Home

Enfoque

Artículo

LOS DIARIOS SECRETOS DE HITLER

¿El más extraordinario descubrimiento histórico del siglo 20 o la más fantástica faisificación? Se abre polémica sobre su autenticidad. Si son auténticos, los 60 volúmenes arrojarían nuevas luces sobre la época nazi.

30 de mayo de 1983

Como todos días, los rutinarios ingleses recibieron la mañana del 24 de abril el Sunday Times. Sus ojos no podían creer lo que estaban leyendo: "Los secretos de la guerra de Hitler", decía en inmensas letras el titular de primera página que ocupaba las ocho columnas del periódico. Y había una llamada sobre el carácter de exclusiva mundial, que anunciaba revelaciones sobre la forma como los diarios secretos del Fuhrer habían sido descubiertos en un granero de Alemania Oriental. Seguramente muchos de los lectores apuraron los últimos sorbos de sus tazas de té y se enfrascaron en la intrigante lectura. En un resumen de los documentos, 60 volúmenes escritos a mano en tinta negra, el Sunday Times decía, entre otras cosas, que Hitler en sus memorias enmascaraba su intervención en el holocausto judío, cuyo resultado fue la muerte de más de 6 millones de judíos europeos. Muchos no pudieron evitar atragantarse con los tradicionales English muffins y se concentraron más en la historia. Mientras tanto, la noticia se difundía escandalosamente por todos los télex del mundo y se iniciaba una polémica sobre la autenticidad de los llamados "diarios de Hitler".

DEL BUNKER AL GRANERO
"La ofensiva largamente esperada ha empezado. Que el Señor nos ayude", decía la última nota de los diarios atribuídos a Hitler, escrita, al parecer, dos semanas antes de que se suicidara el 30 de abril de 1945 en el bunker que le servía de refugio en Berlín. Muerto el Fuihrer y terminada la guerra, el Tercer Reich llegaba a su ocaso. Comenzaba entonces una nueva etapa de la historia del siglo 20 y con ella miles de estudios, investigaciones y especulaciones sobre uno de sus principales protagonistas, Adolfo Hitler, figura siniestra y paradójicamente carismática, cuya personalidad oscilaba entre la genialidad malévola y el servilismo. Había marcado un hito en la historia contemporánea.
Por eso, ante el asombro de aquellos que lo conocieron y millones de interesados en el tema, las revelaciones del Times de Londres -que adquirió los derechos de publicación a la revista alemana Stern por una cifra que se calcula entre 750 mil y un millón de dólares- pusieron en jaque a la opinión pública y a "revolar en cuadro" a expertos de uno y otro lado del Atlántico.
El semanario alemán, cuya circulación superó la semana pasada los dos millones de ejemplares, afirma que los diarios son parte de un paquete que incluye otros documentos, dibujos y recuerdos personales que Hitler supuestamente coleccionaba. Stern publicó también las primeras de las numerosas anotaciones de los diarios (ver recuadro), cuadernos forrados en material negro imitación de cuero, que datan de junio de 1932, 7 meses antes de que Hitler se convirtiera en Canciller, hasta abril de 1945, dos semanas antes de que se suicidara. Cada volumen contiene entre 75 y 100 páginas manuscritas en tinta negra, algunas de ellas firmadas por Hitler, su secretario privado Martin Bormann o Rudolf Hess. Cada diario se encontraba atado con una delgada cuerda roja y sellado con lacra roja marcada con la swastika o el águila del Reich.
De acuerdo con Stern, un volumen está dedicado al recuento de la misión secreta que adelantó Rudolf Hess a la Gran Bretaña con el objeto de intentar una negociación de paz que contraría la versión nazi, y hay extensas anotaciones sobre la retirada de los ingleses de Dunkerke. Sin embargo, los editores del semanario alemán se han negado a revelar detalles sobre la forma como los documentos llegaron a su poder. "Todo empezó con una llamada desde cabina de un teléfono público" se limitó a decir lacónicamente uno de los directivos de la revista.
