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MI RETO ES SER ELEGIDO COMO ALCALDE

DIEGO PARDO KOPPEL

17 de febrero de 1986

SEMANA: Desde que salió de la Alcaldía usted le ha dado duro y parejo a todo el mundo. ¿Por qué esa actitud tan beligerante?
DIEGO PARDO KOPPEL: Es que en Colombia muchos se han convertido en los adalides de la moral sin tener personería para serlo. El Espectador, de la manera más miserable, me ha tratado de vincular con el narcotráfico. Sí, porque no hay otra palabra para esto sino miserable, y esto subráyenlo y recálquenlo. Empezaron con la maleta de Fonseca, después me trataron de perito-mula y fueron llevando y llevando las cosas a través de los días hasta que un día dijeron de frente que yo estaba vinculado al narcotráfico porque Rodríguez está preso hoy en España y es narcotraficante. Y eso fue precisamente lo que utilizó el Nuevo Liberalismo, que tampoco tiene la personería para ser adalid en este caso.
S.: ¿Por qué cree usted que no la tiene?
D.P.K: Yo creo que el movimiento de Galán tiene muchos rabos de paja y el punto es que son contradictorios en todas sus actitudes. Mantuvieron en cuestionamiento a su ministro de Justicia. Dijeron: vamos a hacer un tribunal y usted aclare. Entonces es cuando cae muerto y ahí sí cogen la bandera. Además sabemos que hay un parlamentario del galanismo metido en un escándalo financiero y que hay un concejal que actuó en unas intermediaciones financieras. Eso sí se lo callan. Los concejales galanistas pasaban por mi oficina y nunca me dijeron: Alcalde, esto hay que explicarlo mejor. Iban a hablarme de puestos y de pronto ¡plop! suspenden todo.
S.: ¿Pero usted no cree que la actitud de víctima política ya no deja dividendos en este país?
D.P.K.: Yo creo que a mis críticos les salió el tiro por la culata. Si creen que su politiquería y doble moral les va a dar dividendos políticos en las próximas elecciones, se van a desengañar.
S.: Fuera de Galán, ¿a quién más se refiere usted?
D.P.K.: Mire, el señor Durán Dussán también quiere sacar provecho político de esto y anda diciendo cosas de mí en los barrios de Bogotá, mientras que tiene una demanda penal porque cuando era Alcalde de Bogotá contrato un abogado con dineros del Distrito y le pagó quinientos mil pesos para que lo defendieran por una actuación indebida que había cometido en la misma administración.
¿Cómo le parece? Y después sale Barco a decir una mentira a la prensa y que fue la que costó prácticamente que el oficialismo liberal se retirara. Dijo que conoció el caso y que lo manejaron muy bien y que luego se vino para Colombia y yo me fui a declarar, y eso no fue así, porque cuando yo declaré él estaba allá y estuvo al tanto de la cosa. Y qué tal El Espectador: tengo un aviso de ese diario de página completa, que fácilmente puede valer medio millón de pesos, que es una carta abierta suscrita por el señor Carlos Lehder y con su cédula de ciudadanía. Y no me digan que no era un reconocido narcotraficante. Y ahora me acusan a mí porque el señor Rodríguez que era otro personaje en 1979, hoy sí es sindicado de narcotráfico.
S.: Pero se sabe que en el año 70 Estados Unidos ya lo había pedido en extradición por narcotráfico, luego no era tan diferente a hoy en esa época...
D.P.K.: Primero, en el año 70 tengo entendido que no había Tratado de Extradición, y segundo, ¿acaso yo era jefe del DAS para saberlo? No, yo era un simple bitute de abogado en su despacho. Ya he dicho mil veces qué clase de personaje era el Gilberto Rodríguez modelo 1979. Explíqueme por qué el gobierno nacional y la Superintendencia Bancaria lo posesionaron como miembro de la junta directiva del Banco de los Trabajadores. Cuando uno es miembro de una junta directiva de un banco tiene que posesionarse ante el Superintendente bancario, quien tiene que ver los antecedentes y las recomendaciones. Y miren quién lo recomendaba en esa época: Humberto González Narváez y Carlos Holmes Trujillo. Miren en cuántas juntas directivas y al lado de quién se sentaba. Porque el mismo gobierno dio la autorización para que fuera dueño de una cadena radial importantísima.
S.: De eso dos nombres que usted ha mencionado, ¿alguno de ellos es su misterioso personaje?
D.P.K.: Yo soy una persona consecuente. Yo he dicho mil veces que no quiero hablar de eso, no me lo pregunte.
S.: ¿No cree usted que una maleta con doble fondo, con 250 mil dólares, tiene demasiada mala presentación para aceptar el caso, aun cuando no haya ningún problema?
D.P.K.: Es que precisamente yo no sabía que había una maleta con doble fondo y todas esas cosas.
S.: ¿ O sea que usted se siente engañado?
D.P.K.: No, tampoco es que me hayan engañado. A mí me llamaron y me dijeron: "Estamos reclamando a nombre de un señor aquí, en una Corte, una maleta que fue indignamente retenida. Nosotros tenemos que demostrar, y queremos demostrar, con base en el concepto que usted le dio al señor Rodríguez en Bogotá, que la Superintendencia de Control de Cambios de Colombia no es un tribunal. ¿ Usted podría venir a repetir eso ante el juez aquí en Nueva York?".
S.: ¿No le dijeron cuanta plata existía entre la maleta?
D.P.K. Sí. Dijeron que existía un maletín con 250 mil dólares. Pero no que estaban en un doble fondo y que el señor Fonseca no existía.
S.: Pero usted sabía, por ser ex Superintendente, que la plata normalmente no viaja en maletas...
D.P.K: No. Perdóneme, pero tengo que aclararle que en este caso yo no actué como apoderado y por eso yo no tenía acceso al expediente. Yo ya he dicho que fui sólo testigo perito. Como abogado experto en derecho cambiario llegaron a hacerme una pregunta sobre derecho cambiario. Es lo mismo que a un penalista no le van a consultar sobre cuestiones administrativas, sino asuntos relacionados con personas acusadas de cometer delitos penales. Además se supone que Colombia es un país donde todo el mundo es inocente hasta que no se demuestre lo contrario. O cambiamos las reglas de juego, o jugamos otro juego.
S.: Usted ha sido objeto de tanta pantalla que obviamente considera que la situación que acaba de vivir podría traducirse en dividendos políticos. ¿ Tiene alguna aspiración electoral?
D.P.K: El hecho es que si hay una opinión muy importante a favor mio. Que se traduzca en un dividendo político está por analizarse y verse. Mi reto podría llegar a ser el de volver a la Alcaldía, pero esta vez elegido por todos los bogotanos. El Concejo podría ser una posibilidad, pero no sé si estoy inhabilitado y si valdría la pena en un momento de éstos salir a la palestra o si de golpe se consideraría como un oportunismo, que es lo que he critica.