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La semana de Peñalosa

El alcalde de Bogotá tuvo unos días bastante movidos. Dio declaraciones que causaron polémica, la Contraloría le abrió un proceso de responsabilidad fiscal y tomó la decisión de no hacer la consulta antitaurina el 13 de agosto. Esto fue lo criticado, lo bueno, lo complicado y lo malo de su semana.

12 de agosto de 2017

Lo criticado: la administración pospuso la consulta antitaurina que había establecido para el 13 de agosto. Ante la negativa del Ministerio de Hacienda a apropiar los 11.000 millones de pesos que se necesitan para hacerla, el Distrito dijo que no tiene plata. Y la Registraduría se niega a convocar la consulta sin que esté asegurado el dinero. Varios juristas consultados por SEMANA insisten en que la Alcaldía está desacatando la Ley de Participación Ciudadana, pues la consulta debe hacerse tres meses después de su autorización. En la misma línea, Felipe Negret, presidente de la Corporación Taurina, señaló que “conservar la fecha es una garantía de igualdad para quienes promueven el sí y el no”.

Lo bueno: en una entrevista con Blu Radio, el alcalde dijo que deberían darles nacionalidad colombiana a los venezolanos que lleguen al país. Sus palabras ratifican a Bogotá como una capital generosa y con vocación cosmopolita.

Lo complicado: le han llovido críticas a su propuesta de liberar los precios de los parqueaderos y permitir construir edificios sin lugar para los carros. Peñalosa explica que “si hay libertad de mercado, va a haber más estacionamientos porque va a ser un negocio”. Además aseguró que resolver el problema del parqueo de los bogotanos no es su responsabilidad.

Lo malo: La Contraloría Distrital le abrió a Peñalosa un proceso por posible detrimento patrimonial de 146.000 millones de pesos en los estudios del metro, argumentando que tal vez la obra habría podido arrancar con los estudios encargados por el exalcalde Gustavo Petro. El gerente del metro, Andrés Escobar, dijo a SEMANA que se identificaron riesgos geológicos en el anterior estudio y que la devaluación del dólar lo hacía económicamente inviable, por lo cual la administración realizó nuevos estudios.

Alistando la salida

El Directorio del Partido Conservador decidió moverse a la derecha. Un mes después de mostrar malestar por la decisión de Andrés Pastrana de aliarse con Álvaro Uribe, le pidió a su expresidente asumir la jefatura del partido. En una carta, los conservadores le dicen a Pastrana que es un “referente moral y estandarte de los valores conservadores”. También le reconocen la búsqueda de la paz durante su gobierno, aunque, paradójicamente, él hoy sea un duro crítico de los acuerdos. La carta se interpretó como el alistamiento de la dirigencia azul para salir de la coalición de gobierno a finales de este año, para pavimentar la candidatura por el partido de Marta Lucía Ramírez –apoyada por Pastrana– y para buscar una coalición con el uribismo en 2018.

El reto del Congreso

En medio de campañas prematuras, los partidos tienen en sus manos la aprobación de los 22 artículos de la reforma política para cambiar. Algunos de los puntos clave de la democratización que propone la reforma son:

Los partidos tendrán que seleccionar candidatos por medio de mecanismos de democracia interna.

La elección de los miembros del Consejo Electoral colombiano cambiaría de tal manera que se vuelva un ente autónomo e independiente frente a los partidos.

Se profundizaría la transparencia del sistema y se fortalecería la organización electoral con listas semicerradas para las elecciones de 2018 y cerradas para 2022.

Esta semana el Congreso mostrará si está a la altura y comienza a votar cambios institucionales de fondo.

“El presidente no gana popularidad cambiando los ministros”

Carlos Caballero Argáez, hasta hace poco director de la Escuela de Gobierno de Uniandes, habló con SEMANA sobre los cambios de gabinete durante el gobierno de Santos.

En un país como Colombia, ¿qué características debería tener un gabinete de gobierno?

Los ministerios son cargos políticos, pero los pueden ejercer técnicos que tengan una visión de la complejidad de los problemas y capacidad para conseguir apoyos políticos.

¿Cómo ha manejado el presidente los ministerios?

Ha tenido una excesiva rotación y falta de claridad en la organización de la Presidencia. Si alguien podía organizarla era él, una persona que ha sido ministro de Comercio Exterior, de Hacienda, de Interior, designado a la Presidencia y que ha trabajado con todos los presidentes. En los últimos años ha faltado claridad de funciones en su equipo más cercano.

En Colombia es usual realizar cambios de gabinete cuando hay crisis de popularidad. ¿Qué opina?

Es una concepción tradicional, pero errada. La popularidad presidencial depende de la eficiencia del gobierno, y no de los cambios de gabinete.

¿Cómo entendió este último cambio?

En este momento, cuando se ha quedado un poco solo, el presidente necesita trabajar con personas de su confianza y que sean sus amigos. Al contrario de lo que se pensaba, el cambio fue más para eso que para generar gobernabilidad.

la sexta por firmas

El pasado 8 de agosto Piedad Córdoba inscribió su movimiento, Poder Ciudadano, y es la sexta aspirante a la Presidencia que recurre a las firmas para validar su candidatura. La exsenadora pretende recorrer los 32 departamentos antes de diciembre para conseguir las más de 474.000 firmas que necesita. A pesar de que cuenta con apoyos en el movimiento social, la dificultad de Piedad será superar su imagen negativa, superior al 60 por ciento.