Los victorinos
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Dos hermanos que no se conocian se encontraron haciendo campaña por el Concejo de Bogotá. Pero el ambiente es de tensión y no de fiesta. Uno afirma que los une la sangre, y el otro lo niega. Y el supuesto padre común no lo confirma. Se trata de Ricardo Nates, de La U, y Enrique Nates, de Cambio Radical, que compiten por la misma franja del electorado: el voto de opinión. Son distintos como el agua y el aceite. Mientras es la primera vez que Ricardo hace política, a Enrique le corre por las venas. El primero viene del sector privado y es un abanderado de la seguridad, tiene pinta de ‘cachaco’ y le debe a su mamá, que sola lo sacó adelante, su hoja de vida con estudios en Harvard. El segundo, arrollador y costeño, le apuesta a crear el Instituto Bogotano de Ciencia y Tecnología. Estudió en España y por el lado materno cuenta con el clan Guerra, el más tradicional de Sucre, pues es sobrino de senador y de Ministra. Cada uno tiene lo suyo y el destino, que los puso de vecinos, definirá si son hermanos.