quiero que usted haga una reflexión aquí delante de los oyentes –dijo el candidato liberal, Rafael Pardo, dirigiéndose al candidato de La U–. Hace cuatro años usted me acusó diciendo que yo había hecho un acuerdo con las Farc para atentar contra el Gobierno. Días después rectificó, pidió excusas, y eso yo lo acepto. Pero lo que quiero es que usted me diga si pensó que eso era cierto… ¿Usted cree que yo sí podía hacer un acuerdo con las Farc?

—Bueno, doctor Pardo, usted sabe lo que yo dije en ese entonces. Estaba en una rueda de prensa con el doctor Vargas…

—Pero advierta que yo no compartí eso –interrumpió Vargas–. Yo reaccioné de manera inmediata advirtiendo que Pardo no podía estar comprometido en una cosa así.

—Esa fue mi respuesta ante una pregunta que me hicieron –continuó Santos–. Que le preguntaran a Pardo, fue lo que dije, porque yo había oído rumores de eso. Luego le mandé una carta al doctor Pardo pidiéndole excusas. Yo pensé que ese tema estaba cerrado, pero me doy cuenta de que no. Desde entonces el doctor Pardo vive atacándome por eso. Lo recibo como una diferencia política. Pero yo ya le pedí excusas; lo que sucedió fue un hecho lamentable. Después de cuatro años revivir el tema, pues, me parece que no es lo más conveniente.

—No quiero hacerlo un tema eterno –advirtió Pardo–. Pero ¿qué información tuvo? ¡Cómo lanza algo así, si no tiene la evidencia de que eso es cierto!

—Revise todo lo que dije –le sugirió Santos– porque lo único que dije, repito, fue “pregúntele al doctor Pardo”, porque he oído comentarios en esa dirección. No dije absolutamente nada más. Nunca lo acusé. Usted es quien agarró eso y muy hábilmente lo aprovechó para atacarme…

Pardo le interrumpió:

—Entonces la víctima es usted…

—No entiendo por qué después de cuatro años sigue insistiendo en ese tema.

Mockus y Santos: ¿Prosperidad democrática versus legalidad democrática?

Antanas Mockus, del Partido Verde, le pidió a Santos que compararan las dos propuestas de Gobierno: “legalidad democrática”, del primero, frente a la “prosperidad democrática”.

El candidato del Partido Verde considera que la construcción de una legalidad democrática es condición sine qua non para avanzar a la prosperidad democrática.

—Prosperidad sin legalidad es algo muy cercano a la cultura del narcotráfico –dijo Mockus–. Es seguir obteniendo resultados económicos sin importar el respeto a la Ley.

—Lo que nosotros hemos dicho es: “ni un paso atrás de la seguridad democrática” –contestó Santos–. Sin seguridad no puede haber ni desarrollo, ni leyes. Los romanos decían que la seguridad tenía que ser la primera ley de la república, porque sin ella las demás no funcionaban. De ahí saltamos a la prosperidad democrática, que es la ruptura de los desequilibrios regionales, los desequilibrios de acceso a la educación, a la generación de empleo, y al funcionamiento de la economía para todos, no para unos pocos. La parte legal es complemento. Pero sin seguridad y sin prosperidad, aunque las leyes estén ahí, no van a ser de beneficio, porque nadie va a tener la capacidad para aplicarlas.

—Creo que usted lo dijo con claridad: “saltamos de la seguridad democrática, que es una condición ineludible, a prosperidad” – refutó Mockus–. Yo lo invito a que reflexione sobre cuán indispensable es en este momento, incluso para que sea posible la prosperidad y para que sea sostenible la seguridad democrática, que haya una interiorización de las leyes, una interiorización de la justicia, y que la gente rechace la justicia por mano propia.

—Eso es parte de la ‘seguridad democrática’: que el Estado sea quien dé las condiciones para que la gente pueda trabajar. Sin seguridad eso no es posible. La parte legal es una condición necesaria, pero no suficiente, para que podamos llegar a esa prosperidad–, concluyó Santos.

La “amistad” de Petro con Hugo Chávez

Gustavo Petro también fue blanco de un polémico interrogante. El periodista Darío Arizmendi, director del programa 6 AM de Caracol Radio, le recordó que en una ocasión se reunió con el presidente de Venezuela, Hugo Chávez.

— ¿No cree que su amistad de vieja data con Hugo Chávez lo haría sospechoso y poco creíble en Colombia? –preguntó Arizmendi.

—Yo invité a Chávez, cuando no era presidente, a que conociera la Constitución Política del 91, que nosotros hicimos con nuestro puño, con nuestra letra, con nuestra sangre. Otros lo invitaron cuando él ya era Presidente (y se abrazaron con él) a que mediara con las Farc. Un fracaso que yo anuncie –dijo Petro en una clara alusión al presidente Álvaro Uribe.

Agregó:

—Así es que lo que hubo con Chávez fue simplemente una pedagogía para que el entendiera cuál era la Constitución del 91 que yo defiendo. Si usted cree que hay una sospecha, compare el proyecto de Venezuela con la Constitución que nosotros hicimos. Si le parece similar, sospeche. Hay una gran diferencia entre lo que hizo Chávez y lo que hicimos en el 91.

— ¿Puedo inferir entonces que no está de acuerdo con la expropiación de empresas y la creación de milicias populares para vigilar los medios de comunicación? –insistió Arizmendi.

—Escribimos claramente en la Constitución que los colombianos son sujetos de derechos. Entre ellos están el derecho a expresarse, el derecho a emprender libremente su trabajo, el derecho a tener propiedad privada. Yo no voy a estatizar, a expropiar. Yo voy a construir justicia social en Colombia, que es la única manera de poder salir de manera definitiva del problema de la violencia –concluyó el candidato del Polo.