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“Históricamente, Colombia tiende a reconvertir la violencia”: Eduardo Durán-Cousín

El diplomático y periodista ecuatoriano Eduardo Durán-Cousín acaba de publicar un compendio de la historia de Colombia. En entrevista con SEMANA, explica por qué el país no ha logrado una paz estable y duradera.

26 de septiembre de 2020

SEMANA: ¿Por qué un ecuatoriano se puso la tarea de escribir un libro de historia de Colombia?

Eduardo Durán-Cousín: Este es un país de gran importancia para el Ecuador, ya que es el más dinámico de sus vecinos. Los hechos históricos suscitados allí a menudo traspasan a nuestras fronteras. De las ocho grandes guerras civiles que Colombia tuvo en el siglo XIX, hubo intervención ecuatoriana, como en la guerra de los Mil Días cuando nuestro presidente Alfaro respaldó al bando liberal. Lo mismo sucedió en la época del conflicto armado y la eclosión del narcotráfico, que han tenido coletazos en nuestro país. Fíjese usted que el único movimiento guerrillero significativo que ha tenido el Ecuador era un brazo del M-19. Y no hay que olvidar el caso de Reyes de las Farc.

SEMANA: Pero al parecer la influencia es solo negativa…

E.D.: Por supuesto que no. En el Ecuador hay más de 500.000 colombianos que hacen importantes aportes. Nuestro país se ha nutrido de la creatividad de los colombianos. Por ejemplo, según una encuesta, los empresarios ecuatorianos prefieren contratar ejecutivos del país vecino.

SEMANA: ¿Por qué Colombia es un país de extremos?

E.D.: Cuando hablo de extremos, me refiero a lo positivo y a lo negativo que existe en la sociedad colombiana. Extremos de violencia, de narcotráfico, de delincuencia, de bandas criminales, y, por otro lado, un pueblo dinámico, emprendedor y creativo. Mire los artistas que tiene el país.

SEMANA: ¿Por qué hace énfasis en la violencia de Colombia?

E.D.: El libro analiza las constantes de la historia de Colombia y la más preocupante es la violencia. Vale aclarar que no es una única violencia, es una que se reconvierte en el tiempo: se pasa de las guerras civiles del siglo XIX a la confrontación campesina, luego a la violencia guerrillera y ahora a bandas criminales. En otras palabras, Colombia tiene una tendencia a la reconversión de la violencia.

SEMANA: ¿Por qué Colombia no ha salido de ese espiral violento?

E.D.: Esta reconversión permanente de la violencia se da porque hay telón de fondo: la insuficiencia del Estado y ausencia del control del monopolio de la fuerza. Es un fenómeno continuo en el que el Estado no está capacitado para impedir las distintas confrontaciones que se dan por las armas. Pero quiero anotar: todos los Estados latinoamericanos son débiles en esencia, sin embargo, el caso colombiano es el más complejo y donde estas dos características se evidencian más.

SEMANA: Pero, si se hace un análisis comparativo, Brasil es totalmente desigual y no es tan violento; o México, mucho menos desigual que Colombia y tiene la violencia desbordada. ¿Qué hace de especial la violencia del país?

E.D.: Cada país tiene sus condiciones específicas que se deben analizar, pero el hecho cierto es que en el caso colombiano esta insuficiencia del Estado explica la continuidad de las violencias. Dentro de estas ocurre la eclosión de otros elementos, como la desigualdad social o el continuo arrastre de una cultura violenta desde el siglo XIX. Por distintas razones, en Colombia se ha optado por solucionar las cosas de manera violenta. Si usted ve las estadísticas de hurtos, mientras que en Francia el uso de la violencia en un robo no sobrepasa 3 o 5 por ciento, en Colombia supera más del 50 por ciento.

SEMANA: ¿Por qué en Colombia la violencia resurgió luego de firmarse los acuerdos con las Farc?

E.D.: Porque siguen las constantes que hablamos anteriormente. No quiero ser negativo, pero en esas zonas donde no hace presencia el Estado cualquier circunstancia política o social va a ser arreglada por medio de la violencia.