Esa platica se perdió

La cifra era astronómica. Habían desaparecido, en mayo de 1983, 13,5 millones de dólares de una cuenta bancaria de la Nación en Estados Unidos. En enero de 1984, las especulaciones sobre los responsables del robo eran tan diversas (se hablaba de funcionarios corruptos), que a finales de ese mes el procurador Carlos Jiménez Gómez tuvo que contar los detalles de la investigación. Él llevaba varios meses detrás de los presuntos culpables: tres colombianos y un estadounidense que habían estado moviendo el dinero por todo el mundo.

Hace 30 años, SEMANA dedicó su portada a describir el robo. Aunque ninguno de los ladrones tenía nexos con el sector financiero o el gobierno, uno de ellos había sacado los millones de la cuenta gringa al explicar que se trataba de una supuesta “orden de presupuesto de la República de Colombia”. Luego, los puso a recorrer bancos en Londres, Nueva York, Zúrich, Ginebra y Ciudad de Panamá, hasta que los otros tres los sacaron por tandas en efectivo. Aún no se sabía, pero detrás del escándalo estaba el economista Roberto Soto Prieto, quien terminó preso en Alemania, aunque el dinero jamás se recuperó.