La revolución alimentaria

La tendencia creó un debate en un país donde cada día morían 100 niños por desnutrición, ya que resultaba paradójico que aquellos que tenían con qué alimentarse decidieran comer menos. Hace 30 años, SEMANA analizó la forma como la gente, no solo en las clases altas, empezó a querer ‘estar en forma’ y a transformar radicalmente hábitos alimenticios que en algunas mesas, como la antioqueña, parecían inamovibles. La obesidad y los infartos se habían convertido en problemas de salud pública, debidos, en buena parte, a la forma exagerada y poco saludable como se comía. Tanta fuerza cobró el asunto que la gran industria se mostró “preocupada” al ver disminuidas sus ganancias. La Federación Antioqueña de Ganaderos se quejó diciendo que sus productos “enfrentan un mercado cada vez más reducido y suntuario”. Otros, sin embargo, como el presidente de Carulla, Jorge Carulla, andaban felices pues, según él, el sector de verduras y hortalizas estaba en apogeo.