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"vivimos en una sociedad que quiere ver a las personas derrotadas, encarceladas y una vez presas, mientras peores condiciones tengan, mejor" | Foto: GUILLERMO TORRES - SEMANA

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“Las falencias de la justicia no son las de los abogados”

Iván Cancino cuenta por qué los penalistas decidieron crear una asociación. Asegura que la obsesión por la cárcel le está haciendo mucho daño al sistema judicial.

7 de marzo de 2020

SEMANA: Este fin de semana es la primera reunión de la asociación de derecho penal que usted lidera. ¿Por qué los abogados decidieron agremiarse?

Iván Cancino: Comenzamos un grupo de 15 personas y hoy somos más de 600 reunidos en Barranquilla y casi 2.000 miembros en todo el país. Los penalistas somos abogados que defendemos personas y causas, sin importar la ideología que tengan nuestros clientes. Pero jamás se nos pueden confundir con nuestro cliente.

SEMANA: Suena como una defensa a un oficio que es muy cuestionado recientemente…

I.C.: Sí, nosotros somos abogados que defendemos personas, pero no nos confundimos con ellas, así uno le meta el alma a una defensa. Pero realmente lo que queremos también es defender al derecho de imposiciones que le hacen mucho daño.

SEMANA: ¿Cómo cuáles?

I.C.: Como el querer achacarles las falencias del sistema penal a los abogados penalistas. Nosotros somos el menor de los problemas de este sistema. Nuestra sociedad parece de la época romana del imperio, donde a la gente le gusta es la justicia con sangre.

SEMANA: ¿Qué quiere decir con eso?

I.C.: Que vivimos en una sociedad que quiere ver a las personas derrotadas, encarceladas y una vez presas, mientras peores condiciones tengan, mejor. Nosotros somos el escudo de esa garantía. Y eso muchas veces las personas no lo entienden.

SEMANA: ¿No le parece paradójico que ustedes rechacen algo que uno pensaría es la base de sus negocios?

I.C.: No, no, no. El buen negocio para nosotros es defender a las personas de la manera correcta. Nosotros creemos en la resocialización de las personas, en las segundas oportunidades. Esta es una sociedad que cree que el castigo siempre tiene que ser la cárcel y eso nos ha retrasado como sociedad en la lucha contra la impunidad.