La publicación alemana afirma que los documentos fueron transportados en un avión de la Luftwaffe, pocos días después de que las tropas soviéticas entraron en Berlín. El avión debía aterrizar en una pequeña pista cerca de Salzburgo desde donde la carga se trasladaría al refugio alpino del Fuhrer, Berchtesgaden. Pero un avión americano lo derribó en la ruta, la mañana del 21 de abril de 1945, cerca de la pequeña población de Boernsdorf, hoy territorio de Alemania Oriental. Al enterarse, según lo revelan las memorias de su piloto personal. Hans Bauer, Hitler habría exclamado: "En ese avión estaban todos mis archivos personales, lo que yo había intentado dejar como testimonio para la posteridad. Es una catástrofe!" Hugh Trevor-Roper -consejero del Sunday Times y quien el 23 de abril declarara que los diarios son auténticos afirmó en un articulo publicado hace unos días que un oficial de la Wehrmacht fue quien posiblemente recuperó los documentos del avión estrellado y los escondió durante 35 años en un granero. Hace tres años, el antiguo oficial nazi, entonces de 80 años, residenciado en Suiza, y clave final de una búsqueda de 10 años, le habría entregado a Gert Heideman, 51 años, un periodista alemán colaborador de Stern, los diarios en cuestión.
Heidemann habría triunfado, así, en el seguimiento de una serie de pistas que lo llevaron a realizar viajes clandestinos a Alemania Oriental y a Sur América, en donde, se afirma, hizo contacto con antiguos oficiales nazis, incluyendo a Klaus Barbie, "el carnicero de Lyon" .

LARGA HISTORIA DE PISTAS
Fascinado por las historias del fanatismo nazi y coleccionista durante toda su vida de documentos y recuerdos de la época, Gert Heidemann compró hace unos años un yate, el Carina 11, que una vez había pertenecido a Goering. Cuando Heidemann restauró el yate y quiso venderlo, empezó a recibir visitas de antiguos y prominentes nazis como Wilhelm Mohnke, jefe de brigada de las SS y el general Karl Wolff. De acuerdo con la versión del Times Heidemann se enteró de la "Operación Seraglio", un operativo organizado para sacar oficiales nazis y documentos secretos de Berlín en 1945. En una de las conversaciones habría salido a luz el nombre del piloto que comandaba la nave que se había estrellado antes de llegar a su destino en Baviera. Se trataba del mayor Friedrich Anton Gundlfinger.
Las investigaciones comenzaron a intensificarse el 13 de octubre de 1980 cuando, al parecer, Heidemann llamó al servicio de Alemania Federal que informa sobre los desaparecidos en servicio. Al mayor lo reportaban muerto el 21 de abril de 1945. Con este dato, el periodista realizó un viaje clandestino hasta el cementerio de Boernsdorf donde, entre malezas y hierba, encontró las tumbas de 16 soldados alemanes. Entre ellas, la de Gundlfinger y la de Wilhelm Ardnt, criado de Hitler, quien llevaba en el avión una caja de metal con un rótulo que decía: "Propiedad del Fuhrer". Hablando con los moradores del lugar, obtuvo varios datos que confirmaban la existencia de la caja y, además, llegó a descubrir la dirección de un tal Franz Westermeier, quien manejaba la artillería trasera del avion, único sobreviviente del accidente. Pero el hombre había muerto en 1980 de una enfermedad renal. Volvió entonces a Boernersdorf y hubo quienes le contaron haber visto a Westermeier salir gritando del avión incendiado. Por un granjero se enteró también de que las tropas nazis habían llegado minutos después del siniestro aéreo y habían establecido un cordón de seguridad, pero que a pesar de las medidas, algunos habían logrado sacar oro del avión en llamas. Posteriormente, Heidemann habría realizado viajes a Sur América para entrar en contacto con viejos nazis.
