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La última gran vía de Bogotá

Los ocho carriles con los que soñaba Enrique Peñalosa para la Avenida Longitudinal de Occidente, se convertirían en un corredor para el tranvía de Petro y vivienda de interés social. Polémica.

7 de enero de 2012

Las visiones de ciudad del exalcalde Enrique Peñalosa y el alcalde Gustavo Petro se enfrentaron esta semana por cuenta de la polémica que se armó en torno al uso que se le debe dar a los terrenos que tiene Bogotá, y que estaban reservados a cumplir el sueño de una autopista moderna a la altura de las grandes ciudades del mundo que había dejado planeada el exalcalde Peñalosa. Tras escuchar el discurso de posesión de Petro, en el que afirmó que esos terrenos serían para el tranvía pero también para un corredor verde, con vivienda y universidades, el exalcalde no aguantó las ganas y le respondió por Twitter que su propuesta es una gran irresponsabilidad que va a afectar aún más la movilidad. El debate apenas comienza.