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"EL FRENTE NACIONAL SE VA A CAER"

ALVARO URIBE RUEDA

19 de agosto de 1985

La candidatura de Alvaro Uribe Rueda fue lanzada en el teatro Jorge Eliécer Gaitán de Bogotá la semana pasada. Por este motivo, SEMANA sostuvo una entrevista con él y a continuación publica algunos de los apartes más importantes.
SEMANA: ¿ Cuál es el objeto de su candidatura? ¿Ganar? ¿Agitar?
URIBE RUEDA: Ser una alternativa para salir de la crisis sin precedentes que vive el país. Ni siquiera la crisis del 29, que se dio en un país atrasado, tuvo los efectos sociales, políticos y mentales de la crisis actual. Los efectos políticos de ahora son más graves que entonces, cuando López Pumarejo decía "los godos se caen" y nadie le creía. Lo que existe es una hegemonía del Frente Nacional que lleva 28 años, más disciplinada que la conservadora. Pero esta águila bicéfala se va a caer. Pienso que va a haber un voto de descontento, de venganza, como en el 70 para Rojas que ganó frente a un candidato oficial de los partidos, Pastrana, y cuando había otras dos candidaturas de protesta, Betancur y Sourdís. Entonces no veo por qué ahora no se pueda repetir ese fenómeno.
S.: ¿Galán no podría ser esa alternativa?
U.R.: La existencia de la candidatura de Galán parece que hiciera para mí más difícil capitalizar el descontento. Pero es que Galán pertenece a la manguala bipartidista que está en el gobierno, y es ilógico que quien pertenece a la coalición gobernante se pueda presentar como alternativa. Ha sido contradictor del Partido Liberal, pero no del régimen que es lo que ha fracasado .
S.: Pero las encuestas revelan gran favoritismo de la opinión por Galán...
U.R.: No soy ni experto, ni amigo de las encuestas. Galán tiene un lado fuerte que es su carácter, su tenacidad, su sentido de la organización. Pero también tiene su talón de Aquiles: su situación de clase media alta. Representa el señoritismo, el inconformismo de ciertos grupos que están arriba, pero que quieren ascender más. La insurgencia de Galán es una noble insurgencia política, pero Galán no ha hecho campaña de odios de clase, no es amargado, ni resentido. Y hay que estar amargado y resentido por el país y reivindicar eso, como López Pumarejo reivindicó en su tiempo a "la chusma liberal". Yo soy más capaz de demagogia que Galán.
S.: ¿De dónde cree que puede sacar sus fuerzas políticas?
U.R.: Esas fuerzas tienen que aparecer en una conmoción como la actual. Así como la "Revolución en marcha" hizo cosas impensables años antes con la fuerza liberal que salía del ostracismo, ahora creo que hay fuerzas que pueden surgir de ese ostracismo de 28 años de Frente Nacional. Una conmoción como la actual, que es como de guerra, unida a la subversión, tiene que producir un cambio y un cambio electoral. Las nuevas coyunturas crean nuevas fuerzas políticas.
S.: Sin caudal propio, sin maquinaria, sin organización, ¿cómo cree que se le va a producir el milagro?
U.R.: Electorado he tenido: siempre he salido cuando he figurado en listas en Bogotá. Además, a la maquinaria no le soy totalmente extraño: he recorrido todo el país y en cada pueblo tengo a alguien que me conoce. La organización existe, aunque no le doy tanta importancia electoral. Tengo la organización básica necesaria para hacer llegar las papeletas de los votos a todos los municipios del país. La maquinaria va surgiendo a medida que se acerca el proceso electoral. Los poderes fácticos van surgiendo del descontento popular. No me siento manco y tengo 8 meses por delante.
S.: ¿Piensa ir a parlamentarias?
U.R.: No: a las presidenciales. No voy a ir con mi nombre al Congreso. Si acaso, bastaría con Concejo o Asamblea. Además yo estoy sumamente "jarto" en el Congreso. Ya no es importante, ni siquiera puede tumbar un ministro, ni lo que allá pasa le interesa a la prensa. El poder que tiene viene de la simbiosis congresistas-funcionarios del órgano Ejecutivo: los congresistas son jefes de relaciones públicas de sus regiones. Y se mantienen en el Congreso con el fraude: la compra de votos -que no es sólo de la Costa, sino de muchas otras regiones- y sobre todo el otorgamiento de los contratos públicos. El Congreso hay que reformarlo. Que no haya reelección de congresistas, que haya circunscripción nacional para las minorías. Sin eso es imposible destronar a los caciques.
