En el lugar equivocado

El jueves el agente de la DEA James Terry Watson entró a formar parte de una triste y larga lista de estadísticas. Esa noche, cuando salía de un restaurante en el parque de la 93, en el norte de Bogotá, el estadounidense abordó un taxi y a las pocas cuadras fue víctima de un paseo millonario, uno de los delitos más frecuentes de la capital. 

El atraco tuvo un final trágico: los asaltantes lo apuñalearon y lo dejaron tirado. Algunos transeúntes lo llevaron a la Clínica del Country, donde falleció. El presidente Juan Manuel Santos condenó el asesinato. La Policía no solo ofreció una recompensa de 50 millones de pesos por cualquier información, sino que también inició una investigación conjunta con oficiales gringos para dar con los asesinos. Por tratarse de un agente federal estadounidense, los delincuentes podrían ser extraditados y pagar hasta 60 años de prisión.