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La equivocación del Presidente

23 de junio de 2003

Con su reclamo a Naciones Unidas Uribe vuelve a demostrar un desconocimiento del papel que cumple esta organización.

El reclamo del presidente Alvaro Uribe a la Organización de Naciones Unidas (ONU) de la semana anterior es errado. El tono y las palabras no corresponden al elemental lenguaje diplomático y, aún más grave, no se ajusta a la realidad. El Presidente dijo: "El papel que hemos visto los colombianos de Naciones Unidas es que critica mucho y resuelve muy poquito". Eso no es cierto. Pocos organismos como este hacen tanto por el país y eso lo saben bien, entre otros, los más humildes.

Basta decir que en Colombia trabajan organismos especializados y agencias de la ONU, como la Organización Internacional para la Agricultura y la Alimentación (FAO), la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la Organización Mundial de la Salud (OMS), la oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), y el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, por solo citar algunas entidades. La actividad de la ONU en el territorio nacional cubre un campo mucho más amplio que el de la crisis de los derechos humanos y el de la degradación del conflicto armado. La ONU hace esfuerzos en salud, lucha contra la droga y el sida y ofrece programas en alimentación y educación. En Colombia hay presencia de 14 de las 19 agencias de la ONU, una cifra que pocos países tienen. La ONU además le está ayudando al Presidente a organizar la Mesa de Donantes que se llevará a cabo el próximo mes en Londres.

Ya en sus épocas de candidato Uribe le hizo a la ONU la insólita petición de que enviara cascos azules para resolver el conflicto armado interno. En ese entonces sus palabras sólo tenían efecto sobre su campaña y sus seguidores. Ahora no puede hacer lo mismo con reclamos errados a la ONU pues es el jefe del Estado. El Presidente se justifica con el argumento de que esta es la vía para alcanzar la paz. El no puede poner en manos de la ONU la negociación con las Farc pues esa no es su tarea. La ONU facilita y media pero no le corresponde asumir el papel del Estado. Desconoce el Presidente el perfil y el apoyo que le da estar al lado de la ONU y no mide la soledad a la que podría enfrentarse devaluando a este organismo de carácter multilateral, del que Colombia ha sido orgulloso miembro fundador desde 1945.