Semana: ¿No le parece ambicioso decir que su disco es la banda sonora del conflicto?
Alirio Castillo: Es una gran apuesta, porque ninguna producción discográfica se ha atrevido a caricaturizar a través de canciones a los personajes de las Farc. Decidí hacer el proyecto en septiembre de 2015, cuando Santos le dio la mano a Timockenko por primera vez. A un país que sufre de amnesia es bueno recodarle qué hizo esta organización criminal.
Semana:¿Qué contiene el disco?
A.C.: Dieciocho canciones sobre delincuentes que elegí por su historia criminal. Entre ellos están Tirofijo y el Mono Jojoy. Es un breve resumen del accionar de la banda terrorista más grande y más antigua del continente americano.
Semana:¿Dónde se consigue?
A.C.: En las pocas tiendas de discos que quedan, en tiendas virtuales y en YouTube.
Semana:¿De dónde sacó las historias de las canciones?
A.C.: En febrero y marzo recorrí zonas afectadas por la violencia en Tolima, Huila, Nariño, Caquetá, Putumayo y Cauca. Hablé con los pobladores y luego verifiqué los hechos en la prensa. Yo solo puedo imaginar qué hicieron esos personajes y escribir las canciones, al escuchar a los campesinos.
Semana:¿Por qué produjo el disco en Estados Unidos?
A.C.: En Colombia, pocos se atreven a trabajar en proyectos de este tipo por los riesgos que corren. No podía comprometerme a cuidar a un montón de artistas nacionales, si ni siquiera puedo cuidarme a mí mismo. En una ocasión, cuando trabajé en unos corridos sobre las autodefensas, me amenazaron.
Semana: ¿Entonces con quién grabó?
A.C.: Con el maestro mexicano Rafael Medrano, más conocido como el Halcón de Durango. Él me apoyó para escribir las canciones y las grabó en su estudio en Las Vegas con una banda completa.
Semana: ¿Estas nuevas canciones son narcocorridos?
A.C.: No. No hablan exclusivamente de narcotráfico.
Semana: ¿No teme terminar legitimando delitos?
A.C.: Yo no legitimo. Yo denuncio y acuso.
Semana: ¿Por qué decidió escribir las canciones en vez de recopilar las que ya existen sobre la guerrilla?
A.C.: Porque no me gustan los corridos que han hecho sobre las Farc. Yo cuento las historias desde lo que la gente dice sobre ellos. No hablo de sus hazañas. A mí me gustaría que todos los colombianos escuchen estas historias, pero sobre todo que las escuchen quienes vivieron la violencia.
Semana: ¿Entonces usted nunca ha grabado a un guerrillero?
A.C.: Sí, lo hice en 2000, cuando le produje un corrido a John 40, uno de los capos del narcotráfico de las Farc. A él le fascinan los corridos, financió la producción, compuso la letra, y yo la arreglé. La canción se llamaba La rondonera, y de regalo me dio una botella de Sello Azul.