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Las palabras se mueren

18 de abril de 2004

El investigador Germán Ferro Medina recoge en el Diccionario de palabras que mueren varios vocablos que los jóvenes colombianos dejaron de usar porque "¡qué oso, marica!", aunque eso sí ellos deben saber que en su momento fueron cool para los adultos. Aquí, algunos ejemplos.

Achaque: enfermedad crónica no grave. "Mijo, amanecí con achaques".

Ahíto: que padece de alguna indigestión. "Estoy muy ahíto".

Asueto: temporada corta de vacaciones. "¡Dios mío¡ ¡Qué vamos a hacer con estos niños en asueto!".

Bicoca: cosa de poca estima y aprecio. "Esa vaina cuesta una bicoca".

Chascarrillo: anécdota picante y ligera. "Ese pizco cuenta unos chascarrillos simpatíquisimos".

Cuchitril: habitación pequeña y miserable.

"Se la llevó a vivir a un cuchitril".

Enagua: prenda interior femenina.

"Le gusta usar enaguas de colores".

Gavilla: cuadrilla de gente despreciable.

"Era una gavilla de pícaros".

Jolgorio: regocijo, diversión. "Todo el fin de semana fue de jolgorio".

Lapo: golpe dado con un látigo. "Se dio el lapo".

Majadero: necio, porfiado. "Chino majadero".

Morriña: tristeza, melancolía.

"El atardecer me da morriña".

Ósculo: beso solemne.

"Sólo te quiero dar un ósculo".

Pastrana: burdo o mal hecho.

"Tenía una letra pastrana".

Pucha: medida. "Déme una pucha de arvejas".

Taimado: hipócrita. "Se hacía el taimado".

Zoquete: lento para entender.

"Ese no es más que un zoquete".