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"A LAUREANO LO TUMBO SU PROPIA CONSTITUYENTE"

ENTREVISTA CARLOS LEMOS SIMMONDS

3 de diciembre de 1990

SEMANA: Ud. es considerado como uno de los que no cree en la Constituyente. ¿Por qué, entonces, acabó metido en ésto ?
CARLOS LEMOS: Las personas que, como yo, creen que esto no se debió haber hecho, debemos "frentiar" la situación creada, para tratal de conservar unos valores por los cuales ha luchado mucha gente durante muchos años y que ahora veo amenazados.

S.: ¿Cuál es la principal amenaza?
C.L.: Muchas, empezando porque la Constituyente se está convocando bajo presión. Yo creo que invocando la dignidad, y para tener credibilidad ante Colombia y el mundo y demostrar que no cede a las presiones que se le están haciendo, lo primero que debería hacer la Asamblea Constituyente es excluir del temario la no-extradición y el tratamiento politico al narcoterrorismo.

S.: Ante las circunstancias que se viven y de acuerdo con lo que, según las encuestas, piensa la opinión, suena radical su posicion...
C.L.: Mas radical es tener secuestrados para forzar decisiones y el estudio de ciertos temas. Si esos señores aspiran a que esos temas se discutan, la precondición debe ser que liberen a los secuestrados.

S.: Enumere los principios por los cuales piensa luchar en la Constituyente.
C.L.: Yo no sé contestar cosas tan pomposas, pregúnteme algo mas concreto.

S.: ¿Qué opina del capitalismo democrático de Navarro?
C.L.: Yo siempre he estado de esa lado, pues que yo sepa no existe el capitalismo totalitario. Pero por ese capitalismo de Navarro no hay que luchar mucho, porque está consagrado en la Constitución actual. Sin embargo, a juzgar por la entrevista que le dio la semana pasada, no me parece muy coherente su filosofía. Lo vi más preocupado por el monopolio de la cerveza de Julio Mario Santo Domingo que por el monopolio de la cocaína de Pablo Escobar.

S.: ¿Si Ud. no toma en serio a Navarro, por que cree que el país lo toma tan en serio?
C.L.: Por el contrario, lo tomo muy en serio. No hay sino que ver lo qué están proponiendo. Por ejemplo, hay una propuesta sobre libertad de prensa en la que dicen que sólo la habra para los medios de comunicación sin animo de lucro. Esto ya no es 1930, sino Rusia en 1917. Y eso sin mencionar al del Ejército.

S.: ¿Cual?
C.L.: La que propone que el Ejército sólo puede defender las fronteras y no puede intervenir en problemas internos de orden público.

S.: ¿En dónde han hecho esas propuestas ?
C.L.: Averíguenlo ustedes que son los periodistas.

S.: Según todos los análisis y pronósticos, la Constituyente va a traer como uno de sus resultados el colapso del Partido Liberal. ¿ Responsabiliza Ud. de esto al presidente Gaviria?
C.L.: Todos somos en parte responsables, pero el presidente Gaviria, a mi modo de ver, más que responsable va a ser la principal víctima. Va a perder el primer año de gobierno, que es el fundamental, cuando todo gobierno aprovecha para poner en marcha sus iniciativas. Ese primer año se lo va a comer la Constituyente. El Congreso, de mayoría liberal, que había podido trabajar armónicamente con el Presidente, está prácticamente paralizado. Algunos de sus miembros están haciendo proselitismo para sacar candidatos que defiendan sus fueros en la Asamblea y otros sienten que tienen encima una sentencia. Se sienten como en una celda esperando a que los llamen para pasar al paredón. Pero hay una cosa sobre la que no hay que tener dudas: si la clase política liberal pierde las mayorías en la Constituyente, va a responsabilizar a Gaviria de su derrota.

S.: ¿Ve así de grave la situación del liberalismo?
C.L.: Esta va a ser una elección definitiva para el país y el Partido Liberal se quedó sin jefes. Los expresidentes no van a liderar el proceso: el doctor Lleras tal vez por edad, López porque no lo dejaron, Turbay por problemas personales. Los otros jefes están "enchanfainados", comenzando por Gaviria que está de Presidente, Samper en un Ministerio y Durán Dussán en una Embajada. Me quedé esperando que Durán y Samper, que tienen voto de opinión y maquinaria, renunciaran a sus cargos, como lo hizo Navarro, y encabezaran listas liberales. Como no lo hicieron, en su defecto nos tuvimos que encargar políticos ya retirados de la actividad electoral, coroneles y personas que no saben de esto. En todo caso, nunca como ahora, el Partido Liberal se ha visto como una montonera informe.