S.:¿ Va a ir a la Convención?
U.R.: No está decidido aún. Si acaso como denuncia. Lo que decida la Convención fue decidido ya por Turbay y acogido por El Tiempo y los caciques.
S.: ¿Cuántos votos se calcula?
U.R.: No hago cálculos a 8 meses, como Alvaro Gómez no da entrevistas con 5 meses de anticipación.
S.: La opinión pública no le ve ninguna posibilidad a su candidatura...
U.R.: No es la opinión, sino los columnistas de los periódicos. Abdón Espinosa lo dice para empequeñecer mi candidatura, cuando lo único pequeño es su 1.20 de estatura. Esos son hechos creados por los columnistas. Hay un mundo artificial que es el mundo de los lectores de los periódicos que va por un lado, mientras la vida va por otro.
S.: ¿Seguirá solo o hay posibilidades de una coalición? Con Galán, por ejemplo...
U.R.: La coalición es necesaria, creo que se va a formar un nuevo frente. Es más, yo planteé en la Convención del 7 de diciembre que sólo una candidatura de coalición puede reemplazar a la actual coalición de gobierno. El problema con respecto a Galán es que no se puede repicar y andar en la procesión.
S.: Pero en caso de una convergencia de programas, de propuestas, ¿apoyaría la candidatura de Galán?
U.R.: No se puede poner como codición la candidatura propia. El nombre del candidato tendria que salir de la coalición y no hacerla a partir de un candidato predeterminado.
S.: ¿ Y Barco qué?
U.R.: Ni Barco, ni el Partido Liberal pueden ser alternativa. El Partido Liberal está inmerso en la responsabilidad de la crisis. Barco garantiza la continuidad de los caciques. Para ser candidato de ellos hay que aceptar las encerronas. Como la de Sincelejo.
S.: ¿Cómo ve la alternativa de la Unión Patriótica?
U.R.: La UP puede tener mucha acogida en ciertas zonas, pero tiene en contra el hecho de que puede ser interpretada como agencia de una potencia extranjera. Ese es su lado vulnerable.
S. ¿Su candidatura es liberal, de izquierda, qué?
U.R.: Este es un país con tortícolis de derecha: lo que en cualquier parte es centro aquí es izquierda. Yo sería como el Copei en Venezuela, como Felipe González en España. Soy liberal. Esa razón social no me la pueden quitar. Pero las candidaturas ahora no pueden ser de partido, porque los dos partidos han estado y están en el gobierno como lo dije antes, sólo una candidatura de coalición puede reemplazar a la actual coalición bipartidista de gobierno.
S.: ¿Cuáles son sus propuestas básicas?
U.R.: Un plebiscito que pueda elegir el rumbo que debe seguir el país. Hacer una gran creación de derecho público. La otra vía es la armada. La única pacífica es recurrir al constituyente primario para hacer las reformas que el país ha esperado durante años. Eliminar el bipartidismo obligatorio; reformar el Congreso como dije antes; iniciativa popular para presentar proyectos de ley al Congreso; reforma agraria, pero no dentro del desideratum de "la tierra pa'l que la trabaja", sino la tierra para trabajarla, pensando en un impuesto de infrautilización, estableciendo una media de eficiencia, plan de mejoras forzoso y expropiación; quitar el poder político a una clase; impuesto al gasto, entre otras.
S.: A usted se lo ha acusado con frecuencia de veleidoso. Ha sido turbayista, lopista...
U.R.: ¿Por qué cuando López apoyó a Turbay no le dijeron veleidoso? Hizo un acuerdo con Lleras Restrepo y después le robó la candidatura y eso lo vieron como algo legítimo. A otros no les dicen veleidosos. Los generales tienen derecho a cambiar de línea. Yo no he sido cauda de nadie, salvo de López Pumarejo, así que no veo por qué no pueda expresar mis desacuerdos. Así lo hice con el MRL.
S.: ¿Por qué la etapa de apoyo a Turbay?
U.R.: Turbay se volvió el símbolo de la reacción, pero en un momento dado por el hecho de provenir de una familia de inmigrantes, de tener un origen humilde, representaba un avance político. Pensé que ahí había un filón...
S.: ¿Oportunismo?
U.R.: El oportunismo mío ha sido al revés. Estuve con López en el desierto, no en el gobierno. Con Turbay en su campaña que fue muy dura, no en su gobierno. Estuve con Rojas para formar oposición en el 76. Pero en su gobierno lo combatí. Con Lleras, fui el único voto en su derrota en la Convención.
S.: Entonces, ¿es un perdedor?
U.R.: Sí, bueno, perdedor sí.