A partir de estos puntos del relato, tanto Heidemann como la revista Stern han echado una cortina de humo sobre el asunto. Heidemann rehusa dar el nombre de la persona o personas a quienes compró los diarios y la cifra que pagó por ellos. Menciona solamente que parte de su acuerdo con el misterioso personaje depositario de los documentos, es que éstos finalmente sean entregados a los archivos de Koblenz en Alemania Federal y que debe guardar silencio para no poner en peligro a quienes viven actualmente cerca del lugar donde se accidentó el avión. De resto, se limita a decir: "Todo lo que hise fue unas llamadas telefónicas y unos pocos contactos con viejos nazis. Lo demás fue fácil". Sin embargo, quedan en pie las afirmaciones del historiador británico sobre el viejo oficial de la Whermacht. Por ahora, los documentos reposan en una cajilla de seguridad de un banco suizo. Serán devueltos al gobierno alemán después de que Stern los publique en 28 entregas, repartidas en tres bloques, hasta finales de 1984. Entonces podrán ser examinados en su totalidad y exhaustivamente. Sin embargo, expertos e historiadores quisieran tener acceso a ellos más pronto y ya Allan Bullock, el biógrafo británico de Hitler, propuso al gobierno alemán que se integre una comisión de estudios de los diarios. "De otra manera, advirtió, se hará uso político de ese material y al final todos quedarán en la oscuridad ".

¿SON AUTENTICOS?
Los diarios secretos del Fuhrer...¿Son auténticos o constituyen el más extraordinario fraude? Esta es la pregunta que más se ha repetido en los últimos días. La revista Stern ha dicho que historiadores y grafólogos han establecido su autenticidad, pero hay quienes sostienen que no se adelantó un trabajo a fondo de autenticación, porque solamente unas pocas páginas de los diarios fueron sometidas a análisis químicos y grafológicos. Sin embargo, esto no significa que sean todos fraudulentos. Hugh Trevor Roper, el primer historiador en examinar los diarios para el Times, en una primera declaración, afirmó que eran auténticos. Aunque inicialmente abrigaba dudas, en un artículo que publicó recientemente dijo: "cuando ingresé al recinto del banco suizo y vi las páginas de esos volúmenes, mis dudas se disolvieron gradualmente". Conocido por su libro "Los últimos días de Trevor-Roper, 69 años, es calificado por sus colegas como políticamente conservador, pugnaz intelectual amigo de controversias y agudo crítico del trabajo de otros historiadores.
Ante los ataques de sus detractores afirma: "Con esto estoy poniendo en juego mi reputación ".
Otros reputados expertos en el tema, aunque todavía no han visto los documentos, han expresado dudas frente a su autenticidad. Es el caso del alemán Eberhard Jaeckel, profesor de la Universidad de Stutgartt, quien afirma que un coleccionista le ofreció uno de los volúmenes, un año antes de la fecha en que, según Stern, aparecieron los documentos y que no le sorprendería que todo fuera una falsificación. En el mismo sentido se pronunció otro historiador alemán, Werner Maser. Al parecer, una de las razones en las cuales se apoyan los dos alemanes es en la conviccion generalizada de que Hitler quedó incapacitado para escribir con su mano derecha, después del atentado que sufrió en julio de 1944. Para apoyar esta tesis, se citan los testimonios de Richard Shulze-Kossens, coronel de la SS, adjunto del Fuhrer, y de su secretaria privada, Christel Schroeder.
Otro de los más conocidos historiadores de Hitler es Gerhard Ludwig Weinberg, profesor de la Universidad de Carolina del Norte, quien huyó de Alemania en 1938 y quien autenticó lo que había sido hasta ahora la muestra más amplia de la escritura de Hitler: 4 páginas que escribió en 1938, cuando erróneamente creyó que tenía cáncer en la garganta. Como consultor de la revista Newsweek, el profesor Weinberg examinó los diarios para el semanario norteamericano que, finalmente, no quiso adquirir los derechos de publicación. Al respecto formuló algunas apreciaciones que aparecen en la edición de esta semana. Entre ellas se destacan las siguientes:
Los diarios estaban en extraordinaria buena condición... no había daño por humedad, muy poco deterioro del papel y mínimos rasguños en los foros.
