“Todas las campañas quieren transformar el campo, pero tienen muchos vacíos en el cómo”

Hace unas semanas, invitados por la representación en Colombia de la Organización de las Naciones Unidas para la alimentación y la agricultura (FAO); tres exministros y asesores de varios ministerios de Agricultura de Latinoamérica realizaron una serie de conversatorios con los responsables programáticos de las campañas presidenciales para analizar sus propuestas en materia de desarrollo y transformación rural.

Los expertos Álvaro Ramos Trigos, exministro de Ganadería, Agricultura y Pesca del Uruguay; Susana Márquez, consultora del Ministerio de Agroindustria de Argentina, y Guillerme Cassel, exministro de Desarrollo Agrario del Brasil durante el gobierno de Lula, estuvieron con SEMANA y estas fueron sus conclusiones.

Semana: ¿Qué aspectos generales destacarían de lo encontrado en los programas de los candidatos presidenciales en materia de desarrollo rural?

El hallazgo más importante de estos conversatorios es que todos reconocen que el sector rural colombiano debe dejar atrás una realidad de violencia y pobreza y construir un nuevo ambiente económico, social y político basado en el respeto por los derechos de los ciudadanos, en la seguridad, y desde la paz, liberar las fuerzas productivas, aumentando la competitividad, cantidad y calidad de la producción agrícola.

En las campañas existe una preocupación generalizada de buscar instrumentos y acciones capaces de garantizar la seguridad jurídica sobre el acceso, la propiedad y la tenencia de la tierra, así como por apalancar el desarrollo de agroindustrias y cooperativas que agreguen valor a la producción agrícola local.

Con diferentes énfasis, todas las campañas proponen una valorización de la Agricultura Familiar Campesina (AFC), se preocupan en articular la producción agrícola y ganadera de los territorios rurales con mecanismos de mercado, capaces de garantizar renta para quienes producen y a la vez generar excedentes (especialmente de alimentos) para los diversos mercados: locales, nacional y de exportación.

La preocupación de generar ingresos sostenibles para las familias rurales y generar puestos de trabajo mediante un estímulo a las inversiones privadas y del Estado, son postulados bastantes generales en todas las campañas.

Semana: ¿Cómo han percibido el diálogo con las campañas?

Es posible afirmar que los diálogos fueron siempre muy francos, productivos y esclarecedores. Buena parte de los equipos que asesoran a los candidatos no solamente son de una alta formación técnica y académica, sino que además manejan información sectorial concreta muy actualizada y, por encima de todo, están dispuestos a intercambiar experiencias y conocimientos para mejorar aún más sus propuestas.

En contexto: ¿Cómo se va a implementar la reforma rural en el posconflicto?

Semana: ¿Qué fortalezas y falencias han encontrado en las propuestas?

En general las propuestas presentadas y los debates posteriores son calificadas y apuntan a un proceso de desarrollo rural inclusivo del campo colombiano, que a la vez logre articularse armoniosamente con las preocupaciones y las políticas orientadas a preservar los recursos y factores productivos y el medio ambiente en general. Los modelos de desarrollo agropecuario y rural apuntan a articularse también con los diferentes mercados como alternativa a la generación de ingresos, rentabilidad y empleo mediante un incremento de la producción y la productividad, expresado en metas muy ambiciosas.

No obstante, en las diversas propuestas aún hay poca claridad sobre los “cómo”. Parecería a nuestro juicio que los aspectos instrumentales de las políticas públicas y las visiones y estrategias de desarrollo aún no han sido suficientemente desarrollados. Sabemos que es razonable que así sea en esta etapa de la “campaña electoral”, pero también sabemos que las mayores falencias en materia de políticas públicas y modelos de desarrollo (no solamente en Colombia, sino también en otros países de nuestra región) están en la implementación de las mismas, y el diseño y la aplicación de los instrumentos.

También se carece de una definición programática mucho más clara y objetiva en la mayoría de las campañas sobre el papel de la Agricultura Familiar Campesina (AFC) en los proyectos de desarrollo rural a ser llevados a cabo. Nos parece que la Agricultura Familiar aún es percibida por los candidatos y sus principales asesores como un problema y no como una de las mejores soluciones para generar un desarrollo rural más equilibrado. Este cambio de paradigma ha dado resultados exitosos en países de la región como Brasil, Argentina, Paraguay, Chile y Uruguay.

Semana: Uno de los temas que ha marcado la agenda legislativa es el poco desarrollo de las reformas rurales contenidas en el Acuerdo de paz, ¿Qué tanto compromiso han encontrado en los candidatos frente a este tema?

El Acuerdo de Paz, ya celebrado y vigente, se encuentra ahora en el centro del debate político electoral. Los candidatos tienen ciertamente evaluaciones y visiones diferentes y muchas veces opuestas sobre los términos concretos del Acuerdo. Es obvio que el resultado electoral deberá impactar el ritmo de su implementación e inclusive su mantenimiento y su realización, en especial, en algunas de las acciones y compromisos previstos en el punto uno del Acuerdo.

Sin embargo, es muy importante registrar que, independientemente del resultado electoral, en la percepción de todas las campañas la cuestión rural y agropecuaria, los modelos de desarrollo, la seguridad jurídica y ciudadana en los territorios rurales, la seguridad alimentaria y nutricional, el acceso y tenencia de la tierra con seguridades jurídicas, el estímulo a las inversiones y la generación de más y mejores bienes y servicios públicos, son postulados que se repiten. Las diferencias estarán en “los cómo” se implementarán estas políticas y modelos y cuánto de la Reforma Rural Integral se mantendrá vigente o cuanto cambiará.

Le puede interesar: Qué tanto es el interés de los candidatos por la educación rural

Semana: La gran mayoría de candidatos habla de desarrollar la agroindustria y de transformar el campo. Desde su experiencia y desde las experiencias de los países de Latinoamérica: ¿Qué temas debe tener en cuenta el próximo gobierno frente a este sector? ¿Qué cambios deberían encaminarse en el sector rural para alcanzar su desarrollo?

Las recientes experiencias exitosas en varios países del continente han estado basadas en la recuperación y valorización de la agricultura familia y su inclusión más plena y equitativa en los diferentes mercados y en las cadenas de valor inclusivas a nivel local, nacional e internacional.

Las experiencias muestran que la agricultura familiar y campesina posee una enorme capacidad de respuesta cuando es estimulada con políticas púbicas eficaces de crédito, asistencia técnica, seguros agrícolas y rurales y asistencia a la comercialización. Este sector produce los alimentos que la población consume día a día a partir de un modelo productivo que es por naturaleza diversificado, que emplea menos cantidad de agrotóxicos y que por su dimensión económica genera impactos menores sobre el medio ambiente. De esta manera se supera la visión que la agricultura familiar y campesina es pobre e improductiva por naturaleza.

El desarrollo económico y social de los territorios rurales será más equilibrado y sólido en la medida que consiga incorporar a las cadenas de valor a la agricultura familiar y campesina, pero para esto se requiere de un modelo, una estrategia, instrumentos e instituciones capaces de implementar políticas públicas sectoriales y transversales y alianzas público / privadas; que a su vez reconozcan las características de cada región.

La Seguridad Alimentaria y Nutricional y la Sostenibilidad Ambiental son dos agendas contemporáneas altamente valoradas a nivel internacional y que sin duda van a mantenerse en el futuro.