S.: ¿Por que le parece tan grave todo esto ? Al fin y al cabo si el país se aburrio con el liberalismo fue porque no ha cumplido, y tiene logica, si ese es el sentimiento generalizado, que lo remplacen otras fuerzas...
C.L.: Eso podría ser así, pero es que a mí me parece que lo que estamos viendo es un retroceso. Con el colapso del comunismo el año pasado, el mundo cambió. No es tanto que una ideología hubiera triunfado, sino que la otra fracasó: la del populismo, la de la intervención estatal, la del recorte de libertades, etc. Sobre eso no le queda duda a nadie. Con la elección de César Gaviria, parecía que Colombia se adaptaba rápidamente a unas corrientes universales de pensamiento. Tal vez lo que ustedes mismos en SEMANA denominaron la Nueva Derecha.
Ahora, después de seis meses de este viraje, estamos retrocediendo a 1930, y mientras a Lenin lo descuelgan en Moscú, aquí hay quienes quieren hacer una Constitución leninista.

S.: Si se refiere a Navarro Wolf la apreciación me parece abiertamente injusta o exagerada por decir lo menos. Navarro se ha mostrado sensato y moderado... Está más cerca de un liberal de izquierda que de un radical leninista.
C.L.: Entonces si es un liberal de izquierda, o moderado como dice Ud., me parece mucho más lógico que la gente vote por los que hemos sido moderados toda la vida sin recurrir a la violencia y las armas, que por un violento converso.
S.: ¿Acaso se considera Ud. un liberal de izquierda?
C.L.: Me considero un moderado de los que creen que no hay que rendirle culto a la izquierda para competir con Navarro.

S.: Parece una puya contra Serpa.
C.L.: ¡Qué va a ser una puya contra Serpa! ¿Quiere hacerme pelear con los liberales ?

S.: Volviendo a Navarro, deja Ud. la sensación de que no cree en lo que dice.
C.L.: Es que la gente hay que juzgarla no por lo que dice, sino por la hoja de vida, y cuando uno es guerrillero, todavía más. Lo importante no son las declaraciones, sino de dónde viene y, mas aún, para dónde va.

S.: ¿Concretamente que le reprocha a Navarro?
C.L.: En primer lugar, la demagogia. Pretender reformar la Constitución con Higuita y Maturana es como querer armar la Selección Colombia con Luis Carlos Sachica y Antonio Rocha. Aunque eso no es sólo culpa de Navarro, pues el primero en "faranduliar" la Constituyente fue el Gobierno con las cuñas de Amparo Grisales y Fanny Mickey

S.: ¿Según Ud. a qué obedece el fenómeno Navarro, a un sentimiento de protesta ?
C.L.: Hay algo de eso, pero también hay una manito del Gobierno.
Navarro llegó a las listas de la Constituyente con viento de cola. El Gobierno lo infló y, supuestamente en aras de la paz, lo nombró Ministro. Y si mal no recuerdo, en una intervención el Presidente le echó una cuña como si fuera su Ministro estrella.

S.: ¿Qué cree que pasarla si Navarro controla la Constituyente ? C.L.: Nadie ha medido las implicaciones de lo que está sucediendo. Si la integración de la Constituyente es la expresión de la voluntad popular, se podría interpretar que esta tendría que reflejarse en el Gobierno. Concretamente, se podría argumentar que el gabinete tendría que replantearse si cambia la composición de fuerzas.

S.: ¿Entonces cual sería el punto de referencia para el Gobierno: los resultados de las elecciones presidenciales o los de la Constituyente ?
C.L.: Normalmente debería ser la presidencial. Pero ya no hay nada normal y todo está en entredicho. Con la nueva jurisprudencia del constituyente primario, que supuestamente puede revocar todo, cabría la pregunta ¿si puede revocar la Constitución, cómo no va a poder cambiar un gabinete?

S.: ¿Anticipa una crisis de esas dimensiones?
C.L.: Precisamente hay una serie de interrogantes que nadie se planteó cuando nos embarcamos en la Constituyente. Aceptemos que la Constituyente es omnímoda y soberana, como de por sí lo es. Está en condiciones de cambiarle al Congreso lo que considere conveniente. Pero la Constituyente dura seis meses y al terminar, al menos que disuelva al Congreso, este seguramente mantendra su composición y su facultad para reformar la Constitución. ¿Qué va a pasar, entonces, cuando el Congreso vea mutiladas sus funciones ? Pues que va a meter su contra-reforma para defenderse, y esa sí dentro de la ley, a menos que decidan que la única forma de cambiar la Constitución sea por el constituyente primario. Esto sería una locura, pues sería meter al país en el mundo de los plebiscitos para todo, echando por la borda cualquier posibilidad de continuidad institucional.

S.: Parte Ud. de la base de la irracionalidad colectiva y de la falta de control total y eso no va a ser así. Por un lado,.la lista de Navarro tiene más representantes del sistema que de la guerrilla. Por otro, están Pastrana, Lloreda y Gomez Martinez que no son propiamente bolcheviques. Más importante aún, está Gaviria que no es ningún bobo y que tiene que estar consciente de la responsabilidad histórica para que esto no se salga de las manos.
C.L.: A Ud. que es muy joven le voy a recordar sólo una cosa. Laureano Gómez convocó una Constituyente a dedo. Todos y cada uno de sus miembros fueron señalados por él. Y esa fue la Constituyente que le declaró la vacancia presidencial. Si eso pasa con una Constituyente de bolsillo, imagínese lo que puede pasar con una elegida por voto popular.