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Decisión de la ONU sobre el proceso de paz, con aroma de mujer

Detrás de la decisión que tomó el Consejo de Se-guridad de la ONU la semana pasada, hay dos mujeres que jugaron un papel clave.

30 de enero de 2016

La canciller, María Ángela Holguín, y la embajadora ante Naciones Unidas, María Emma Mejía, empujaron la decisión que hoy vuelve irreversible el proceso de paz. Lograron algo sin precedentes: que la ONU decidiera verificar el cese al fuego bilateral y la dejación de armas sin conocer el texto definitivo del acuerdo. Cada una ayudó por su lado. Holguín viajó a Nueva York el 20 de enero a explicarles personalmente a los delegados de los 15 países miembros del Consejo de Seguridad los avances en la mesa. Y María Emma, que se conoce a la ONU por dentro, preparó el terreno para que la decisión fuera rápida y por esa vía.

La canciller defiende la idea de que la resolución del Consejo de Seguridad debe ser concreta y limitada. Es decir, que sea solo para el cese y el desarme pero que no se convierta en una compuerta para que la ONU intervenga en otros asuntos de la agenda nacional y el gobierno pierda soberanía. En eso coincide María Emma, que desde el principio defendió esa instancia en vez de la Asamblea General, porque de las 16 Operaciones de Mantenimiento de la Paz y las 38 Misiones Políticas Especiales en las que ha intervenido la ONU, apenas tres entraron por ese camino.

Con mucho tacto y diplomacia, algo que ha unido a estas dos mujeres en sus carreras políticas, hoy el proceso ya es irreversible y sería muy costoso para cualquiera de las partes bajarse del bus y tomarle el pelo al Consejo de Seguridad.