Una carta muy exótica

En junio de 1984, Belisario Betancur encontró en su escritorio uno de los documentos más exóticos que jamás hayan llegado a un despacho presidencial. Se trataba de una carta escrita por los principales narcotraficantes del país, donde ofrecían desmontar el negocio de las drogas. No llevaba firma, pero sus autores decían ser dueños del 80 por ciento del narcotráfico.

Hace 30 años, SEMANA dedicó su portada al revuelo que ocasionó la revelación de esa misiva. La historia arrancó cuando el expresidente Alfonso López Michelsen se encontraba en Panamá como jefe de la delegación colombiana que observaba las elecciones en ese país. Allá fue contactado por Pablo Escobar y Jorge Ochoa, quienes le manifestaron estar dispuestos a entregarse si les garantizaban la vida. López los recibió en un hotel y los puso en contacto con el procurador general Carlos Jiménez Gómez para tramitar la supuesta entrega. Esto desembocó en la carta, en la que proponían entregarse a la Justicia y acabar su negocio siempre y cuando pudieran pagar sus penas en Colombia y no en Estados Unidos. El documento fue objeto de una gran controversia, y el gobierno negó la iniciativa.