El emisario de La Heroica
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El jueves llegaron a Cartagena los tubos que servirán para construir el emisario submarino, el tramo final del alcantarillado de la ciudad. Eso significa que a partir de enero, las descargas de aguas negras dejarán de hacerse en la bahía y en la Ciénaga de la Virgen, y serán depositadas más de cuatro kilómetros mar adentro. Los siete tubos, de 600 metros de largo cada uno, salieron de Noruega el 17 de mayo y navegaron 18.000 kilómetros, movidos por remolcadores, hasta la bahía de La Heroica. En el sitio donde el emisario ingresará al mar, en Punta Canoas, ubicado a 21 kilómetros al norte de la ciudad, una planta de tratamiento separará grasas, lodos y arenas y el agua pasará por unos difusores a lo largo de los 1.600 metros del tramo final, antes de ser descargada a 20 metros de profundidad. Previamente se realizó una simulación con las corrientes y se concluyó que la obra minimiza los riesgos ecológicos y sanitarios, pues el mar termina de diluir y tratar las aguas negras. La construcción cuesta 230 millones de dólares, financiados por el Banco Mundial, el BID y la banca local.