Hay buenas razones para dudar de su autenticidad. Primero, en los años en que Hitler llegó al poder, nadie se refirió a la existencia de esos diarios...
Segundo, está el hecho de que Hitler era conocido como escritor renuente. Dictó "Mi lucha", por ejemplo.
La sensación preliminar fue la de que eran legítimos... La idea de falsificar, cientos, miles de páginas, era dificil de creer. Algo inusual es que la mayoría de las páginas llevan su firma y una firma es algo que puede ser chequeado. No es plausible que alguien que falsifique una letra falsifique gratuitamente el único aspecto de ellas que es más fácil de verificar.
A primera vista los diarios parecían reales... Había algunas fascinantes consistencias históricas en la propia letra de Hitler: en las anotaciones de 1939 y 1940 la escritura es clara, vigorosa Durante 1943, época del desastre de Stalingrado, la escritura se desintegra. Al final, en abril de 1945, la escritura se inclina agudamente hacia la derecha y hacia abajo, como si se le olvidaran las líneas de la página.
Los textos de los diarios deben someterse a un examen más detenido. Todavía hay lugar para sospechar que todo es una invención. Un motivo obvio sería el dinero. Otro sería un intento para rehabilitar a Hitler.
La semana pasada en Hamburgo, los editores de Stern convocaron a una rueda de prensa. En ella, Trevor-Roper apoyaría sus primeras declaraciones sobre la autenticidad de los diarios. Sin embargo, ante el asombro de aquellos que lo escuchaban se "echó para atrás" y alegó que había sido engañado sobre el origen de los documentos que podían, entonces, no ser genuinos. Fue el más fuerte golpe de gracia para el Stern, pues al parecer algunos de los medios impresos que habían adquirido los derechos de publicación estarían dispuestos a interrumpir sus planes de continuar con las entregas el mes entrante, al menos que Stern no presente pruebas más convincentes sobre la autenticidad de los documentos.
Frente a esta polémica que se desató a raíz de las primeras revelaciones sobre los diarios secretos del Fuhrer, los mas escépticos se preguntan por qué quienes tenían este material desde hace tiempo, no lo publicaron antes. El cercano quincuagésimo aniversario del ascenso de Hitler al poder es una extraordinaria coincidencia. Y los pragmáticos sostienen que no habría nada de raro en que el interés económico más que el periodístico hubiera primado en los editores de Stern quienes, sin consultar uno solo de los historiadores alemanes, harán una fortuna con las publicaciones y la venta de los derechos a otros medios impresos del mundo. Sin embargo, ante las nuevas declaraciones de Trevor-Roper, la situación se complica.

LA CUESTION JUDIA
Auténticos o no los diarios, un hecho evidente es que la vida de Hitler continúa fascinando a millones de personas y que millones de lectores estarán pendientes para ver si se continúa con su publicación, especialmente por uno de los temas más críticos: la "solución final" de la cuestión judía, planeado inicialmente para finales del 84. Según Stern, los diarios se refieren constantemente a los judíos, pero el tono contrasta con el que empleaba en las histéricas diatribas públicas. Y no se ha encontrado ningún reconocimiento por parte de Hitler de que hubiera ordenado el exterminio de los judíos. Después de la "noche de los cristales", la redada antijudía del 38, Hitler se queja prosaicamente por los cabeza-duras que causaron millones de daños a la economía alemana y "no precisamente en vidrios rotos". Sin embargo, algunas veces reflexiona sobre la forma de deshacerse de ellos enviándolos al mar y hundiendo sus barcos, o inclusive dándoles una parte del territorio de Checoslovaquia donde "puedan aprender a cultivar sus propios alimentos". Pero en ninguna parte se refiere a los campos de exterminio. Al parecer el juicio que podía hacérsele fuera de Alemania pesaba más que posibles razones morales.
