De la filosofía a la realidad

Ya había sido aprobado durante el gobierno de Julio César Turbay, pero “por consideraciones filosóficas” Belisario Betancur se había rehusado a aplicarlo. Sin embargo, el asesinato del ministro de Justicia, Rodrigo Lara Bonilla, revivió la percepción de que la justicia no se atrevía a tocar a los narcotraficantes y llevó al presidente a ponerlo en práctica. Hace 30 años, SEMANA analizó las repercusiones de esa decisión. Colombia se convertía en el primer país en renunciar a castigar a los narcotraficantes. El asunto generó una controversia que fue aumentando a medida que se conocieron unos videos que mostraban las condiciones de quienes llegaban, encadenados de pies y manos, a los juzgados de ese país. El mismo presidente salió a decir que se trataba de una violación de los derechos humanos, y sus asesores plantearon renegociar el tratado. La situación tuvo efectos también para los estadounidenses en el país, algunos de los cuales decidieron irse. También quienes tenían planes de turismo en Colombia los cancelaron por miedo a las posibles represalias de los mafiosos.