Home

Enfoque

Artículo

Mal negocito

23 de junio de 2007

En las últimas semanas el gobierno demostró que en política internacional tiene una forma muy particular de lo que debe ser la corresponsabilidad de los otros países en la lucha contra las drogas. Pareciera que el Plan Colombia, las preferencias andinas y el TLC son un favor y que hay que recibirlos como vengan, y no como el pago por la violencia, la muerte y el desplazamiento que esa lucha ha causado en el país. El viernes el Congreso estadounidense redujo la ayuda del Plan Colombia sin oír las prioridades del gobierno.
 
“Aceptaremos las condiciones que apruebe el Congreso norteamericano y trabajaremos de la mano con las autoridades norteamericanas en el marco de la ayuda que ellos definan”, dijo el canciller, Fernando Araújo, al restarle importancia a la nueva andanada de condiciones impuestas por Estados Unidos para el desembolso de la ayuda del Plan Colombia.

“A caballo regalado no se le mira el diente”, había advertido la semana pasada el presidente Álvaro Uribe, al hablar sobre el cambio en el enfoque de la ayuda del Plan Colombia.

“Colombia ha cumplido con lo que el Congreso de Estados Unidos pide”, dijo la embajadora Carolina Barco, al informar sobre las gestiones para lograr la aprobación de las preferencias andinas frente a la imposibilidad de lograr un TLC.

“Nosotros haremos lo necesario para facilitar un acuerdo entre republicanos y demócratas para el TLC”, dijo el Presidente en su visita en Washington en mayo pasado, en donde aceptó cambiar sin negociar los textos del acuerdo comercial.