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El Dorado operó 40 vuelos de salida y 40 de entrada a la capital en su primer día de reactivación. | Foto: Guillermo Torres

TURISMO

Así es volver a volar tras cinco meses de cuarentena

Después de cinco meses y 13 días desde que entrara la pandemia al país, por fin despegaron los primeros vuelos comerciales desde El Dorado hacia Medellín y Barranquilla, con los que comenzó la reactivación económica que tanto habían pedido empresas y gremios al Gobierno.

1 de septiembre de 2020

Todo es diferente ahora, desde que uno llega al aeropuerto hasta que sale de la terminal de destino. El Gobierno ha diseñado estrictos protocolos de bioseguridad para evitar que el virus se propague a través del transporte aéreo, a pesar de que sus representantes han manifestado en múltiples ocasiones que es la forma más segura de moverse en la actualidad.

Desde la madrugada de este martes se abrieron las puertas del aeropuerto más importante del país, para que quienes estuvieran atrapados en Bogotá, quisieran visitar a sus familiares en otras regiones, necesitaran trabajar o simplemente quisieran viajar pudieran hacerlo sin ninguna restricción.  

Además de todos los protocolos de bioseguridad, hay algo que los viajeros deben tener muy presente desde ahora: el tiempo. Debido a todos los filtros y cuidados que tienen las autoridades, lo que antes se hacía en una hora, ahora toma, al menos, el doble.

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El aeropuerto solo tiene habilitadas unas cuantas puertas para permitir el acceso de los viajeros, pues como no hay tanta afluencia y es necesario hacer los controles, no se requiere de toda la capacidad de la terminal. En la puerta cuatro, que es una de las que está funcionando, hay varios funcionarios de Opain y la Cruz Roja, que revisan que la persona que ingresa tenga su tiquete y corresponda con la identificación. Además, están para impedir que entren acompañantes, así que muchas personas tuvieron que dejar a sus amigos y familiares en la puerta. 

Antes de ingresar, como ya es costumbre para cualquiera, hay que desinfectar los zapatos y aplicarse gel antibacterial, mientras una persona de la Cruz Roja monitorea que la temperatura corporal no sea superior a 38 grados centígrados. “En caso de que la persona supere esta temperatura, no se le permite el ingreso y lo que hacemos es llamar a la autoridad sanitaria para que le practique la prueba del coronavirus en un recinto especial”, comenta una funcionaria de la entidad a través de su máscara de plástico.

Una vez adentro, personal del aeropuerto le indica a cada persona que debe hacer la fila para imprimir su pase (conservando la distancia de un metro), aunque se recomienda hacer el check in virtual y descargar el comprobante en el celular, así evita el contacto y le ayuda al planeta al no gastar papel innecesariamente.  

Al llegar al puesto de control, todas las personas deben mantener el distanciamiento social en la fila que se demora un poco más en avanzar, pues se hace uno por uno. Como es costumbre, debe dejar su teléfono, llaves, monedas, cinturón, computador y chaqueta en los recipientes de plástico, tener paciencia mientras termina la persona de adelante, pasar el detector de metales y finalmente desinfectarse nuevamente.

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Previendo esta situación, es mejor llegar con dos horas de anticipación al aeropuerto, pues todo este proceso le tomará mucho tiempo y evita complicaciones o perder el vuelo.

La sala de (larga) espera

El primer vuelo de Latam en esta nueva normalidad fue a Medellín a las 6:03 de la mañana. Según el gerente general de Latam en Colombia, Santiago Álvarez, el vuelo estaba “lleno”, en lo posible, pues no se pueden ocupar las tres sillas de cada fila, sino que hay que dejar la de la mitad desocupada para evitar el contacto entre los pasajeros.

“Muchas personas estaban esperando volver con sus familias o a sus casas, porque quedaron atrapadas en Bogotá”, dijo el directivo, quien agradeció a todas las personas que abordaron el avión su confianza en la aerolínea, en estos momentos de dificultad y novedad. 

Desde las 5:40 a. m., el personal de tripulación empezó a llamar a las personas. Ahora, la dinámica es que estas deben ir ingresando de las filas de atrás hacia las de adelante. Es decir, que primero llaman a las personas de las últimas tres filas y así, de tres en tres, van llenando el avión hasta llegar a la primera fila, lo que hace al abordaje mucho más demorado de lo habitual.

Ya en cabina, todas las personas deben mantener el tapabocas puesto y el equipaje debajo de la silla.

Luego de aterrizar, el orden de salida es el contario, pues las personas empiezan de adelante hacia atrás, para luego pasar por unos termómetros inteligentes ubicados en las paredes del aeropuerto José María Córdova.

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Aunque el inicio se tardó más de lo previsto y Colombia fue el primer país en prohibir los vuelos nacionales y de los últimos en reanudarlos, en Latam ven con optimismo la situación, a pesar de que empezaron a operar con una capacidad de 12%. Pero “lo más importante era empezar”, dice Álvarez.

Así que antes de volar nuevamente, compre su tiquete con varios días de anticipación, porque se espera que la demanda crezca en las próximas semanas; mantenga los protocolos de bioseguridad, y al momento del vuelo, llegue con mucho tiempo y paciencia.

Por: Carlos Eduardo González Forero, periodista de Dinero.