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MINGOBIERNO EXPLICA EL PLEBISCITO

CESAR GAVIRIA TRUJILLO

29 de febrero de 1988


Apenas conocida la propuesta del gobierno en relación con el plebiscito del 13 de marzo, la redacción de SEMANA se reunió con el ministro de Gobierno, César Gaviria Trujillo, con el objeto de precisar los alcances de la misma. Las siguientes fueron sus respuestas:

SEMANA: ¿Cuál es el alcance de la decisión de un plebiscito para el 13 de marzo?
CESAR GAVIRIA: Esto no es una decisión, es una propuesta. Es la eliminación del artículo 13 del plebiscito de 1957, que eliminó la posibilidad de realizar nuevos plebiscitos y que estableció que en adelante las reformas constitucionales sólo podrían hacerse por el Congreso. Si la mayoría de los ciudadanos votaran en favor de la eliminación de esa norma, sería posible, como lo dice el Presidente en su carta a El Espectador, conseguir mayor certidumbre jurídica y mayor respaldo político para someter de nuevo a la consideración de los ciudadanos nuevas formas institucionales.

S.: En otras palabras, ¿después de los fracasos de las reformas constitucionales del 77 y del 79, ahora se va a poder cambiar la Constitución sin tener que recurrir al Congreso?
C.G.: Sí. Según los fallos recientes de la Corte, parecería más seguro jurídicamente el camino del referéndum, que el de seguir el largo trámite que significa modificar el artículo 218 de la Constitución (que establece que las reformas sólo se pueden hacer por el Congreso) y después acudir a una Asamblea Constitucional o a un referéndum para modificar la Constitución.

S.: Si la forma más rápida de tumbar la prohibición al plebiscito es un plebiscito, ¿por qué no se habia planteado antes?
C.G.: Esta propuesta del Presidente está básicamente fundada en un fallo de la Corte de junio de 1987 que, desde luego, no estuvo a la mano de gobiernos anteriores.

S. . ¿ Qué mecanismo jurídico se utilizaría para convocar este plebiscito?
C.G.: Existen 3 posibilidades: un decreto ordinario del Presidente que sería examinado por el Consejo de Estado, un decreto de estado de sitio que sería examinado por la Corte Suprema y finalmente una ley tramitada por el Congreso. El gobierno está estudiando esas tres posibilidades.

S.:De acuerdo con el mecanismo propuesto, ¿cuál es hipotéticamente el plazo más corto en el que se puede reformar la Constitución?
C.G.: El tiempo que se tome el gobierno diseñando unas propuestas para el constituyente primario.

S.: Pero, concretamente, ¿qué se puede esperar, seis meses, un año... ?
C.G.: Yo no me puedo comprometer con una fecha, pero superados los obstáculos que puedan surgir y si los electores votaran afirmativamente, tengo la seguridad de que el gobierno comprometería todas sus energías en un empeño como éste, que significaría cambiar nuestras instituciones para corregir las desigualdades sociales y económicas.

S.: Tratando de que sus respuestas sean más concretas, ¿por qué no nos da unas luces sobre qué nos van a poner a votar?
C.G.: El país ya ha recorrido un camino. De alguna manera el Congreso expresó su voluntad de modificar la administración de justicia, la administración municipal y la manera como funciona el Congreso. Esos problemas están alli presentes. Son más graves hoy que entonces. Desde luego, hay nuevos problemas en la agenda de las preocupaciones nacionales. El Presidente cree que es imperativo discutir cuál es el procedimiento para hacer las reformas pero con base en propuestas concretas.

S.: ¿Figura dentro de estos últimos el tema de la extradición?
C.G.:Hay que tener presente que hasta ahora no se ha propuesto por quienes han agitado el debate sobre el plebiscito.

S.: Pero entonces, ¿es factible poner a votar a la gente en pro o en contra de la extradición, para que el resultado sirva de base política para cualquier decisión del gobierno?
C.G.: El gobierno en ningún momento ha pensado en eso y me parece que se distorsiona el espíritu de la propuesta si se comienza a hacer esta apreciación.

S.: Si la conclusión es que durante los próximos meses un grupo de personas va a estar trabajando en la elaboración de unas propuestas que serán sometidas al constituyente primario, ¿cuál va a ser la forma de la integración de ese grupo de personas? ¿Van a ser nominadas por el Presidente.?, ¿por el Congreso?, ¿por los partidos?
C.G.: En una etapa posterior, el gobierno tendría que encontrar personas representativas de las vertiente políticas y de los sectores sociales que coadyuvaran en la elaboración de las propuestas que se someterían a la voluntad popular.

S.: Ahora que acabamos de ver una foto del presidente Barco abrazado con el ex presidente Pastrana, es de preverse que el Presidente le va a pedir al jefe de la oposición que señale a algunas personas para participar en el proceso?
C.G.: Desde luego esta no es una propuesta partidista. El Presidente está partiendo de la base de que existe una amplia disposición para acometer una serie de cambios de carácter político e institucional para lo cual existe un amplio respaldo, y que las reacciones a esta propuesta se van a hacer pensando en los intereses nacionales.

5.: Usted, como ministro de Gobierno, tiene que saber si se va a proponer la derogatoria del 120...
C.G.: El Presidente ha dicho en el pasado que auspiciaría una reforma del 120 que provenga de un acuerdo entre los partidos. Esa posición es la misma de hoy. De ninguna manera propondría una reforma del 120 que no provenga de un acuerdo de esa naturaleza.

S.: Para terminar, señor Ministro, ¿cree usted que con unas reformas constitucionales se pueden solucionar los descomunales problemas que vive el país?
C.G.: Desde hace varias décadas en el país se ha dado un elevado grado de violencia política en protesta no sólo por la situación de miseria y desigualdad, sino por limitaciones de nuestras propias instituciones. Varios gobiernos han dedicado muchas de sus energías a tratar de modificar esta situación, pero es evidente que estamos lejos de lograrlo. Cambiar esas instituciones es, por lo menos, una de las principales tareas por realizar, si no la más importante. En todo caso, la cosa no es echando bala.