Chandra Levy

Hace unos días la cadena Fox News realizó en Estados Unidos un programa de televisión con la pregunta: ¿Qué cosas positivas se pueden sacar de los atentados del 11 de septiembre? Varios especialistas coincidieron en la respuesta de que los medios masivos han dejado atrás los temas amarillistas, en los que se mezclaba sexo, poder y sangre, que hipnotizaron a millones de espectadores durante la última década como los de Monica Lewinsky y O.J. Simpson, entre otros. Ahora la televisión de ese país dedica casi las 24 horas a la guerra contra el terrorismo, al ántrax, al mundo fuera de sus fronteras. Por eso a nadie le volvió a interesar la desaparición de Chandra Levy, la becaria que tenía en el ojo del huracán al congresista Gary Condit, quien, al parecer, fue su amante.

Nada se sabe de esta joven de 24 años, quien hasta comienzos del año se desempeñaba como practicante de la Oficina Federal de Prisiones en Washington. Su paradero sigue siendo un misterio. Aunque ahora es de interés casi exclusivamente para su familia, que no desiste de encontrar al menos su cadáver. Hoy sólo se sabe que a finales de abril Chandra dijo que iba a regresar a Modesto, California, su pueblo natal. Allí celebraría su título de máster en administración pública de la Universidad del Sur de California. Pero Chandra nunca volvió a casa. Y los ataques del 11 de septiembre enviaron su caso al olvido total.