¿Intento de re-escribir la historia como lo afirman algunos? es posiible pero no probable. "Una falsificación así no serviría a los intereses de nadie ", afirma Leo Spech, un experto del Stern que ha pasado un año estudiando el archivo. Y agrega: "Nada tiene profundidad. Es el decepcionante diario de un monstruo ".
De todo esto hay todavía mucha tela qué cortar. El debate sobre la autenticidad de los diarios secretos del Fiuhrer apenas comienza. Falta aún que los expertos tengan acceso a la totalidad de los documentos y que éstos sean sometidos íntegramente a los análisis pertinentes. Por ahora continúan las especulaciones que han nutrido y seguirán nutriendo novelones de intriga y misterio y películas de la guerra.
ANOTACIONES QUE DESTILAN VENENO
La autenticidad o no del diario de Hitler aún no se ha podido establecer. Historiadores, caligrafos y grafólogos de uno y otro lado del Atlantico esgrimen argumentos en pro y en contra. Sin embargo, de ser auténticos los documentos cuya revelación por el Sunday Times de Londres estremeció a la opinión pública el pasado 24 de abril, explicarían, en parte, algunas de las razones por las cuales el lider nazi quería conservar los volúmenes de notas privadas que habría estado escribiendo desde 1932: una preocupación por la forma como la juzgaría la historia y el deseo de poder revisarlos algún día para "emitir un agudo e incomparable juicio sobre lo que había sucedido". Los volúmenes, al parecer, están llenos de anotaciones en donde se hace evidente el desprecio que sentía por algunos de sus más inmediatos colaboradores, además de que ofrecen una cara distinta del dictador, la de la ternura que le inspiraba su joven amante, Eva Braun. Las siguientes son traducciones de algunos de los apartes publicados en el diario londinense.
Nov. 1932: "De ahora en adelante registraré mis pensamientos y mis acciones políticas, con el fin de conservarlos para la posteridad como cualquier otro político". Después del atentado para asesinarlo en 1944, en una explosión de euforia escribió: "Ja, ja, ¿no es gracioso? Esta escoria, estos haraganes y buenos para nada. Esta gente es chapucera". Sobre su vida personal anotaba que sufría de indigestión e insomnio y que estaba preocupado por las largas separaciones de su amante.
Julio 3140: "Justo ahora, cuando tengo tan poco tiempo, ahora que esa mujer me necesita, tengo que dejarla sola. Pero espero que Eva sea comprensiva y que, dada su juventud, se recuperará pronto". Se dice que escribía esto después de que la Braun había sufrido un aborto. Según parece, no hay insinuaciones de que Hitler tuviera conocimiento directo o hubiera organizado personalmente el holocausto judio, pero decía según publica el diario londinensé, que "si los judíos no podían ser re-establecidos en Europa oriental y ya que ningún otro país los aceptaría, ellos deberían enviarlos al mar y luego hundirs sus barcos". Algo de lo que más sorprende en esos fragmentos que conoce la opinión pública es el desprecio que sentía por sus más cercanos colaboradores. Solamente su secretario, Martin Bormann, se escapa de las críticas.
Bormann-Secretarioprivado
Marzo 2745: "Bormann quiere que le entregue todos mis documentos. Va a empaquetarlos en contenedores y a enviarlos fuera. Este Bormann me ha resultado indispensable. Si tuviera cinco Bormman no estaría ahora sentado donde estoy".
Himmier-Jefe de la Gestapo-
"No necesito ninguna investigación hecha por Himmler. Incluso en E.(parece referirse a Eva Braun) está metiendo las narices. Lo he amenazado con enviarlo ante un tribunal del partido. Voy a enseñarle de lo que soy capaz a ese engañoso porquero, a ese enano mendigo, ansioso de poder"
Julio 1743: "¿Nos libraremos algún día de esta guerrilla? Es el trabajo de Himmler, pero vive en otro mundo y me parece que vive en los cielos del antiguo mundo germánico.
Goebbels-Jefe de propaganda-
"El pequeño doctor Goebbels vuelve a sus viejos trucos con las mujeres. Pasará una orden secreta de que no quiero ni una más de esas historias de amor de mis colaboradores próximos y de los líderes del partido".
