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ANÁLISIS

Las conductas irresponsables de los colombianos en la pandemia

Ni la multa, que alcanza el millón de pesos, ni la posibilidad de ir a la cárcel, y lo más grave, el alto riesgo de contagio de covid-19 y la posibilidad de morir, han evitado que miles de colombianos violen la cuarentena. Estos son los casos más escandalosos e insólitos de personas que ponen el placer y la diversión por encima de la vida.

4 de julio de 2020

No aplazaron el gustico

Foto: Polícia Nacional.

La Policía ha sorprendido a muchas personas y parejas en moteles de varios lugares del país. Los casos más escandalosos han sucedido en Cali y en Bogotá. A medidos de mayo, en la capital de Valle del Cauca encontraron al menos 38 personas en uno de estos establecimientos del centro de la ciudad, y 20 días después, siete parejas fueron descubiertas en el mismo sector. El 2 de mayo, en Venecia, un barrio de Bogotá, la Policía multó a 26 personas que hacían una fiesta en un motel.

Ni los muertos se salvan

Las autoridades sanitarias han advertido que las personas que murieron de coronavirus siguen siendo fuentes de contagio. Pero algunos colombianos han hecho caso omiso a esta advertencia. En un video que circuló en redes el 23 de junio, aparecen familiares y amigos en el cementerio de Malambo destapando, sin tapabocas ni guantes, un ataúd de un paciente que había muerto de covid-19. Pocos días después, cámaras de seguridad de una IPS, en Soledad (Atlántico), grabaron a unas personas entrar a la fuerza y robarse el cadáver de su familiar.

“Covid Friday”

Así llamó la prensa internacional al ‘día sin IVA’ que el Gobierno implementó para ayudar a recuperar el comercio, que ha sido duramente afectado por la pandemia. En algunos lugares del país centenares de personas causaron gigantescas aglomeraciones en almacenes de grandes superficies. Algunos sectores criticaron duramente este hecho, pero el Gobierno dio un parte positivo de la jornada y dictó algunas disposiciones para evitar estos inconvenientes en los siguientes días sin IVA.

Sepelios multitudinarios

A lo largo y ancho del país han realizado honras fúnebres que incumplen todas las medidas de autocuidado y distanciamiento social. En Bello, Antioquia, más de un centenar de personas acompañaron por las calles el féretro de alias el Oso, presunto delincuente capturado. En Barranquilla, a inicios de abril, decenas de jóvenes acompañaron por las calles de la ciudad el ataúd de un hacedor de carnaval. Como si fuera una festividad, tocaron tambores e hicieron coreografías. Y en Codazzi, amigos y familiares de un joven que había violado el toque de queda y murió en una riña se quitaron el tapabocas a la entrada del cementerio y empezaron a bailar reguetón.

El mal ejemplo de funcionarios públicos

El 26 de junio, varios contratistas de la Alcaldía de Santa Marta celebraron un cumpleaños en el lugar de trabajo sin las medidas de protección. Luego se dirigieron a otro lugar a continuar el festejo. En una foto que una de las personas publicó en las redes sociales se veía una botella de alcohol. La jefa de los contratistas explicó que, luego de una investigación, había comprobado que ellos no habían cometido infracción alguna. Cuatro días después, en Mocoa, Putumayo, un mayor del Ejército, otro hombre y cinco prostitutas tuvieron una fiesta en un motel. Los hechos todavía son investigados. Esta situación de funcionarios públicos en la cuarentena ha sido recurrente, los ciudadanos han denunciado estas violaciones en Convención (Norte de Santander), Piedecuesta (Santander), San Onofre (Sucre) y otros municipios más.

Fiestas de sexo, drogas y alcohol

Foto: Policía Nacional. 

A pocos días de comenzar la cuarentena, el movimiento inusitado de carros por las carreteras de Villavicencio intrigó a las autoridades, que al investigar descubrieron una fiesta sexual en la que participaban 42 personas. De 21 mujeres capturadas, 16 eran venezolanas. El 20 de abril, al mediodía, en un exclusivo sector del norte de Bogotá, la Policía capturó a 41 personas que se encontraban en un hotel consumiendo bebidas alcohólicas y sustancias alucinógenas. La fiesta era secreta, pero a los participantes los delató el ruido excesivo, que los vecinos denunciaron. Y en Cali, a mediados de mayo, 19 hombres convocaron una bacanal por las redes sociales. Los organizadores de la fiesta sexual terminaron en la cárcel.