Con el viento a favor

En 1953, el golpe militar de Rojas Pinilla había tumbado del gobierno a su padre, Laureano Gómez. Pero ahora, el delfín quería dejar claro que el laureanismo quería volver para quedarse y llevarse una victoria en las elecciones de 1986. Hace 30 años, SEMANA le dedicó su portada a quien se perfilaba como el favorito para llegar a la Casa de Nariño, por encima de Virgilio Barco. El liberalismo vivía una grave división, pues varios de sus miembros coqueteaban con el partido azul para apoyar a Gómez. Además, mientras el plan de gobierno de Barco recibía dardos, el conservador lograba mostrarse como un hombre de carácter fuerte e ideas sólidas. Adicionalmente, le hizo jaque a Barco al decir que el proceso de paz era “mejor consolidarlo que desmontarlo”. El panorama era ideal, pues con su estrategia Gómez empezó a gozar de una situación muy especial: ser el candidato del gobierno y de la oposición.