Roehm-Jefe de estado mayor de las S.A.-
"Me mintió y me decepcionó. Le di la oportunidad de comportarse noblemente, pero fue demasiado cobarde. Fue fusilado por orden mía". Los generales no pudieron escapar tampoco a sus agrios comentarios, como se desprende de las anotaciones publicadas. Después de la invasión a la Unión Soviética en 1941 escribió. "Estos viejos oficiales aceptan títulos, condecoraciones y propiedades, pero no obedecen mis órdenes". Y en otra anotación afirma. "¿Cómo pudo Stalin conseguirlo? Siempre pensé que ya no le quedaban oficiales, pero hizo lo correcto (se refiere a las purgas). Una nueva estructura del mando del Wehrmacht es lo que nosotros necesitamos también". Algunas de las anotaciones revelan la forma como percibia a algunos de los líderes implicados en la contienda mundial.
Mussolini "No tiene el coraje de darme la cara".
Chamberlain
Sept. 3038: "Es casi más vivo que yo. Ese adulador inglés... yo hubiera puesto condiciones bastante diferentes para Mussolini y Daladier pero no podía hacerlo con ese astuto zorro de Chamberlain ". La última nota del diario, de acuerdo con los apartes publicados, está sin fecha, pero probablemente fue escrita el 16 de abril de 1945, cuando los aliados sitiaron a Berlin y se acercaban al bunker que servía de refugio al Fuhrer: "La ofensiva largamente esperada ha empezado. Que el Señor nos acompañe" .
Estas notas, como las miles más que están escritas en tinta negra y que conforman lo que se ha dicho es el diario de Hitler, esperan un juicio definitivo de autenticidad. Mientras tanto, las especulaciones continúan.

HITLER POPULAR ENTRE FALSIFICADORES
Hitler es una de las figuras más populares entre los falsificadores. Un experto norteamericano, Charles Hamilton, afirma que recibe por lo menos una faisificación al mes. Por eso los exámenes para establecer la autenticidad de los diarios de Hitler tendrán que hacerse en todo sentido. Aunque Stern ha dicho que los documentos fueron sometidos a análisis químicos, y caligráficos, hay quienes sostienen que sólo lo fueron algunas pocas páginas. Ordway Hilton, 69 años, autor de "Examen cientifico de documentos dudosos" (publicado en 1956 y revisado en el 82, considerado el libro de texto más importante en su campo) fue quien denunció la falsificación que Clifford Irving hiciera de la "autobiografia" de Howard Hughes Consultado hace meses por Stern sobre la autenticidad de unas páginas atribuidas a Hitler dijo para Newsweek que también lo consultó recientemente, que había analizado unas muestras. Comparó las firmas -el curioso "Adolfo" que parece una combinación de dos 7 y la estilizada H seguida de un zig-zag descendente y después de dos semanas concluyó que dos muestras eran idénticas. Por su parte, el laboratorio oficial de criminologoía de Alemania realizó algunos análisis químicos de muestras del papel y declaro que era el típico utilizado por los alemanes en los años 30 y 40.
Pero el experto grafólogo neoyorkino, Charles Hamilton, asegura que un faisificador no tiene problema para encontrar papel y tinta de la época. El mismo afirma sobre los documentos que analizó Hilton que son una " mala falsificación" . Irving, el famoso faisificador de la "autobiografía" de Hughes, consultado en su casa de México, afirmó que es posible haber faisificado los diarios, porque se pueden conseguir unas muestras de su escritura, y comprar la tinta y el papel adecuados. "Uno no tendría que hacer muchas investigaciones, porque es mucho lo que se ha escrito sobre el hombre". No se necesita mucho esfuerzo afirmó Irving, para tramar a expertós calígrafos. (se lo probó en 1972, cuando no sólo engañó a expertos, sino también a la McGraw Hill una de las más importantes y serias casas editoriales.
