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TECNOLOGÍA E INNOVACIÓN
La vieja villa de pescadores que se convirtió en centro de innovación global
Imponentes y modernos rascacielos se levantan en la ciudad costera de Shenzhen, una antigua villa de pescadores que en un lapso de 30 años se convirtió en el epicentro de la innovación y el emprendimiento tecnológico en China.
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Con más de 10 millones de habitantes y un Producto Interno Bruto (PIB) estimado en US$270.000 millones, Shenzhen se consolida como una de las urbes más importantes para el futuro económico del gigante asiático.
Y es que en Shenzhen se concentran varias de las más importantes compañías nacionales del sector tecnológico como Tencent Holdings, ZTE y Huawei, que a su vez ha diseñado un complejo de unas 500 hectáreas dedicado a la innovación.
Parte del éxito de esta antigua villa de pescadores, que hasta hace una par de décadas solo tenía alrededor de 30.000 habitantes, se debe a las decididas políticas emprendidas por el Gobierno con miras al desarrollo de la nación.

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Y es que a principios de la década de los 80 se tomó la decisión de establecer cuatro zonas económicas especiales con el propósito de impulsar una reforma económica y, sobre todo, avanzar en el proceso de apertura a través de los puertos.
Dicho grupo está compuesto por las ciudades de Xiamen, Shantou, Zuhai y Shenzhen, un puerto con una posición estratégica en el Pacífico que en la actualidad está dotado de más de 140 muelles para atender el dinámico flujo comercial.
El gobierno chino le concedió a Shenzhen, al igual que a las demás zonas especiales, cierta autonomía para desarrollar los planes de infraestructura, identificar el área con mayor potencial y atraer la inversión extranjera directa.

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Los resultados no podían ser más visibles e impactantes, ya que la ciudad situada en la provincia de Cantón no solo identificó un área de especialización sino que se convirtió en el llamado Silicon Valley chino.
La directora de relaciones públicas de Huawei, Ada Xu, manifestó que el interés por estudiar y desarrollar un negocio en Shenzhen ha crecido gracias al fortalecimiento del ecosistema del emprendimiento y la llegada de nuevos actores de la industria.
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Xu afirmó en una entrevista concedida a Dinero que este proceso se ha venido consolidando gracias a programas de fomento al talento joven como los que desarrolla Huawei, la cual recluta unos 7.000 nuevos profesionales cada año.
Uno de ellos es ‘Semillas del Futuro’, un programa con el cual se busca potencializar las competencias de los jóvenes en áreas relacionadas con la tecnología en centros de innovación como el de Shenzhen.
La más reciente versión de dicha iniciativa contó con la participación de jóvenes de Colombia, Ecuador, Pakistán, entre otras naciones que están en vías de desarrollar su industria digital.

Grupo de colombianos que viajaron a China a finales de junio y que fueron reconocidos por la compañía de tecnología
La directiva destacó el valor de este programa que ayuda a reducir la brecha tecnológica y social de las naciones, al acercar a los jóvenes a los conceptos y técnicas que serán tendencia en la industria.
Finalmente, Ada Xu argumentó que el crecimiento de Huawei en los últimos años ha “apalancado” el desarrollo de la industria tecnología no solo en Shenzhen sino en toda China, en donde tiene varios centros de investigación y desarrollo de nuevos productos.
Pero no solo la industria tecnológica se roba el protagonismo en dicha ciudad, el turismo también juega un papel importante y hace parte de los pilares económicos de una ciudad costera como Shenzhen.
El agradable clima (26°C a 30°C), sumado a los innumerables espacios verdes y zonas comerciales, convierten a esta urbe de perfil industrial en un destino interesante no solo para los ‘geeks’.
Aunque varios de los viajeros, principalmente occidentales, se sienten atraídos por la amplia oferta comercial que ofrece esta ciudad, en donde no solo abundan las cadenas internacionales sino también las falsificaciones de marcas reconocidas.
Copias de Vans, Calvin Klein, Salvatore Ferragamo, Gucci o Ray Ban abundan en estos centros comerciales alternativos, aunque tampoco faltan las artesanías, esculturas, cerámicas y pinturas tradicionales chinas.

Mercado tradicional chino en la ciudad de Shenzhen.
Los almacenes que se dedican a comercializar dichos productos gozan de gran popularidad y están situados en las zonas periféricas de la ciudad, en donde se conjuga el ruido de los automóviles con el caos que generan los transeúntes.
Allí prima la ley del regateo, pues los comerciantes tienen la habilidad de jugar con los precios y especular con respecto a las cualidades de los productos para venderlos mejor. Por ello, los negociantes con mayor experiencia señalan que es importante armarse de valor y empezar a ofertar preferiblemente en inglés, con la moneda local, calculadoras en mano y sin titubeos.
Daniel Salazar Castellanos