Otro grafólogo internacionalmente conocido, Keneth Rendell, contratado por Newsweek para examinar los diarios de Hitler, afirmó que parte de ellos puede ser auténtica y parte falsa, pero que es necesairo analizar los documentos en su totalidad, utilizando luz ultra-violeta, para poder determinar si hay partes añadidas y si hay diferencias de tiempo en la escritura. Además, sostiene, tendrían que examinarse más detalles, desde el papel y la tinta, hasta la caligrafía y los forros, la cantidad de humedad, los sellos y las firmas.
"No tengo, sin embargo, evidencias para creer que los diarios son falsos, pero tampoco hay evidencia para creer que son genuinos". A pesar de las limitaciones en las diligencias preliminares de autenticación, una de las principales razones que se han alegado para impugnar la autenticidad de los diarios, Rendell piensa que los diarios podrían ser auténticos, porque el riesgo de error es demasiado grande para una falsificación de esa magnitud. Sin embargo, mientras no se adelante una investigación exhaustiva de todo el material, la autenticidad de los documentos no puede ser completamente aceptada. Y agrega: "podrían ser una parte muy importante de la historia y nadie realmente lo sabe" .
"EMBUCHADOS" FAMOSOS
Parece que las falsificaciones están a la orden del día. Hace unas pocas semanas, los medios artísticos se vieron sacudidos por la noticia de que en el mercado del arte, cerca de 600 obras atribuidas a Dalí, no serían realmente de Dalí sino de un genial imitador de su éstilo, el catalán Manuel Pujol Baladas. Ahora, la prensa mundial y un exclusivo circulo de historiadores se estremecen por las publicaciones que hicieran el diario londinense "Sunday Times" y la revista alemana "Der Stern" sobre lo que afirman es el diario de Hitler. Múltiples versiones se han dado al respecto Pero.en caso de que llegara a determinarse, como lo han sugerido algunos, que el diario no es auténtico, el caso pasaría seguramente a los anales de la falsificación como el más extraordinario "embuchado" del siglo 20. El más extraordinario tal vez, pero no el único, porque son varios los casos de falsificación registrados en la literatura, el periodismo y la publicidad contemporáneos
Una reportera del "Washington Post", Janct Cooke, encabezó la primera página de los periódicos en abril de 1981 por dobles razones. La primera vez, porque había ganado el premio Pulitzer por su crónica "El mundo de Jimmy", la historia de un niño de 8 años adicto a la heroina. La segunda vez, dos días más tarde, porque había tenido que devolver el premio. Acusaciones en el sentido de que la historia no era verdadera ponían en tela de juicio la credibilidad del diario. Janet Cooke, 26 años, admitió que algunas anotaciones e incidentes habían sido inventados y que la historia de Jimmy era una mezcla de fantasía y realidad.
Christopher Jones, un free-lance, escribio una crónica sobre un viaje a Cambodia y encuentros con las guerrillas del Khmer Rouge, que publicó en la revista del "New York Times" en diciembre de 1982. Sin embargo, la historia resultó ser falsa. Ante la imposibilidad de correr con los gastos del viaje al Asia, Jones había resuelto recurrir a su fértil imaginación.
Clifford Irving conoció la fama y 16 meses de prision por una "biografía" del excéntrico millonario Howard Hughes, denunciada como fraudulenta en 1972.
Dos ancianas, hace 15 años, lograron meter uno de los grandes "paquetes chilenos" de la historia del periodismo: las memorias del Duce Benito Mussolini, adquiridas por el "Sunday Times", e inventadas por el par de imaginativas viejitas.
Un caso curioso es el de las memorias de Kruschev, que aparecieron en occidente a comienzos de los años 70 y que fueron aceptadas como legitimas, entendiendo que tenían su origen en unas grabaciones realizadas después de su "retiro" del poder. Sin embargo, el ex premier soviético nunca aceptó su autoría, ni reconoció la autenticidad de la versión que se conoció en occidente. Pero los editores no le atribuyeron mucho peso a las declaraciones, alegando que las condiciones de la Unión Soviética no permitían nada diferente.